A lo largo de mi vida he probado multitud de juegos de todos los géneros habidos y por haber. Cuando era un crío los videojuegos me parecían cortos, efímeros, apenas me caía alguno por mi cumpleaños, navidad o a final de curso si sacaba buenas notas.
Ese goteo de juegos, que debía seleccionar con sumo cuidado, hacía que cada vez que uno de ellos caía en mis manos lo exprimiera como si no hubiera mañana. Juegos como Crash Bandicoot o Spyro me los he pasado un centenar de veces, he completado la pokédex en las cuatro primeras generaciones de Pokémon, he conducido todos los coches de Gran Turismo 2… Luego a lo largo de mi adolescencia y de la mano de mi Xbox 360 descubrí el multijugador online y se cuentan por miles las horas invertidas en Halo 3, Gears of War, Forza Motorsport 2 o Call of Duty: Modern Warfare.
Seguro que alguno de los lectores de este artículo se siente identificado con mis inicios. Sin embargo, con el paso de los años hemos crecido, hemos madurado, y también nos hemos echado a la espalda responsabilidades que, lamentablemente, no nos dejan tanto tiempo libre como cuando éramos jóvenes. Todo ello provoca que el tiempo que pasamos frente a la consola sea más limitado y por ello debamos elegir muy bien en que invertir nuestro tiempo libre. Y eso se complica en un mercado como el actual.
En mi memoria no recuerdo otro momento de la historia de los videojuegos en que se aglutinasen en pocos meses tantos lanzamientos de juegos tan tremendamente buenos. De septiembre a esta parte hemos tenido un maravilloso Spider-Man, un Dragon Quest XI que nos ha recordado porqué nos enamoramos de la saga, el cierre definitivo a la trilogía de Tomb Raider. Recientemente hemos viajado a la Grecia clásica con Assassin’s Creed Odyssey, y en breve cabalgaremos el lejano oeste con Red Dead Redemption 2. Regresan también Soul Calibur, Spyro, Call of Duty, Pokémon, Smash Bros y muchos más. Y eso solo en los meses que quedan, ya que 2019 arranca imparable con Devil May Cry V, el ansiado remake de Resident Evil 2, los moteros de Days Gone y el largamente esperado Kingdom Hearts III.
Toda una retahíla de juegos, todos ellos excelentes, que prometen robarnos centenares de horas y poner en un brete nuestras relaciones sociales. El problema, más allá de un mercado saturado, viene por el incremento exponencial de duración que han sufrido los juegos durante los últimos años.
Y es un problema desde el mismo momento en que juegos como Forza Motorsport 7 o el reciente Assassin’s Creed Odyssey ofrecen la posibilidad de ganar más dinero y experiencia y, por lo tanto, avanzar más rápidamente, si adquirimos dicha mejora mediante microtransacciones. No son obligatorias, pero los desarrolladores, conocedores de la gran cantidad de horas que deben invertirse en el juego para completarlo, ofrecen la posibilidad de pagar para completar antes un juego por el que ya has pagado un dinero. Suena ilógico, ¿no?
Durante años se han criticado a los videojuegos single player de ofrecer apenas 8-10 horas de campaña por un precio de 70€. Muchos usuarios argumentaban que la rentabilidad euro/hora era tremendamente baja y todo ello acabó afectando a las ventas de ese tipo de juegos. Y es que veámoslo con perspectiva: según el portal How long to beat, Assassin’s Creed 2, considerado por muchos el mejor de la saga, podía completarse en 20 horas, 35 si queríamos sacar el 100%. Siguiendo con la saga de los asesinos, Origins requiere más de 27 horas para completar su campaña principal y cerca de 80 para completarlo al 100%. Y veremos con el tiempo que dicen de Odyssey, que es 3 veces mayor que su antecesor.
Algo parecido ocurre con la saga Mass Effect; mientras el primero duraba alrededor de 17 horas de trama principal, el título se podía completar al 100% en unas 40 horas. Mass Effect Andromeda, el último de la saga, exige cerca de un centenar de horas para completar todas las misiones secundarias.
Este crecimiento desmesurado se debe sin duda a las peticiones de los jugadores, pero el mayor problema de todo ello radica en el diseño del juego. ¿Cómo mantener a un jugador un centenar de horas pegado al mismo videojuego sin aburrirlo? Es algo tremendamente difícil de lograr.
Comparando dos de los lanzamientos más importantes de las últimas semanas, Spider-Man lleva unas 15 horas completar las misiones principales y otras 15 las secundarias. 30 horas en total es un número más que correcto, pero la calidad y el interés que despiertan sus misiones secundarias las convierten en casi una obligación -sobre todo las de investigación- para desbloquear todos los trajes y artilugios. Assassin’s Creed Odyssey, por su parte, me ha llevado unas 50 horas completarlo, calculo que 40 de ellas en la trama principal. Las tareas secundarias son numerosas y se recompensan con mejor armamento, dinero y experiencia. Una experiencia que, si lo analizas fríamente, sirve de poco al tener los enemigos autolevel y estar siempre en el mismo que nosotros. Y lo peor de todo es que la mayoría de esas misiones se resumen en ir del punto A al punto B, matar a X y volver.
Llegados a este punto creemos que es justo reconocer que muchos desarrolladores han alargado la duración del juego de forma artificial, metiendo decenas de tareas secundarias que no suelen despertar el interés del jugador y que en ocasiones se convierten en una obligación para desarrollar a nuestro personaje. Esto es especialmente palpable en los juegos de mundo abierto, plagados de centenares de iconos con tareas que completar. Aunque en todos lados cuecen habas ya que algo similar ocurre con la saga Forza Motorsport. Se nos ofrece la posibilidad de competir en casi un millar de campeonatos distintos con todo tipo y clase de vehículos, pero lo cierto es que, pasado el inicio del juego, una vez tenemos cierto nivel y coches de determinada gama, no queremos volver a subirnos en un Golf GTI para completar todos los campeonatos de compactos de menos de 300cv. Es como repetir un tutorial.
Para finalizar queremos conocer vuestra opinión: ¿Cuánto creéis que debería durar un juego?
Quizá sea una de las preguntas más difíciles de responder, ya que cada usuario dará un argumento distinto y totalmente válido. Apuesto además que serán los más jóvenes los que exigirán mayor duración. Pero desde mi punto de vista los videojuegos de hoy en día son demasiado largos. Y lo que es peor, lo son de forma artificial, con relleno anodino e insustancial.
Quizá sea por mi labor de analizar juegos, quizá sea porque compro mucho más de lo que alcanzo a jugar, pero un servidor preferiría que los juegos durasen lo que tienen que durar y no se alargasen tanto. Quiero completar los juegos que compro, pero no puedes pedirme que me pase 40 horas haciendo de recadero o que utilice mis superpoderes para cazar palomas porque no me divierte. Y lo que un videojuego debe conseguir, por encima de todo, es divertir al jugador.
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