Es difícil encontrar en la historia castellana una figura más notoria que la de Rodrigo Díaz de Vivar. El que en buena hora nació ha copado con sus andanzas un sinfín de cantares de gesta, novelas, investigaciones, pinturas, series y películas. Incluso Charlton Heston se enfundó allá por 1961 su armadura en una de esas épicas epopeyas que tanto gustaban en el Hollywood clásico. Por ello, ofrecer algo original sobre su historia era una tarea harto complicada. Sin embargo, a Amazon Prime Video, con Jaime Lorente a la cabeza, no le ha temblado el pulso para intentarlo con "El Cid", una de sus producciones españolas más ambiciosas.
Ruy antes de El Cid
En busca de ese toque distintivo, la plataforma de streaming ha decidido dar un giro de tuerca a la leyenda. Así, en lugar de colocarnos en el habitual contexto de la jura de Santa Gadea y posterior destierro de Castilla, la serie retrocede aún más atrás. Se nos presenta a un joven que se hace llamar Ruy, hijo de Diego Laínez, soldado caído en batalla a causa de la "traición" del rey Fernando I de León (José Luis García Pérez). Ruy es enviado a León siendo aún un niño por su abuelo materno, Rodrigo (Juan Fernández), para que se forme como guerrero, sirva a su rey y continúe el legado de su padre.
Allí conocerá de primera mano al mencionado monarca, así como a su esposa Sancha (Elia Galera) y sus hijos Sancho (de quien será fiel escudero), Alfonso, García, Urraca y Elvira. Además, en León coincidirá con diversos personajes: el Conde de León (Carlos Bardem), su hijo Orduño (Pablo Álvarez), Jimena (Lucía Guerrero), el obispo (Juan Echanove), Álvar Fáñez... Un reparto coral correcto en el que destacan las figuras de Bardem y García Pérez. Mención especial merece Alicia Sanz, que da vida a la infanta Urraca con una excelsa interpretación.
De esta forma, "El Cid" se sitúa en una época mucho más desconocida de la vida del buen vasallo. Y es que Ruy ni siquiera es soldado, tan solo cumple con su obligación para con el infante Sancho. La decisión de Amazon es arriesgada ya que la parte más interesante de la vida de El Campeador aún queda lejos, pero la originalidad de la propuesta acabará siendo un acierto si la serie tiene el éxito necesario como para continuar su historia en posteriores temporadas. Desde luego, material tiene para hacerlo, aunque necesitará imprimirle más épica para sostenerla en el futuro. Lo visto hasta ahora, que va de menos a más, invita a soñar con ello.
Lorente, siempre volcado en cuerpo y alma con sus personajes, consigue dotar al personaje de ese carácter honorable, algo inocente por su juventud pero dispuesto a cualquier cosa con tal de obedecer a sus valores. Tarea difícil siendo, recordemos, un mito tantas veces retratado. El intérprete no se deja llevar por la leyenda y ofrece en la pantalla la sinceridad y el coraje que exige un personaje como el de Ruy. Porque, bajo todo esto, lo que subyace en "El Cid" no es más que la vida de un muchacho que quiere cumplir con el honor de su padre y encontrar su sitio entre las complejidades políticas que rodeaban el Reino de León.
Jaque al rey
Estas complejidades no son otra cosa que una delicada partida de ajedrez con la corona como trofeo. La serie renuncia a cederle el protagonismo absoluto a Ruy y se sumerge en un juego de tramas alternas que decidirán el presente y el futuro del Reino y de la península. Alianzas, traiciones, intereses y, en definitiva, una frágil tela de araña tejida sobre la espalda del rey Fernando. Con esta fórmula, aunque en sus primeros compases el baile de nombres es algo confuso y lento, la serie resulta todo un divertimento que se asemeja mucho a los conflictos por el trono de hierro de "Juego de Tronos" (sin dragones, eso sí). La contraparte, también hay que señalarlo, está en que "El Cid" ofrece una narrativa mucho más sencilla que se cohíbe de regalar de demasiadas sorpresas, ingrediente fundamental que hizo destacar a la serie de HBO.
Tampoco ayuda que la historia, a ratos precisa y a ratos muy edulcorada con tintes melodramáticos excesivos, esté basada en hechos reales más o menos conocidos. Ciertas decisiones narrativas y estéticas despistarán a los más puristas, a la vez que otros detalles diseminados en el metraje harán las delicias de estos mismos espectadores. Sobre este equilibrio de incorrecciones históricas y adecuaciones a la trama, la tensión se mantiene y la serie consigue hacer gala de una ligereza y dinamismo muy agradecidos en una producción medieval. El tablero se despeja rápido, evita peones innecesarios debido a su corta duración (5 episodios) y dota al conjunto de un aura muy entretenida y amena.
Campeador
Para soslayar los baches que puedan surgir, además, "El Cid" hace uso de un recurso tan eficaz y antiguo como el propio cine: buenas dosis de acción. El elevado presupuesto que ha insuflado Amazon al proyecto de Zebra Producciones se expresa de forma clarividente en este tipo de secuencias, ya sea una justa medieval o una gran batalla en mitad de las tierras castellanas y aragonesas. Los extras se cuentan por cientos y la sangre brota a borbotones con una violencia considerable. El ritmo es muy elevado en estos momentos y permite que la serie pueda pisar el acelerador sin miedo a embarrarse. Y con ello, de nuevo, la mente regresa irremediablemente a las luchas a vida o muerte de Jon Snow y compañía.
En este viaje de Ruy, el de Vivar se encontrará no solo con unos reinos cristianos diezmados sino con las culturas árabe y judía que en aquella época poblaban el territorio. El presupuesto de Amazon vuelve a permitir que la serie se guste con decorados magníficos y recreaciones de ciudades y poblados con aspecto del medievo. Es un punto especialmente acertado este multiculturalismo porque, pese a lo que muchas veces se ha plasmado en la vida del Campeador, moros y cristianos no tenían una gran cruzada religiosa abierta sino que, dentro de la tensión evidente, cada reino velaba exclusivamente por sus intereses, aliándose con unos y enfrentándose a otros sin importar demasiado su cultura o color de piel. Y el Cid, tal y como ha sido reconocido por tantos historiadores, comprendió esa realidad mejor que nadie.
Conclusión
En definitiva, "El Cid" es una serie que podría ser más pero que logra un nivel general muy aceptable que invita a soñar con algo más notorio en sus temporadas venideras. Es cierto que la épica de la leyenda aún no se ha dejado ver por completo, pero la originalidad de la propuesta y el juego de poderes en el que se ven inmersos sus personajes hace que no carezca de entretenimiento. Amazon reescribe la historia alternando entre precisiones históricas y elementos ficcionados que inyectan dinamismo a su proyecto. Todo ello acompañado de mucha sangre, violencia y un reparto coral interesante. A aquellos a los que les gusten las series del género histórico medieval se les hará muy ágil de ver. "El Cid" se estrenará el 18 de diciembre en Amazon Prime Video.
"El Cid" es una serie que podría ser más pero que logra un nivel general muy aceptable que invita a soñar con algo más notorio en sus temporadas venideras. Es cierto que la épica de la leyenda aún no se ha dejado ver por completo, pero la originalidad de la propuesta y el juego de poderes en el que se ven inmersos sus personajes hace que no carezca de entretenimiento. Amazon reescribe la historia alternando entre precisiones históricas y elementos ficcionados que inyectan dinamismo a su proyecto. Todo ello acompañado de mucha sangre, violencia y un reparto coral interesante. A aquellos a los que les gusten las series del género histórico medieval se les hará muy ágil de ver.