Si has permanecido atento a todo lo que sucede en redes sociales, en las últimas jornadas habrás leído más de un comentario criticando el argumento de Napoleón, biopic centrado en la figura de Napoleón Bonaparte y dirigido por Ridley Scott. El mismísimo Arturo Pérez-Reverte escribió una breve reseña que no dejó títere con cabeza: "(...). La asombrosa ausencia de rigor histórico, político y militar puede parecerle, como a mí, un disparate (...)".
El gran problema es que Napoléon no es todo lo rigurosa que debe ser una película biopic centrada en alguien tan importante como Napoleón Bonaparte. Ridley Scott se tomó ciertas licencias en el guion que no ha pasado desapercibidas.
Encontramos la respuesta en las declaraciones del historiador Zack White a la BBC: "Napoléon solo dirigió personalmente uno de los ataques a este reducto y resultó herido en un muslo de la pierna". Es decir, no lideró el sitio de Tolón; únicamente ejecutó una estrategia emplazando baterías artilleras para tener mayor potencia de fuego.
Geoffrey Ellis es uno de los mejores historiadores, y quizás el que mejor conoce la figura de Napoleón Bonaparte. A pesar de lo que se viera en la película de Ridley Scott, el futuro emperador nació en el seno de una familia de la pequeña nobleza de Italia, por lo que ni mucho menos es de orígenes humildes como Ridley Scott nos quiso vender. Gracias a esta condición, pudo estudiar en una academia militar; de haber sido del pueblo llano, ni mucho menos hubiera alcanzado esta condición.
A pesar de lo que pareciera en la película de Napoléon, el personaje de Josephine no estaba interesado en él. Es más, historiadores confirman que antes de empezar con el protagonista de la historia, era la amante de su jefe, Paul Barras. Fue la insistencia de Napoleón Bonaparte lo que la empujó a contraer matrimonio. Zack White, al que he mencionado antes, lo explica así: "era una mujer muy inteligente, perspicaz y bella. Capaz de utilizar sus muchos encantos para congraciarse con personas al convertirse en la emperatriz de Francia. Pudo moverse en ciertos círculos y crear niveles de influencia muy sutiles".
Napoleón Bonaparte no era tan bajito como muchos pensaban: medir 1,68 metros de altura hoy en día puede parecer poco, pero en la época, era una altura promedio.
He visto Napoléon en cines y puede ser una entretenida película de acción y aventuras, pero ni mucho menos es cine histórico. Además, es como acudir a un museo: observas diferentes cuadros relacionados temáticamente entre sí, pero dando saltos de uno a otro. Ridley Scott crea una colección de obras de arte bellas en lo estético, pero a las que le falta la coherencia argumental que requiere una biografía de este estilo.
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