Aunque ha sido adaptada en decenas de ocasiones a todos los formatos imaginables, la famosa novela de H.G. Wells nunca había conseguido salir de las páginas manteniendo todos sus elementos principales intactos. El atractivo de arrastrar la invasión alienígena a épocas con mayor conexión hacia las distintas audiencias siempre había impedido saborear el material original ambientado en la poca para el que fue concebido. Ni siquiera Steven Spielberg -cuya versión es la más recordada y exitosa de las últimas décadas- quiso ser coetáneo con el material. Por eso resultaba increíblemente interesante la aproximación que la BBC ha querido disponer en su programación.
Craig Viveiros, conocido cineasta del terreno televisivo, y veterano colaborador de la cadena británica (el próximo año debutará también con el piloto de "The Watch"), se sumerge en la Londres eduardiana con la intención de parir la adaptación más fiel hasta la fecha de "La Guerra de los Mundos". Para ello se deshace tanto de las tramas como de los personajes que en previas traslaciones adornaban y, casi siempre, embadurnaban el relato puro y clarividente de Wells. A lo que no renuncia es a los grandes efectos especiales que el estudio dispone a su servicio, en una miniserie que llegará al Canal #0 de Movistar+ el próximo 11 de octubre con un estreno triple.
Antes de la invasión oficial, la miniserie se dejaba ver en el Festival de Sitges presumiendo de sus principales bazas; historias personales cargadas de dramatismo, y toneladas de acción. Para alcanzar este equilibrio la BBC deposita todo su músculo y recursos en el apartado visual, mientras que Peter Harness -guionista de episodios de "The Who"-, confecciona el costumbrismo histórico de las tramas. Y claro, el resultado es notablemente superior a la versión con la que Timothy Hines intentó hace unos años acercarse al relato original.
Una invasión de época
¿De qué trata esta vez "La Guerra de los Mundos"? Como ya he avanzado, Viveiros toma personajes originales casi sin intervenir, buscando explotar una novela ampliamente conocida a nivel cultural, pero poco explorada en sus páginas. La protagonista es Amy (Eleanor Tomlinson), una mujer que debe hacer frente no solo al conservadurismo de principios del siglo XX, sino también a la irrupción espacial de unos invitados inesperados. Perteneciente a la burguesía más rica, Amy decide someterse al escrutinio público yéndose a vivir con George (Rafe Spall), un periodista casado y con hijo, que abandona a su familia para emprender esa aventura amorosa.
La situación para la pareja no puede ser más complicada a partir de ese momento. Primero porque a ojos de Londres, Amy no es más que una libertina egoísta e inmoral. Y segundo, porque George no consigue ni los papeles del divorcio de su antigua mujer, ni el consentimiento de su hermano; un alto funcionario del ayuntamiento de la ciudad. Ahora bien, con un formato tan estrecho como es el de la miniserie, el showrunner no pierde mucho tiempo en abandonar la necesaria paciencia de este tipo de relatos y abrazar la destrucción total.
El pastiche de sobremesa apenas se extiende durante el piloto -farragoso y motivo bastante justificado de abandono prematuro-. Con la llegada del segundo episodio ya comenzamos a disfrutar de la invasión propiamente dicha. Aparece de por medio la incredulidad propia de una sociedad anclada todavía en tradicionalismo y mitos, los intentos infructuosos de contraataque, y la resignación final en la que tanto se recreaba Spielberg. En este caso, no obstante, hay un interés mayor por incidir en el origen de los alienígenas, y en el motivo de su conquista. Ogilvy (RobertCarlyle), un excéntrico astrónomo cuya investigación sobre Marte anticipa la llegada de algo extraño a la Tierra, abre ese melón que se prodiga durante gran parte de la producción.
Apocalípsis de domingo
"La Guerra de los Mundos" tiene todos los elementos que, a priori, hacen falta para consagrar una adaptación digna. Sin embargo, se queda inexplicablemente a medio gas en todos los palos que toca. Ni la relación pasional de Amy y George,ni el dolor de las pérdidas de todas las víctimas, terminan de confeccionar un drama al que interese apegarse. Viveiros toma dos decisiones a nivel de guion bastante comprometidas que tampoco logran cohesionar un producto conformista y cumplidor; la narración con voz en off de la propia Amy, y el racconto al que sume toda la historia con largas secciones de flashforwards plomizos e incomprensibles.
En consecuencia, nos topamos con una progresión irregular a la que uno solo se engancha buscando consuelo en los alienígenas. Y ni eso funciona. Sí, el apartado visual es notable para tratarse de una producción televisiva, pero es imposible ignorar los trucos visuales que efectúa el director para ahorrar costes. La cámara aquí siempre rehúye de la violencia escudándose en primeros planos de rostros, mientras que el humo y la iluminación se encargan de hacer imposible atisbar con certeza las acciones de las naves invasoras. Los escasos momentos de verdadera lucidez no compensan los interminables tramos de dramatismo personal. De dolor proveniente de unos personajes que discurren lejos de la empatía del espectador.
Conclusión
No es un producto desechable y tampoco es la gran serie que muchos esperan encontrarse viendo los tráileres. "La Guerra de los Mundos" de la BBC es una adaptación efectista que, para no hacer ruido, se acomoda en la seguridad de una novela probadamente exitosa. Que chapotea sin profundizar por cuestiones como el peligro de los nacionalismos y las armas químicas. Se necesita ser algo más que un seriéfilo, se exige mucha paciencia y amor por H.G Wells para no abandonar este barco sin tripulación.
Desde Inglaterra llega una de las adaptaciones de la novela de Wells más fieles. Ese mismo homenaje, sin embargo, termina pasando factura a una producción que palidece la duración de su formato, y el conservadurismo de sus creadores.
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