El pasado 10 de abril se cumplió una década de una de las películas más controvertidas de la historia; "Dragon Ball Evolution" decepcionó a los fans de la obra de Toriyama, a los seguidores del anime, y se convirtió en el hazmerreír de toda la industria. Es innegable su valor como experimento previo al boom de los live-actions del manganime, pero ni sus responsables se sienten orgullosos de ella.
Y no solo hablamos del equipo de producción. Sí, Ben Ramsey y el resto de personas directamente implicadas en la cinta de 20th Century Fox ya han protagonizado escarmientos públicos en el pasado, pero incluso el propio Toriyama dio un paso al frente para bajarse los pantalones. Ahora es su antigua mano derecha en Shueisha quien pronuncia el mea culpa apuntando directamente a las condiciones del acuerdo con Hollywood.
Kazuhiko Torishima, quien fuera editor del mangaka durante la publicación de "Dr. Slump" y la primera mitad de "Dragon Ball" acudió el pasado 23 de abril a la Universidad de Tokio para hacer una lectura pública, y allí se enfrentó cara a cara con una complicada pregunta de la audiencia: "¿Qué pensaste de "Dragon Ball Evolution"?
"Fue mi mayor fracaso en una adaptación cinematográfica", confesaba. Torishima contactó con abogados especializados en este tipo de acuerdos, y llegó a la conclusión de que la editorial debía haber pagado la cantidad que Fox exigía para tener voz y voto en el desarrollo de la producción. ¿Cuánto? De acuerdo a las voces del momento, en torno a 5.000 millones de yenes (45 millones de dólares).
En los años posteriores otros proyectos han partido de condiciones similares, pero las compañías niponas han aprendido del error exigiendo condiciones más justas desde el principio. Sueisha fue la primera y no tuvo tanta suerte. De hecho Torishima aseguraba que no habrían podido pagar el dinero aunque hubieran querido, porque el monto suponía el 60-70% de las ganancias totales de la editorial.
"Sabiendo lo que sé ahora de Hollywood, habría dicho: 'Paga los 5.000 millones. A cambio, quiero los derechos de distribución en Asia. Me aseguraré de que te devuelvan el dinero". Habría negociado y obtenido los derechos de veto", explicaba. Pero la realidad fue muy distinta.
Hollywood terminó confeccionando un producto desligado del alma y la coherencia del material original. "Dragon Ball Evolution" se convirtió en una mancha imborrable para el hasta entonces impoluto currículum de Toriyama. Un tropiezo que ni 10 años después deja de dar conversación, y que ha servido a posteriori para marcar las líneas rojas de los acuerdos entre Japón y Estados Unidos.
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