Cuando vi West Side Story, supe que Steven Spielberg había acertado: este musical era un evento indispensable de cara a esta Navidad, y pensaba que triunfaría porque había puesto mucho cariño en ella. Pero nada, el género está abogado al fracaso después de que este año En un barrio de Nueva York o Querido Evan Hansen se convirtieran también en decepciones. ¿Problema de la Covid-19? Yo creo que no, sino que se lo digan a La La Land: La ciudad de las estrellas.
Aún así, hay esperanza: si el boca a boca es bueno, que lo es (es una de las mejores películas del año, aquí Steven Spielberg lo ha logrado), podríamos vivir un comportamiento parecido al de El Gran Showman, película que se estrenó en Estados Unidos con 8,8 millones de dólares y recaudó casi 180 millones al finalizar su recorrido.
Pero creo que el problema de lo nuevo de Steven Spielberg es doble: primero, que se trata de un 'remake' de una obra maestra del musical que pocos pedían; y segundo, que esta reimaginación apuesta por el género en su vertiente más clásica, alejándose así de verdaderas novedades como La La Land: La ciudad de las estrellas. ¿Habría que innovar en esta categoría de cine?
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