Todo cambio genera resistencias, y en el caso de la industria del cine está dejando por el camino más de un cadáver. El pasado año, el prestigios Festival de Cannes puso la primera piedra de separación entre Netflix y el resto de estudios cinematográfcos al lanzar un mensaje de advertencia. "Okja", "Primero mataron a mi padre", y "The Meyerowitz Stories" pudieron debutar en concurso no sin polémica, pero si en el futuro quería seguir midiéndose con las grandes, debía estrenar sus películas en salas. Esta amenaza no fue a más, pero conllevó sendas críticas de grandes directores como Scorsese o Nolan, y preparó un campo de batalla que ahora ha dejado el primer intercambio de balas.
Después de amenazar con abandonar el festival debido a las constantes amenazas, y a la evidente presión, el presidente de Netflix, Ted Sarandos, ha confirmado lo que ya se esperaba. En una entrevista para Variety, dejaba claro que no acatarán la nueva normativa. "Bueno, no era nuestra decisión. Thierry anunció con el cambio en sus reglas de clasificación, que una película tenga distribución en Francia para entrar, lo que es completamente contrario al espíritu de cualquier festival de cine en el mundo", espetaba. "Bajo esas reglas, no podíamos estrenar nuestras películas día y noche en el mundo como hemos hecho con casi 100 películas en los últimos años. Y si lo hiciéramos, tendríamos que ocultar esa película a los suscriptores franceses durante tres años bajo la ley francesa.
Sarandos se enroca en su posición y lanzaba un órdago. "Por lo tanto, nuestras películas no están inscritas para la competición del Festival de Cine de Cannes", anunciaba. Además Netflix tampoco pasará por la humillación de presentarse en categorías fuera de competición. "No. No creo que haya ninguna razón para salir de la competición. La regla era implícitamente sobre Netflix, y Thierry la hizo explícitamente sobre Netflix cuando anunció la regla."
La idea de la compañía pasa ahora por seguir intentando entrar en el negocio del cine pero recorriendo su propio camino. La política de compras seguirá igual, "sí, 100%. No discriminamos de esa manera", y no se cortarán los contactos con los grandes directores. "Hemos hablado con muchos de nuestros cineastas después del cambio de reglas. Cuando empezamos a hacer estas películas y a adquirirlas, esa regla no estaba en vigor. Eso fue un cambio en la dinámica."
Netflix invertirá más de 8.000 millones de dólares durante los próximos meses en contenido propio, con la intención de seguir desafiando a Cannes, a Disney, y a todo el que se le ponga por delante. Veremos si esa estrategia no termina por pasarle factura. Para empezar, una de las grandes instituciones de la industria a la que quería pertencer ya le ha dado la espalda. ¿O se la han dado ellos? La lucha de indirectas va para largo.
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