El fan alzó la voz y los productores agacharon la cabeza. Ante el temor de echar a perder todo el proyecto, Paramount decidió hacer algo nunca antes visto en la industria; desestimar el trabajo de su propio equipo para seguir los deseos de los futuros espectadores. La película de Sonic volvía así a los focos más de medio año después con un nuevo protagonista, y 30 millones de dólares de sobrecoste bajo el brazo. ¿Cómo se llegó a tal decisión? ¿Qué papel tuvo Jeff Fowler en ella?
Aunque fue el mismo director el que se disculpó con los seguidores de la mascota de SEGA tras el primer tráiler, parece que la causa misma del problema no tenía su raíz en el equipo de diseñadores. Ese rostro horrible y desacertado solo fue posible gracias a una posición adoptada en despachos. Sí, tal y como explica el animador Max Schneider a Sonic Team Argentina esta misma semana, su equipo no tuvo ni voz ni voto en la confección del erizo.
Al parecer los ejecutivos de Paramount eran conscientes de que a los fans no les gustaría el aspecto físico del protagonista, pero aún así decidieron seguir adelante. ¿Por qué? Al igual que ya sucedió con el live-action de las Tortugas Ninja, creyeron que el espectador medio, el menos apegado a la franquicia, sería más tolerante con el diseño. Que la campaña de desprestigio se terminaría deshaciendo con el paso de las semanas. Pero, claro, esto último no sucedió.
Los únicos damnificados por la visión equivocada del estudio al final fueron los propios trabajadores, que se vieron obligados a rehacer todo su trabajo para llegar a una nueva fecha de estreno. Eso sí, Schneider dejaba claro que el amplio margen dejado por la nueva deadline no conllevó ningún tipo de crunch, a pesar de lo que muchos creían. "Todo se retrasó varios meses porque gran parte de la película ya estaba terminada", matizaba. "Y el proceso básicamente fue rediseñar, volver a animar todo con el nuevo personaje. Algunas cosas se rescataron de las viejas animaciones pero otras hubo que prácticamente rehacerlas de cero."
Ahora la duda está en la rentabilidad del proyecto. Si bien es cierto Sonic es una marca consolidada y muy respetada a nivel mundial, el historial que tiene Hollywood con este tipo de adaptaciones no es muy esperanzador. Claro que Fowler y los suyos podrían terminar recaudando una cifra nada desdeñable, pero el sobrecoste de toda la producción ahora obligar a alcanzar algo más que eso. El próximo 14 de febrero se despejará la duda.
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