Además de los sandbox, los juegos pertenecientes al género RPG son exponentes indiscutibles de la intención inmersiva del videojuego como medio interactivo. Incluso con sus diferencias, ambas variantes coinciden en el objetivo de llevarnos a una nueva dimensión, experimentando nuevos estímulos de los que, digitalmente, seamos receptores en aras de transformar sus realidades. No obstante, mientras los sandbox nos dejan hacer, los RPGs nos dejan ser, y esta es una bifurcación conceptual sumamente importante para entender qué los diferencia.
Empero, los títulos de rol han padecido diversas ramificaciones con el paso de los años. Debido a esto, aventuras tan disímiles como lo pueden ser Bloodborne y Pillars of Eternity, edecanes del ARPG y el RPG clásico, respectivamente, forman parte del mismo árbol, pero es en esas distinciones en donde encontramos uno de los grandes encantos del género. Una vez definida esta separación, la cual justificará la presencia de títulos de los sentidos anteriormente ejemplificados, procedemos a compartir con ustedes los mejores RPGs para PC, Xbox One, PlayStation 4 y Nintendo Switch
FromSoftware es, bajo práctico consenso, una de las desarrolladoras más prominentes de la industria. Lo que un día comenzó con Demon’s Souls, hoy es un fenómeno mundial de un alcance de pocos precedentes, un movimiento que aúna a millones de seguidores y a miles de estudios que buscan emular la denominada filosofía ‘Soulsborne’. De esta conjunción, bien podríamos describir a Bloodborne, uno de los dos exclusivos de la lista, como el trabajo más icónico y particular de los nipones, y es que no existen dos viajes como el de Yharnam. Una auténtica obra maestra con todas las letras que, además, asume el adjetivo de ‘vendeconsolas’ por excelencia.
El caso de The Witcher 3: Wild Hunt es uno ciertamente particular. El último viaje de Geralt de Rivia no solo redefinió el género sandbox sino que, además, hizo lo propio con la aproximación occidental al género RPG; una vez lo juegas, no hay forma de bajar el barómetro para otros títulos. Consecuentemente, colocarlo en la lista anterior podía estar justificado con creces, no obstante, no podemos obviar el hecho de que el cierre de la trilogía del brujo es una de las experiencias más inmersivas del medio, y esta es una característica fundamental para los juegos de rol. Por esto, por su historia, por sus personajes, por sus mecánicas, por su protagonista, por su ambientación, por su lore y, en esencia, por absolutamente todo lo que tiene dentro de sí, The Witcher 3 es irrepetible.
Divinity: Original Sin II es el resultado del trabajo de un equipo que ha logrado entender a la perfección qué ha sido y qué es el RPG. Mientras las dos creaciones anteriores apuestan a la variante de acción que contiene el género, el producto de Larian Studios apela a su concepción clásica y pura, a la verdadera representación de la idea de asumir un rol dentro de un contexto. En alusión a esto, no es solo que la entrega cumple con su objetivo último de forma irreprochable sino que, además, lo concerniente a otros elementos como la profundidad del combate, el diseño artístico y sonoro, la progresión y demás están excelentemente desarrollados, haciendo de su generalidad uno de los conjuntos más cohesionados del mercado.
Diablo III no es Diablo II. Una vez se interioriza este axioma, comprendiendo que existe un para nada sutil paso del RPG clásico al ARPG contemporáneo, es posible ver el gran número de bondades que la tercera entrega enumerada de la saga de Blizzard posee. Así, una vez se asume la preponderancia de lo jugable sobre lo argumental, el último viaje a Santuario se erige como uno de los más divertidos y adictivos que la década ha presenciado, lo que logra a través de una suma de sistemas simple y llanamente impecables que, en lo que a entretenimiento y horas de disfrute se refiere, pocos pueden intentar rebatirle.
Los JRPGs son especiales. Aunque, en comparación a su contraparte occidental, predominantemente conducida por los ARPGs, son mucho menores en cantidad, la aproximación nipona al género es única, y ello se refleja en los títulos que llevan su sello. De esta consideración, Persona 5 Royal se erige como el cúmulo más representativo de todas las destrezas de Japón en el desarrollo de videojuegos, uno de los picos más altos del género de las décadas recientes que ha logrado destruir las barreras culturales para asentarse como un verdadero icono a nivel mundial.
