En El Hombre del Norte, Skarsgård interpreta a un bárbaro guerrero norteño quien busca venganza contra los asesinos de su familia. En la cinta, se aliará con el personaje de Anya Taylor-Joy, Olga (una joven con conexiones al mundo espiritual) para lograr su propósito, un duo cuya dinámica en pantalla me encanta.
Ahora que la película ya está estrenada, hemos podido ver de forma muy clara que el vikingo de Alexander Skarsgård se parece bastante a Eric Northman, el vampiro de sangre fría que interpretó en True Blood. Estas similitudes no acaban en su apellido, "Northman", que también da nombre a la cinta en idioma original, "The Northman". Pues bien, en una entrevista reciente con Enterteinment Weekly, el sueco bromeó diciendo que consideraba el papel de vikingo "una secuela directa" de su rol como no-muerto. Pero, ¿cuánto hay de verdad en ese chiste?
Como ya sabréis si seguís la serie, la tercera temporada de True Blood desveló el pasado de Eric Northman, quien casualmente era también un vikingo que busca venganza por... ¡Habéis acertado! El asesinato de su familia. Tras ser cuestionado sobre estos paralelismos tan obvios, el sueco reconoció que no era mera coincidencia, "quiero acreditar a True Blood por darme la idea".
Además de ello, también rememoró el momento en el que tuvo la idea de "contar una historia vikinga en un lienzo más grande, en una escala más épica", cosa que le vino a la mente durante una de las sesiones de rodaje de la serie sobrenatural. Agregó también que después de aquel instante se volvió una especie de sueño para él dar vida a ese personaje vikingo en un largometraje, con la capacidad de darle mayor profundidad y sentido que con un "mero flashback".
Tenía un poco esta idea, este sueño... de poder hacer algún día una película épica de vikingos, pero de una manera auténtica, que capturase la esencia de las antiguas sagas islándicas y la poesía. De ese mundo duro, inhóspito y lacónico, también con el tono y los personajes".
Es interesante ver las vueltas que da la vida, para que algo así ocurra. Que un mero pensamiento en un rodaje ajeno por completo acabe tomando una forma tan tangible. "Hace diez años era un sueño muy distante" decía el actor, quien no pudo creer su suerte cuando conoció al director, Robert Eggers, y supo el proyecto que traía entre manos. Hay que decir que el papel le va como un guante, y es que Skarsgård borda la interpretación una vez más, igual que ya lo hizo en True Blood.
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