A las nuevas les espera un reto, y a las veteranas un cambio de paradigma. Durante las últimas semanas se ha ido dibujando una situación muy compleja para el futuro de Netflix; un porvenir repleto de peligros directos, y desgastes de una base de clientes que podrían migrar masivamente ante la creciente oferta de servicios. No resulta extraño que los directivos de la plataforma se estén moviendo ya para reforzar el servicio en todos los sentidos.
Empezando por blindar a su equipo creativo con bonus, siguiendo con el fichaje selectivo y costoso de algunas de las estrellas más reconocidas del panorama cinematográfico, y siguiendo con todo tipo de innovaciones a nivel de funcionalidades en la app. Tal y como reporta The Independent, a todo ello ahora se sumarán medidas para evitar que se compartan contraseñas de cuentas.
En la reunión celebrada hace unos días con motivo de los resultados financieros del tercer cuarto, los directivos de Netflix pusieron encima de la mesa una política que evitará la pérdida notable de beneficios que provoca el libertinaje democrático que algunos practican con sus cuentas. ¿Cómo pretenden logarlo? Greg Peters, director de producto, se mostraba prudente en torno al método que evitará la reacción negativa de estos clientes.
"Seguimos monitoreando, así que estamos observando la situación", explicaba. "Analizaremos las soluciones más friendly para el consumidor de cara a tensar la práctica lo máximo posible." Eso sí, el directivo aclaraba que la compañía no tiene por el momento "planes grandes" de anunciar nada a corto plazo. Aunque no les sobra precisamente tiempo.
De acuerdo a un estudio de Magid, hasta el 35% de los millenials con una cuenta en el servicio llevan a cabo la práctica. Ese porcentaje desciende al 19% entre la Generación X, y al 13% entre los Baby Boomers. A día de hoy se desconoce el monto de pérdidas que supone para las arcas anuales de la compañía, pero el medio las sitúa en millones de dólares.
¿Aceptarán de buen grado esta medida los artífices de esa transmisión de contraseñas? Netflix se encuentra en uno de los momentos más críticos de su corta vida, y su relación actual con los clientes no pasa por una buena racha. La subida de precios aplicada el pasado verano, sumado a la inanición ante las ofensas directas de la compañía, dibujan ahora un panorama peliagudo para la que antaño fuera referente en el negocio.
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