Mirad, no voy a andarme con rodeos: The Elder Scrolls es mi saga favorita. Pero no por ese Skyrim en el que muchos estaréis pensando, sino por su anterior capítulo: un Oblivion que me hizo descubrir lo que era un juego de rol cuando tenía solo 13 años; lo que suponía sentirte dentro de un mundo inmenso repleto de vida y de personajes con los que empatizar. Es por ello que se entienda que espere que tantísimas ganas un The Elder Scrolls 6 que se estaría haciendo de rogar más de lo esperado.
Esto último es normal, por otra parte: Bethesda está con las manos atadas finiquitando los últimos meses de desarrollo de Starfield, otro de esos juegos a por los que iré como un loco sin miedo en cuanto salga. Pero es que han surgido a la luz una serie de pistas que han sido recogidas por los compañeros del portal Gamingbolt y creo que es importante aclararlas porque está surgiendo cierta confusión en torno a ellas.
Quizás no he podido evitar escribir estas líneas con algo de molestia entre ceja y ceja: entiendo que Bethesda se sintiera presionada a anunciar que trabajarían en The Elder Scrolls 6 en los próximos años, pero creo que la revelación se produjo mucho antes de lo que me hubiera gustado. No quiero ni pensar en cuántos años tendré cuando salga el juego. Lo único que sé es que, si sigo vivo, lo jugaré sin pensármelo dos veces.
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