Marvel Ultimate Alliance 3
Analizado en Nintendo Switch
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Justo hace diez años, se estrenaba Marvel Ultimate Alliance 2, la última entrega de esta franquicia original de Activision que nos ponía en la piel de un grupo de héroes que tenían que luchar contra cientos de enemigos desde un punto de vista cenital. Todos afirmaron que la primera entrega era mejor que la segunda, aunque lo cierto es que ambas eran notables gracias, sobre todo, a un apartado: el cooperativo.
Otra diferencia importante que encontramos ahora con Marvel Ultimate Alliance 3: The Black Order es que si en 2009 el Universo Cinematográfico de Marvel era tan solo una pequeña mota en el futuro de la casa de las ideas, ahora está totalmente establecido, y exigimos más a cualquier producción relacionada con la marca; así, por ejemplo, se han producido muchos éxitos, como la reciente "Vengadores: Endgame", o fracasos como "Inhumans". Es el miedo que teníamos al toparnos ante la tercera entrega de Marvel Ultimate Alliance: si las expectativas depositadas en este proyecto están más relacionadas con el éxito de Marvel en el cine.
Aclaramos que estamos ante una aventura original, con personajes que deciden parecerse a sus personajes homónimos en cómics y no en cines, y con una jugabilidad que es heredera de sus dos primeras entregas pero con el plus de contar con Team Ninja desarrollando su sistema de combate. No es un proyecto revolucionario, ni tampoco lo quiere ser: es Marvel Ultimate Alliance en estado puro.
La historia es bastante sencilla de narrar: mientras controlamos al equipo de los Guardianes de la Galaxia, encontramos a Nébula y luchamos encarecidamente contra ella. Instantes después, tras varias secuencias, vemos cómo las Gemas del Infinito desaparecen ante nuestros propios ojos sin que podamos hacer nada para acariciarlas. Por lo tanto, volvemos a vivir un arco argumental parecido al que se ha narrado durante 23 películas en el Universo Cinematográfico de Marvel, pero sin la profundidad narrativa de aquel.
El problema de la historia, que no es tal, es que es puro fanservice: diálogos que nos encantan escuchar en boca de los personajes, acciones que nos recuerdan a los cómics, personajes que aparecen por que sí, para hacernos esbozar una sonrisa... En cambio, la narrativa se diluye a pesar de contar con cuantiosas secuencias de animación que resultan espectaculares. Tampoco faltan los diálogos a través de las diez fases que conforman Marvel Ultimate Alliance 3: The Black Order, en los que vamos descubriendo cómo es la relación de nuestros personajes.
Pero aunque podría haberse aprovechado la ocasión para mejorar la historia (o al menos, la narrativa) de esta tercera entrega con respecto a las dos primeras, finalmente no ha sido así. Tenemos un proyecto poco ambicioso en este aspecto, algo que si miramos a las películas o a los propios cómics, nos parece una oportunidad perdida.
Más de treinta personajes son los que podremos controlar, aunque comencemos sí o sí con un equipo de cuatro predefinidos por el equipo de desarrollo. A la media hora de empezar la aventura, ya podemos elegir la estructura personal de nuestro pelotón de Vengadores, aunque no estarán todos desbloqueados desde el inicio, ya que habrá que avanzar para ir consiguiéndolos.
Una de las mayores dudas que siempre hay en un videojuego de este estilo es ver cuáles son las diferencias a la hora de controlar, por ejemplo, a Capitana Marvel o a Spider-Man, y lo cierto es que son muchas: sí, todos hacen ataques con los mismos botones: X, Y y R + cualquiera de los cuatro botones de selección de Nintendo Switch, pero el control y el manejo difiere mucho, de igual forma que los ataques de cada héroe, que son diferentes entre sí como no puede ser de otra forma.
Así, controlar a Spider-Man requiere ir lanzando telarañas de poca potencia de ataque; pero estas telarañas le permiten avanzar más rápido en el escenario. Sus ataques especiales (cuatro) son además muy útiles para ralentizar a los enemigos; Capitana Marvel, por otra parte, tiene su gran potencia de ataque en los especiales, aunque también es buena en un combate cara a cara. Otro ejemplo: Iron Man puede sobrevolar el escenario, lanzar rayos que derroten a enemigos a distancia y defenderse de los ataques enemigos; pero es que Hulk, con su fuerza bruta, puede sobrellevar su lentitud como personaje.
Nos ha gustado también el elemento de rol incorporado en el título: hay una clara progresión no solo a nivel de localizaciones; los cuatro ataques se desbloquean por niveles; estos niveles funciona por puntos de experiencia (asequibles a veces gracias a los cuantiosos cubos EXP repartidos por el escenario); cada héroe, además, cuenta con seis parámetros diferentes: fuerza, vida, ataque especial, resistencia, durabilidad y energía. La energía, por ejemplo, es necesaria para lanzar ataques especiales.
Si además acumulamos la suficiente energía, podemos lanzar ataques especiales muy visuales hasta entre los cuatro miembros del equipo: no es lo mismo lanzar uno de ellos siendo solo Capitana Marvel o Viuda Negra, que lanzar uno entre los cuatro miembros del equipo, algo que nos resultará de ayuda en los combates contra jefes finales para derrotar a todos los enemigos que le rodean.
Por último, queremos hablar sobre la progresión de la historia: avanzaremos por diez localizaciones de forma directa, con desvíos, que ocultan secretos como portales con desafíos que nos darán hasta tres estrellas si completamos sus objetivos secundarios. Son desafíos difíciles, de nivel habitualmente superior al que tenemos en ese momento, y accesibles desde el menú principal una vez se desbloquean.
Podemos avanzar en la historia de forma solitaria o en cooperativo; aunque es esta segunda modalidad la clave del videojuego, recomendamos que sea jugado con amigos y no con desconocidos, ya que el caos en algunos momentos (por ejemplo, en los pocos puzles que hay en la aventura) hace que no haya compenetración entre gente que no está jugando contigo en ese momento. Aún así, sí, el modo cooperativo es la clave de Marvel Ultimate Alliance 3: The Black Order.
Antes de hablar del apartado gráfico del título, queremos hacer evidente un problema que nos ha preocupado mucho: se ha añadido una cámara más ágil y cercana al personaje, pero a la vez, se ha complicado todo mucho. Aunque está la cámara cenital tradicional, la nueva no gira todo lo bien que debiera, y se toma con obstáculos que impiden la visión normal de la acción. Es algo que los desarrolladores deberían arreglar de inmediato para disfrutar de la espectacularidad del videojuego con acierto.
En cuanto a los gráficos, si nos ceñimos a las secuencias de historia, estas son espectaculares, y nos invitan a soñar con una serie animada de este estilo artístico; en cambio, en acción, el motor gráfico parece limitado por la potencia de la consola... o por problemas de trabajo en producción. Dientes de sierra, texturas planas y no complicadas, caídas de frames en momentos de acción... Es perfectamente jugable (salvo por esa cámara que complica a veces todo), pero no es un videojuego puntero en lo técnico.
No estamos ante la obra maestra de Nintendo para Switch este verano (ese lugar quizás lo ocupa Fire Emblem: Three Houses o Astral Chain), pero sí ante una propuesta divertida y ligera que nos permite disfrutar en cooperativo de una aventura llena de fanservice. Hay problemas evidentes de cámara y la historia no es precisamente larga, por lo que la rejugabilidad es lo que permite a los jugadores mantenerse pegados a la pantalla durante semanas.