Desgraciadamente, el número de ocasiones en el que ciertos sectores de la comunidad de aficionados a una obra se manifiestan de forma inapropiada para hacer saber su descontento al estudio que la ha desarrollado suele ser más alto de lo deseable. El último de estos casos ha ocurrido en torno a Wolfenstein: Youngblood; o, de manera más concreta, a las microtransacciones con las que cuenta la propuesta más reciente de la saga de Bethesda. Sin embargo, esta ocasión resulta especialmente alarmante porque se engloba dentro del grupo de aquellas en las que un desarrollador concreto sale mal parado tras sufrir una campaña de acoso y derribo.
La cosa es que Mitja Roskaric, uno de los diseñadores de niveles de Wolfenstein: Youngblood, se ha visto obligado a cerrar su cuenta de Twitter al verse asaltado por los insistentes ataques de varios aficionados (vía Screen Rant). Y, si tenemos en la opinión de otros developers que afirman que las funciones de un diseñador de niveles no tiene nada que ver con la implementación de microtransacciones y que, sobre todo, estas son meramente cosméticas en el título, lo cierto es que nos encontramos ante un nuevo caso donde la pasión se lleva por delante a la sensatez.
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De este modo, parece que los micropagos de Wolfenstein: Youngblood habrían supuesto un golpe doble para su propuesta: primero porque han generado una desagradable interacción entre la comunidad de fans y su estudio de desarrollo y, segundo, porque ha resultado ser un elemento que afecta a la coherencia con la que cuenta la obra, tal y como os señalábamos en nuestro análisis del juego: ''una campaña sin un ritmo definido que se ampara en la no linealidad, un sistema de progresión sacado del género RPG y que en este caso no se adapta nada bien a la personalidad de la saga, y un conjunto de skins y métodos de pago que no pegan ni con cola son, por desgracia, un gran lastre que el sobresaliente gunplay y el nuevo modo cooperativo a duras penas pueden arrastrar''.
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