Hace ya unos meses que Mutant Year Zero: Road to Eden venía pisando con fuerza, dejando muy buen sabor de boca y prometiendo ser uno de esos videojuegos que, sin hacer demasiado ruido, llegan para conquistar a miles y miles de jugadores. Desde las primeras impresiones que nos dejaba la demo en el E3 hasta una versión más avanzada que tuvimos la suerte de disfrutar hace unas semanas, la obra de estrategia de The Bearded Ladies ha sido capaz de captar toda nuestra atención.
Y ahora, con el juego ya a la venta, hemos podido disfrutar de todo lo que tiene que ofrecernos Mutant Year Zero (a partir de ahora vamos a ahorrarnos el subtítulo por comodidad vuestra y mía) durante los últimos días para traeros un análisis detallado de las peculiares propuestas de una de las sorpresas más agradables que nos deja este 2018. Si queréis saber más de este espectacular videojuego, acompañadnos en nuestro análisis.
Mutant Year Zero es un videojuego que, desde el punto de vista de su jugabilidad, resulta precisamente lo que podríamos esperarnos de una nueva entrega de XCOM. El juego pone su base en esta conocida franquicia de estrategia, ofreciendo un combate por turnos en el que el posicionamiento es el pilar principal sobre el que se ramifican aspectos más secundarios como una cierta aleatoriedad basada en probabilidades, el uso de habilidades y la capacidad para adaptarnos a los cambios inesperados.
Pero lo mejor del videojuego de The Bearded Ladies es que no se queda aquí, sino que busca ir un paso más allá y moldear a su antojo la fórmula, mezclándola con elementos de exploración y sigilo que convierten los momentos preparatorios para cada combate en una fase tan importante, si no más que el propio combate. Mutant Year Zero es un título que no perdona los errores, que usa mano dura con el jugador hasta en los modos de dificultad más "sencillos", y que hace prácticamente obligatorio explorar el terreno antes de entrar en combate. De esta forma podremos, no solo obtener una ventaja estratégica sobre los adversarios, sino acabar con más de uno con sigilo, sin siquiera llamar la atención del resto.
Para favorecer esta manera de jugar, Mutant Year Zero da la opción de manejar por separado a cada uno de los personajes que conforman nuestro grupo. Podemos apostar a nuestro francotirador alejado de la acción mientras, con los personajes más resistentes, nos infiltramos entre las líneas enemigas y las diezmamos en sigilo.
Y sorprende lo bien que se compaginan las fases de sigilo previas a los combates, en donde manejamos en tiempo real a nuestros personajes, con los combates como tal, en donde el juego adopta un sistema de turnos en donde tenemos todo el tiempo del mundo para pensar nuestros movimientos. Estas dos fases se alternan con buen ritmo, sin un parón ni diferencia crítica entre ellas pero con claridad y elegancia.
Todo ello llega acompañado de un sistema de progresión con toques de RPG. Cada uno de los personajes que manejamos va progresando de forma independiente y tiene sus propias habilidades y un pequeño árbol de habilidades. Este es uno de los puntos en los que Mutant Year Zero se queda un poco corto, ya que el árbol de habilidades no es demasiado extenso y desbloquearlo por completo no aporta demasiado, ya que las mejores habilidades no requieren un desbloqueo total. Así, a partir de cierto punto, el progreso deja de tener demasiado sentido y, aunque las estadísticas mejoran ligeramente, la diferencia la marca el equipamiento.
Y precisamente en el equipamiento nos encontramos otro punto con luces y sombras. Si bien es cierto que de principio tenemos bastante equipamiento que desbloquear y las mejoras e este se traducen en una mejoría importante en el rendimiento de nuestros personajes en combate, a la larga se siente algo pobre. La cantidad de armas y la variedad en el equipamiento se queda algo corta y nos deja con ganas de más, con la sensación de que podría haberse hecho algo más.
En general, aunque es cierto que puede que algunos aspectos jugables de Mutant Year Zero se puedan quedar cortos, estos fallos simplemente no son suficientes como para empañar lo más mínimo una propuesta prácticamente sobresaliente, divertida, ágil e inteligente.
Algo que destaca de forma importante en Mutant Year Zero es la capacidad narrativa del videojuego. Desde el primer momento que entramos se deja entrever una historia muy a lo Fallout, con un tema serio de fondo, cargada de matices, pero que en la superficie y de cara al jugador no duda en llenarse de un humor oscuro, chistes malos y poca seriedad.
Mutant Year Zero nos pone en la piel de un grupo de mutantes que han sobrevivido al apocalipsis. El mundo se ha ido al traste y la única zona segura es el Arca, una gran ciudad en donde lo que queda de la humanidad vive en paz, al menos hasta que se acaben los recursos. Ahí es donde entran nuestros personajes, los mutantes, mercenarios que arriesgan su vida fuera del Arca, en zonas dominadas por criaturas salvajes y peligros ambientales, para encontrar recursos.
Algo que destaca en el apartado narrativo es la estúpida facilidad del juego para mezclar temas serios con un humor absurdo, hablarte de un racismo latente en la sociedad, no solo del videojuego, sino real, pero a la vez tirarte a la cara cuatro chistes malos seguidos. Aún no tengo claro si esto es algo bueno o malo, pero lo que está claro es que es capaz de llamar la atención y resultar diferente al resto de obras.
Tal vez el pero que le podamos poner a este apartado narrativo es que, al ser un juego muy centrado en la jugabilidad y que tiene una duración de apenas 15 horas, falta "chicha" en la historia que sirve de hilo de toda la aventura. Le faltan unas horas de más en donde se desarrolle más la historia y pasen más cosas.
Desde el punto de vista técnico, Mutant Year Zero cumple sobradamente. Es un videojuego que visualmente luce bien gracias a un buen trabajo artístico en los entornos y, sobre todo, en el diseño de los diferentes personajes y enemigos que nos vamos encontrando. No es ninguna bestia gráfica, pero sí es capaz de entrar por los ojos desde el primer momento, cosa que ayuda mucho.
En cuanto al rendimiento, nos encontramos con un juego que está perfectamente optimizado. En nuestra experiencia, con un PC que cumple sobradamente con los requisitos, hemos podido jugar en calidades altas sin tener ningún tipo de problemas de bajadas de frames y, además, algunos de los bugs presentes en la última beta que probamos han sido solucionados.
Mutant Year Zero es un videojuego que no es perfecto. Tiene problemas en algunos apartados y se queda corto en otros; pero por encima de estos fallos, el juego es capaz de brillar evitando que cualquiera de los puntos negativos empañe una experiencia sublime. Una jugabilidad accesible, original, inteligente y divertida se mezcla con una narrativa de calidad y un apartado técnico bueno para dar como resultado un juego que cumple con creces las expectativas.
Los fans de la estrategia, el sigilo o los mudos posapocalípticos están de enhorabuena, porque Mutant Year Zero ha llegado para quedarse y The Bearded Ladies ha pegado un buen puñetazo sobre la mesa. Una de las propuestas más sólidas de todo el año nos llega ahora y, con sus pequeños fallos y sus grandes aciertos, Mutant Year Zero se convierte en un videojuego que no resulta nada difícil recomendar a casi cualquier tipo de usuario.