Las películas de Mario Casas han ido a mejor en los últimos años, pero no se puede negar que sus comienzos como actor fueron, como mínimo, inciertos. Primero en televisión, con series como Los hombres de Paco y El barco que le sexualizaban una barbaridad. Y más tarde en largometrajes de dudosa calidad como Mentiras y gordas, y en menor medida, Fuga de cerebros.
Menos mal que la filmografía de este actor gallego ahora merece mucho la pena. Ha mejorado sus dotes interpretativas, y ahora las películas de Mario Casas son buenas. Por esta razón, he preparado un repaso completo a su carrera cinematográfica, con la que os daréis cuenta del salto de calidad que ha dado esta última década.
Mejor no comentar demasiado sobre la peor película española de toda la historia. Al menos si hablamos de largometrajes con vocación comercial. Tóxica, innecesaria y excesivamente vulgar, aquí Mario Casas interpreta a un chico con adicciones que esconde un secreto.
Como si estuviéramos viendo Fantasy Island, pero aún más mala: un avión en el que viajaba un equipo de fútbol tiene un accidente y se estrella en una isla desierta. Toca sobrevivir. Sigue la moda de Perdidos, pero una década tarde.
No hay por donde coger este drama con tintes de comedia negra en el que Mario Casas hace de Mario Casas. No es que Paco Cabezas sea un mal director, pero es evidente que algo no funcionó en esta caótica película. Es lo que ocurre por querer ser la Pulp Fiction cañí.
Tres metros sobre el cielo no es que sea una buena película romántica, pero al menos es un poco mejor que su secuela. Tengo ganas de ti es un videoclip sin música en el que ningún actor hace correctamente su trabajo. ¿De verdad queréis un Hace en vuestra vida?
Lee lo dicho en Tengo ganas de ti, con una décima más de nota en mi calificación.
He de decir que con 15 años, esta comedia española protagonizada por Mario Casas, Alberto Amarilla, Amaia Salamanca y Canco Rodríguez era divertida. La volví a ver hace poco, y preferí borrarla rápidamente de mi cabeza. Eso sí, fue un éxito de taquilla inesperado.
Me vais a perdonar, pero Mi gran noche no está más arriba porque a mi juicio, es una de las peores películas de Álex de la Iglesia. Un intento de ridiculizar las galas de Nochevieja producidas por José Luis Moreno, que lo mejor que tiene es lo adelantada que fue a su tiempo al retratar a la perfección lo que ha terminado ocurriendo con el polémico productor.
Un drama sobre la inmigración que confió en Mario Casas por su nombre, y no tanto por sus dotes interpretativas en aquel momento. Al menos Belén Rueda está espléndida, y es una película agradable de ver.
Tampoco es que El bar sea la mejor película de Álex de la Iglesia, pero sus primeros 40 minutos son una verdadera obra de arte. Como es habitual en el director español, sus finales se pierden en la locura, y aquí ocurre precisamente eso: el caos.
Bajo la piel de lobo no es un buen drama, pero sí una de las primeras películas de Mario Casas que demostró que el actor es mucho más que un chico guapo con buen cuerpo. Los gestos, las miradas y los silencios destacan.
Kike Maíllo se inspira en el cine de Tarantino, pero también en el de Urbizu o Monzón, con un vibrante thriller de acción que contiene secuencias de acción muy interesantes desde el punto de vista técnico, y con una historia que si bien no es original, funciona casi en todo momento.
Drama norteamericano en el que participaron Antonio Banderas, Rodrigo Santoro (Sin Límites) o Juliette Binoche y que relata los sucesos reales ocurridos en Chile en agosto de 2010, cuando se derrumbó la mina de San José dejando atrapados en su interior a 33 minutos durante 70 días.
Una de las películas de Mario Casas más divertidas y con mayor ritmo, gracias a un Álex de la Iglesia que se inspiró en la brujería de Navarra para dar forma a una historia muy buena. Sí, falla de nuevo en ese tercio final, pero merece mucho la pena.
Antonio Banderas debutó como director con una película arriesgada, personal y alejada de la narrativa clásica. Quizás por eso no fue ningún éxito en aquel momento, pero nadie puede negar que el actor español más internacional logró destacar. Mario Casas, eso sí, solo consiguió un pequeño papel en el largometraje.
Una de las películas de Mario Casas que más me gusta, y que sigue el estilo de El tiempo entre costuras, aunque adaptando una novela diferente. Es una aventura romántica épica que funciona a las mil maravillas a lo largo de sus 160 minutos de duración, y que nos muestra un actor mucho más maduro que en el pasado.
Mario Casas da vida a Ángel, un técnico de emergencias que tras sufrir un grave accidente, comienza a ver cómo su vida se desmorona. Es un interesante thriller psicológico, que en algunos tramos funciona incluso como película de terror. Y Mario Casas está inmenso.
Es una de las últimas películas de Mario Casas, y a la vez, el que le permitió obtener su primer Premio Goya a mejor actor. Lo comprendo, porque aquí el actor está inmenso, y aunque creo que No matarás es fallida en algunos momentos (disparate como ella sola), se convirtió en toda una sorpresa.
Los hermanos Pastor se alejan de la ciencia ficción y se adentran en el thriller psicológico más crudo. Mario Casas aquí es co protagonista junto a Javier Gutiérrez, y pese a la experiencia de este último, el primero no desentona en absoluto.
Mar Targarona apuesta por adaptar esta historia basada en hechos reales con un Mario Casas que demuestra su talento durante las casi dos horas que dura la película. Un drama ambientado en el Holocausto y que se convierte en un imprescindible en su filmografía.
Alberto Rodríguez es uno de los mejores directores de nuestro país, y aunque La isla mínima es más redonda, sus 16 nominaciones a los Goya por Grupo 7 es un buen ejemplo. Y Mario Casas, como co protagonista, está sorprendentemente bien.
Un thriller que funciona, vapuleado por la crítica, pero casi de sobresaliente con el paso de los años. Te volará la cabeza si todavía no lo has visto, y arrasó en China (así, como dato curioso).
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