El culmen del fenómeno que, sin ser el inicio de todo, lo inició todo. Dark Souls III es el broche de oro perfecto para una de las trilogías más importantes del videojuego, cuya ausencia aún se siente pero cuya presencia en la historia resulta imborrable. El periplo en Lothric emana un aura de nostalgia tan poderosa como las tesituras de su propuesta en lo individual, cuya estructuración argumental y contextual son exactas y cuya conformación jugable es el pináculo de la franquicia. Con una ambientación excelsa y una banda sonora a la par de tal afirmación, nos hallamos ante una adquisición imprescindible, la cual señala el fin de uno de los ciclos más alabados de la industria.
En lo que a títulos de rol respecta, Obsidian es precursora. El número de trabajos bajo la visión del estudio no solo es asombroso sino que, además, tales creaciones se remontan a los inicios de lo que hoy en día se toman como bases inexorables del género. A pesar de ello, el equipo se ha mantenido siempre a la vanguardia, y Pillars of Eternity es el argumento más sólido para sustentar esa postura. Un juego que se planta como un referente de los RPGs isométricos de pura cepa, una obra maestra en argumento y mitología que, si bien se cierra al público mayoritario a través de su densa propuesta clásica, realmente no reniega nunca de su herencia pues, en cambio, la abraza y hace de ella su baza principal.
En consonancia con lo narrado respecto a Dark Souls III, a pesar de la salvedad de que sí va a tener una secuela, Dragon Age: Inquisition supone el fantástico cierre de una de las historias más apasionantes del medio. La saga de BioWare, una de las inéditas IPs más resaltantes de la pasada generación de consolas, halló en el comienzo del actual ciclo de hardware el momento perfecto para liberar su obra magna; una que demuestra todo lo aprendido por el estudio ya que, en materia de argumento, tempo, contexto, personajes, combates, sistemas, jefes, localizaciones, temas, secretos, misiones, diversión y demás, es la máxima expresión de toda la serie.
Una cita muy reciente, aunque ineludible, es la de la reaparición de uno de los JRPGs más icónicos de toda la historia. Final Fantasy VII Remake, a todas luces, es uno de los mejores juegos del actual año, y su propuesta, tanto para quienes hayan tenido la oportunidad de catar la original como para quienes se aventuren en Midgar por primera vez, es apta para toda clase de jugador. Ciertamente, si el juego de 1997 continúa siendo recomendable por toda la maestría con la que Square Enix lo creó, el juego de 2020 es recomendable por toda la maestría con la que Square Enix lo adaptó a la modernidad; un ejemplo perfecto de cómo adaptar una creación a los tiempos contemporáneos sin perder lo que la convirtió en un símbolo del género.
Si anteriormente hablábamos de la influencia que las producciones de FromSoftware han tenido en el medio, Nioh, el título de Team Ninja, es la materialización más precisa de esa musa. A pesar de la ingente cantidad de títulos que lo han intentado, la travesía de William es la obra que más ha sabido comprender la filosofía Soulsborne y, al mismo tiempo, adecuarla a sus propias ideas para dar forma a un RPG sólido en todo apartado. Un indispensable para los asiduos al rol de acción más adictivo, cuya oferta no dejará indiferente a nadie que desee viajar a esta indescriptible Japón feudal asediada por los Yokai.
El hecho de que Monster Hunter: World sea la magnum opus de Capcom, una compañía que posee en sus filas sagas como Resident Evil, Devil May Cry, Street Fighter y más, es la base más idónea para argumentar su presencia en esta lista, la cual, cabe destacar, se encargará de cerrar. Siendo el éxito de mayores dimensiones del conglomerado nipón, la última entrega de la afamada franquicia ha rebasado las expectativas de ajenos y conocidos al asentarse como uno de los juegos más populares de los últimos años, mostrándose como la exponenciación de todo lo positivo de las filosofías de MH y afianzándose como una recomendación inequívoca si lo que se busca son horas infinitas de diversión, exploración e inmersión.
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