Cinco son las temporadas de Élite que hay disponibles en este momento en Netflix, habiéndose estrenado la quinta el pasado viernes. Desde entonces, es número 1 en la plataforma de streaming (superar a Café con aroma a mujer no era nada fácil), y yo me la he tragado en dos días para poder criticarla como siempre hago a pesar de ser la serie que más me engancha del catálogo.
¿Qué tiene Élite? Porque a pesar de considerarla una basura, creo que es un proyecto que sabe conectar con su público y le da lo que le promete: suspense, sexo, fiesta y una estética moderna tipo Euphoria. Y otra cuestión, ¿cuál es la mejor temporada de Élite? ¿Y cuál es la peor?
Es posible que para muchos de vosotros la primera etapa de Élite fuese la mejor, pero tanto la segunda como la tercera temporada de la serie dejaron bien claro que, o renovarse, o morir. Y es que en esta última los personajes ya estaban hastiados de dar vueltas sobre lo mismo, y menos mal que con la cuarta tanda de capítulos cambiaron a algunos de ellos. Tampoco el misterio ayudó mucho: parecía un calco de los dos anteriores.
Tras la magnífica primera temporada de Élite (entiéndeme, teniendo en cuenta los estándares del género), la segunda intentó hacer algo parecido, pero menos interesante. La historia de Omar y Ander fue lo más interesante (y ahora en la quinta es lo que más pereza me da, por mucho que este último ya se haya ido), pero se necesitaban cambios.
Y los cambios llegaron en la cuarta temporada: Élite sufrió la marcha de personajes tan queridos como Carla, y claro... ¿Cómo sobrevivir ante salidas tan importantes como la de Ester Expósito o Danna Paola? Muy fácil: vamos a meter a un nuevo director con sus tres hijos problemáticos, y os regalamos una de las tramas más interesantes de toda la serie.
Esta quinta temporada me ha reconectado con Élite: es mucho más intensa, el misterio de fondo está mejor contado, y los vaivenes de sus personajes me interesan. Samu, aunque tenga la misma cara de siempre, tiene un conflicto interesante con Ari; Rebe y Mencía siguen robando planos; Patrick se ha convertido en mi papel favorito de toda la serie... En definitiva, una temporada entretenida y que invita a seguir montados en este barco pese a ser uno que parecía estar a punto de hundir.
La primera temporada de Élite también fue la mejor, y es evidente que Carlos Montero, su creador, tenía las ideas muy claras: vamos a crear un drama juvenil que lleve a los límites a sus personajes. Y lo logró. ¿Por qué ninguna otra tanda de capítulos ha alcanzado este nivel?
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