Vivimos en la primera generación de la historia de la industria de los videojuegos donde las consolas son más caras ahora que el día de su lanzamiento. Donde comprobamos horrorizados cómo los precios de venta de los juegos son cada vez mayores. Algunas de estas decisiones han llegado como consecuencias de algo mayor, incontrolable, pero no deja de ser evidente, porque también lleva años pasando en el mundo de la tecnología y el entretenimiento en general: los precios suben, sin control.
Por eso nos sorprendieron los últimos rumores que tienen a PS6 como protagonista, la próxima consola de PlayStation de la que, a nivel oficial, conocemos muy poco. Según estas informaciones (que no podemos dar por válidas, por ahora, aunque se trata de un filtrador con credibilidad), la consola de nueva generación de la compañía japonesa llegaría al mercado por un precio de 499 dólares, unos 500 euros al cambio, asemejándose a los precios que se han manejado en la generación anterior, pero tras haber cumplido el ciclo reglamentario de seis, siete u ocho años.
Según esta información, Sony habría decidido que el precio de PS6 debería mantenerse en esos estándares para evitar el batacazo, algo que ya ha ocurrido en el pasado y que la propia empresa ha vivido en sus carnes. Y si no que se lo digan a PS3. El salto tecnológico de PS6 respecto a PS5 no sería tan enorme como el de otras generaciones, lo que podría dar algo de sentido a esta decisión... pero sigue siendo chocante, ¿verdad? Imagina que en su día de lanzamiento pudieras comprar una PS6 a un precio menor que el de una PS5 Pro. Raro cuanto menos.
De hecho, son muchos los que apuntan a que vamos encaminados hacia una generación donde las nuevas consolas estarán mucho más cerca de los 1.000 euros de precio de lanzamiento que de los 500... algo que sería mucho más coherente. No porque estemos de acuerdo o porque nos parezca lo correcto (sería una auténtica locura) sino porque el mercado nos está educando hacia esa dirección.
Comentaba antes que es algo que está ocurriendo el mundo de la tecnología en general, no sólo en el mundo de los videojuegos, y es cierto. Los dispositivos móviles son un buen ejemplo de cómo los precios que superan los 1.000 euros se han convertido en un estándar para los modelos de alta gama, y ya no sólo tenemos que meter en la terna a empresas como Apple, sino a todas las demás. La tecnología se ha encarecido y los precios se han estandarizado en límites que hace unos años nos parecerían demenciales... las consolas, seguramente, sigan el mismo camino.
No hay más que ver la enorme cantidad de opciones entre las nuevas "portátiles PC", que han encontrado un nicho de mercado muy potente en el mercado de los videojuegos. La mayoría son máquinas que no alcanzan la potencia de PS5 o Xbox Series X/S a la hora de mover un videojuego exigente... pero muchas son más caras que estas consolas. No es raro ver que alguna de estas máquinas pueda llegar a rozar los mil euros de precio, como ocurre con la nueva ROG Xbox Ally X, por ejemplo.
Es evidente que la industria de los videojuegos, como muchas otras, se está encareciendo rápidamente en los últimos años. Sean factores externos o no los que provocan estas subidas, estamos comenzando a vivir en esta nueva normalidad. Ocurrió con los juegos de lanzamiento a 80 euros, ha ocurrido con el aumento de precio de las consolas, con modelos como PS5 Pro que alcanzan los 800 euros... y es normal pensar que una próxima generación no sólo mantendrá la tendencia, sino que estandarizará unos precios muy abultados.
De ser ciertos los rumores sobre el precio de PS6, la cosa cambiaría por completo. Sony tiene el peso suficiente en la industria de los videojuegos como para cambiarla, y para trastocar decisiones de otras compañías. En realidad, sería lo mejor que podría pasar. ¿Imaginas a Microsoft o a Nintendo lanzando un nuevo hardware que sea el doble de caro que la nueva consola de Sony? Marcar el camino de esta forma abriría la puerta a que el precio de los videojuegos y las consolas, casi diez años después, se mantenga dentro de unos mismos estándares.
Pero, por ahora, esto es solo hablar por hablar: a nivel oficial no sabemos casi nada acerca de PS6 ni conocemos la intenciones de Sony con su precio. Es posible, de hecho, que ni la compañía japonesa tenga todavía muy clara la decisión. Lo que es evidente es que el precio de la nueva generación de consolas puede cambiarlo todo, tanto para bien como para mal. ¿Tú qué piensas?
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