La recta final ha empezado. "Falcon y el Soldado de Invierno" encara su tramo definitivo con un montón de tramas abiertas y conflictos por resolver. Así, esta semana le ha tocado allanar el terreno al cuarto episodio, titulado "El mundo nos observa". Título muy acertado, por cierto, dado el final del capítulo. Pero no vamos a entrar aún en spoilers, que eso viene luego.
Esta semana, llegábamos a "Falcon y el Soldado de Invierno" con Sam, Bucky y Zemo en Riga después de una turbulenta visita a Madripur. También estaban en la ciudad letona las Dora Milaje de Wakanda y los cabecillas de los Sin Banderas, comandados por la super soldado Karli Morgenthau. Y, por supuesto, John Walker y su compañero Lemar Hoskins se encaminaban a ir tras ellos. Las curvas se veían venir desde kilómetros, vaya.
Acción gratuita
Así, el cacao ideológico que se lleva presentando desde el principio de la serie adquiere una nueva dimensión totalmente principal en este episodio de "Falcon y el Soldado de Invierno". Un bando es malo y mata si es necesario, el otro bando es aún peor porque mata, es supremacista y tacha a los contrarios de terroristas, Wakanda quiere venganza y Zemo... pues es Zemo. Y en medio de este berenjenal están Sam y Bucky. Son los protagonistas de la serie y, al igual que el espectador, deben tratar de poner paz y tomar partido cuando sea necesario antes de que todo acabe tan mal como parece.
Al final, todo se resuelve en broncas, puñetazos, disparos, cuchillos, escudos y lanzas volando de un lado a otro. El capítulo es frenético, sí, pero a diferencia del anterior, aquí no funciona tan bien la violencia. Es verdad que es agradecido ver buenas dosis de acción en una serie que en ningún momento ha escondido lo que pretende ser. Pero en determinadas escenas las peleas transmiten la sensación de ser totalmente innecesarias, puro relleno injustificado para acrecentar las rencillas entre los personajes.
Tampoco es bonito ver cómo los dos protagonistas de "Falcon y el Soldado de Invierno" quedan diluidos en medio de la ferviente batalla. De hecho, cuando mejor funcionan ambos es en los momentos en los que la pelea aún no ha empezado. Bucky regala una de las mejores escenas de la serie nada más empezar, con ese retroceso a Wakanda en el que vemos cómo le liberan la mente después de tanto tiempo. Emotividad y sentimiento, no hace falta más. Aun así, el gran nombre del capítulo es Sam.
El verdadero Capitán América
Porque sí, John Walker es quien lleva el escudo en "Falcon y el Soldado de Invierno", pero todos sabemos que pertenece a Sam. Y Steve también lo sabía. Por primera vez en muchos años, vemos qué es lo que tiene realmente de especial el personaje y por qué el Capi, el de siempre, decidió que era su mejor heredero. Lejos de pelearse con Karli, Sam trata de entenderla, dialogar y evitar una confrontación que sabe que no lleva a ningún lado. La escena es aún más sensacional porque en la sala contigua está Walker, escudo en mano, impaciente por entrar y repartir unos cuantos guantazos. Pura tensión, puro contraste.
Más adelante, Zemo le pregunta a Sam que si se pondría el suero del súper soldado, ante lo que Falcon contesta un sencillo "no", sin dudar ni un ápice. Por su parte, Walker hace justo lo contrario. No hay necesidad de ponérselo, tiene aliados de sobra para combatir sin ostentar más poder en sus músculos, pero hace caso omiso. Su ego le puede. Y el terrible final del capítulo es su caída definitiva a los infiernos. Buscando ser le mejor Capitán América posible, se convierte justo en lo contrario a lo que fue Steve.
¿Estreno semanal?
El último pensamiento que deja este cuarto episodio de "Falcon y el Soldado de Invierno" confirma lo que hasta ahora muchos ya empezábamos a notar. A "Bruja Escarlata y Visión" el estreno semanal le funcionó a las mil maravillas. Cada capítulo dejaba numerosos misterios y subtramas llenas de giros, además de acabar con poderosos cliffhangers que ponían patas arriba las deducciones de los espectadores. En esta nueva serie de Marvel ocurre lo opuesto.
Sus finales son grandilocuentes, sí. Y el del primer episodio continuó con la tónica de su serie predecesora. Pero los demás no presentan nada demasiado rocambolesco. Generalmente son apariciones o revelaciones que suponen un punto de inflexión en la trama, pero nada más. Los episodios no tienen una estructura tan cerrada, y por ello la sensación que transmite "Falcon y el Soldado de Invierno" es la de que podría verse del tirón como una película larga y a nadie le descuadraría. Es, en ese sentido, engancha mucho menos a largo plazo.
Conclusión
En resumidas cuentas, el cuarto episodio de "Falcon y el Soldado de Invierno" es exactamente lo que se esperaba de él, para bien y para mal. Tiene ingredientes magníficos como el paso adelante de Sam o la llegada al punto de no retorno de Walker, pero también tiene mucha acción poco coherente y demasiado previsible. Es triste ver que la dirección que ha tomado la serie es clara y poco sorprendente, algo que en un estreno semanal le resta demasiado. Aun así, sigue siendo un frenético disfrute para cualquier fan del UCM.
En resumidas cuentas, el cuarto episodio de "Falcon y el Soldado de Invierno" es exactamente lo que se esperaba de él, para bien y para mal. Tiene ingredientes magníficos como el paso adelante de Sam o la llegada al punto de no retorno de Walker, pero también tiene mucha acción poco coherente y demasiado previsible. Es triste ver que la dirección que ha tomado la serie es clara y poco sorprendente, algo que en un estreno semanal le resta demasiado. Aun así, sigue siendo un frenético disfrute para cualquier fan del UCM.
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