Como es sabido, uno de los máximos atractivos de los videojuegos es la posibilidad que nos confieren de experimentar vidas fuera de lo común y lo real. Desde el realismo de una guerra mundial hasta la ficción de una fantasía medieval, el medio interactivo es la materialización de nuestras imaginaciones más vívidas, y no creo estar equivocado al asegurar que esto es especialmente certero al hablar sobre aquello que está a nuestro alcance, pero no tanto. Ser un futbolista en FIFA, ser un músico en Guitar Hero, tener una pareja en Los Sims... y saber parkour en Dying Light 2.
Ahora que la segunda entrega de la saga de Techland está entre nosotros, ha habido críticas encontradas. Desde candidaturas a GOTY hasta decepciones latentes, la obra no ha sido capaz de generar consenso en la comunidad sino que, por el contrario, ha dividido sensiblemente la opinión pública. En cualquier caso, tanto como si te encantó el título como si te desilusionó, cumplo con mi deber de promover el arte del desplazamiento urbano presentándoles las mejores 7+1 alternativas de parkour.
Tratándose de mi GOTY personal de 2020, no podía empezar esta lista sino con Ghostrunner. El título más espectacular y vistoso que he tenido la dicha de disfrutar a lo largo de mi existencia era el ejemplar más adecuado con el que comenzar las recomendaciones, porque admito que nunca he visto una fantasía de poder representada de manera tan fidedigna y disfrutable. Una obra maestra que, desde sus mecánicas hasta sus visuales, resulta inolvidable de principio a fin.
No obstante, no podemos conversar sobre Ghostrunner sin reconocer el mérito de Mirror's Edge, el mejor título de la historia del parkour. Lo que el trabajo de Electronic Arts supuso en su momento aún no ha sido equiparado por ninguno de sus sucesores espirituales, especialmente por las amplias cuotas de realismo y la siempre presente sensación de estar en una pintura en movimiento. Directamente, conversar sobre el parkour en el sector interactivo es conversar sobre el periplo original de Faith; una verdadera maravilla de la kinestesia.
¿Alguna vez han pensado en cómo sería un videojuego si combinásemos SUPERHOT con Mirror's Edge? Yo tampoco, pero precisamente es por esa inesperada fusión que Severed Steel me parece una creación más que atrapante. Entre colores de neón, secciones de tiroteos trepidantes y un espectáculo audiovisual general que roza lo adictivo, se trata sin lugar a dudas uno de los productos más desapercibidos del año pasado.
Evidentemente, en lo que a parecerse a Dying Light 2 se refiere, no hay exhortación más evidente y válida que la de Dying Light, sobre todo en su más completa versión: la Platinum Edition. El viaje que maravilló a todos en 2015 es, muy probablemente, la más laureada interpretación del legado de Mirror's Edge, sumando sus increíbles y satisfactorias mecánicas a un mundo vivo -no muerto, en realidad- y a una sensación de libertad difíciles de equiparar.
Pese a que se trata del juego menos semejante a Dying Light 2, Clustertruck es de esas inauditas creaciones que simple y llanamente no puedes dejar pasar si te gusta la precisión y el movimiento como bases centrales de un apartado jugable. Si a ello le sumas su singular premisa, donde centenares de camiones son las plataformas principales de nuestro vertiginoso desplazar, obtienes un resultado tan particular como divertido que te puede ofrecer decenas de horas de diversión sin que te des cuenta.
Aunque puede que Mirror's Edge haya hecho pensar lo contrario, el parkour como arista central de un videojuego es un concepto que data de aún más atrás. Precisamente, en 2007 fue publicado Free Running, el primer título del género del que se tiene noción formal y, como consecuencia, el pionero de todos los juegos aquí presentes. Por ello, cabe acotar, es quizá el más áspero de la serie de recomendaciones, pero basta con ver un gameplay para saber que es todo lo que los seguidores de su estirpe aspiran de una obra.
Mirror's Edge Catalyst es de esas secuelas que, por expandirse hacia lares innecesarios, terminaron perdiéndose en el camino hacia extender la grandeza de sus predecesores. Empero, cuando vemos más allá de sus carencias, podemos encontrar una completa mejora en la fórmula mecánica que situó a la IP en lo más alto y, por lo tanto, hallamos una experiencia en la que el movimiento resulta incluso más gratificante. Así, tal vez carezca de alma, pero correr libremente por la Ciudad de Cristal es uno de esos momentos en los videojuegos que nunca olvidaré.
Oportunamente, al principio de este escrito describía cómo los videojuegos son capaces de dar forma a la imaginación humana. Hot Lava, en esa línea, es la representación del mítico 'el piso es lava' pero llevada a lo extremo, ofreciendo circunstancias inauditas que, además de hacer contacto con nuestros niños internos, funciona de forma fenomenal. Al final del día, vivir situaciones de completo peligro sin verdaderamente correr peligro es una de las máximas de nuestra industria, y este es el más vívido ejemplo de ello.
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