Darksiders es una de esas franquicias que, dentro del AA y lejos de las superproducciones millonarias de los grandes estudios, ha logrado hacerse un hueco en el mercado actual y en el corazón de miles de fans. Sin embargo, a todos sorprendía THQ Nordic cuando anunciaba meses atrás Darksiders Genesis, la nueva entrega que cambia la acción en tercera persona clásica de la franquicia por una vista cenital al estilo de Diablo.
Genesis se aleja de un hipotético Darksiders IV (que dado el éxito de la tercera parte, parece cuestión de tiempo) y apuesta por un spin-off tanto en lo narrativo como en lo jugable. La tercera persona deja paso a una cámara isométrica que, sin embargo, es capaz de seguir manteniendo la esencia de la franquicia Darksiders. ¿Queréis saber más detalles? Pues acompañadnos en nuestro análisis de Darksiders Genesis.
Spin-off, pero no mucho
Está claro que lo primero que llama la atención acerca de Darksiders Genesis desde su tráiler de anuncio es el cambio de perspectiva. Genesis, como ya comentaba en la introducción, se aleja de un hipotético Darksiders IV y abraza un nuevo subtítulo para dejar claro que se trata de un spin-off, de un experimento que no resulte significativo del rumbo que la franquicia pueda tomar en el futuro. Sin embargo, y para gran sorpresa, la propuesta no está tan alejada de la trilogía original de Darksiders como pudiéramos pensar.
Pese a que la perspectiva isométrica y el gameplay, a nivel visual, puede asemejarse al ARPG de acción del más puro estilo Diablo, lo cierto es que la realidad es otra muy diferente. Darksiders: Genesis es capaz de coger los pilares de Darksiders y trasladarlos a una perspectiva isométrica sin sacrificar la esencia de la franquicia.
Esto es, el juego sigue manteniendo un combate exigente como su principal enfoque y el pilar sobre el que se articulan el resto de elementos de la obra. Esquivar ataques de los enemigos, encadenar combos y explotar tanto nuestros puntos fuertes como los débiles de los enemigos son elementos clave de un combate que, como grata sorpresa, sigue resultando muy similar a lo visto en la trilogía original de Darksiders.
En general, este combate resulta el punto más a favor de Darksiders: Genesis. Pese a la nueva cámara, el juego es capaz de heredar la velocidad, exigencia y espectacularidad de la saga principal. Esquivar y realizar combos se convierte en un ejercicio de coreografía que, cuando conseguimos clavar, resulta tremendamente gratificante a nivel visual. Las sensaciones a los mandos son, en este punto, realmente buenas, y Darksiders: Genesis logra poner sobre la mesa un sistema de combate justo, resultón a la vista y, ante todo, divertido.
Es destacable también lo bien que se explota el hecho de tener dos personajes jugables. Tanto si jugamos solos como en cooperativo (donde realmente el juego saca su mejor faceta), tendremos que hacer uso de los dos jinetes a nuestra disposición: War y Strife. Ambos poseen características y habilidades que los hacen únicos, y aprender a combinarlas para sacar el máximo provecho de las situaciones el algo que termina resultando vital en las dificultades más elevadas.
Mención aparte merecen los diferentes jefes que encontramos a lo largo de la obra y que, por desgracia, son completamente irregulares. Por un lado hay fases de jefes que son realmente buenas, proponiendo un combate exigente pero justo y que nos obliga a explotar las cualidades jugables de Darksiders: Genesis (haciendo uso de las habilidades exclusivas de los dos jinetes que manejamos y de la interactividad con el entorno). Sin embargo, hay otras que se hacen tremendamente monótonas obligándonos a repetir el mismo patrón durante 10 minutos; y lo peor, elevando la dificultad sin demasiado sentido al lanzarnos enormes hordas de enemigos más débiles que no sirven a otro propósito que el de molestar.
Más allá del combate, nos encontramos con que Darksiders: Genesis también hereda de la franquicia principal elementos como los puzles o el plataformeo. Ninguna de estas facetas se explora demasiado a fondo ni con una complejidad especialmente remarcable, pero ayudan a darle algo de pausa al ritmo del juego y sentar momentos de calma entre los combates que conforman el núcleo de Genesis.
Perspectiva isométrica, problemas isométricos
No todo es positivo y la adaptación de la fórmula Darksiders de una forma tan literal a la perspectiva isométrica trae consigo algunos problemas. El primero de ellos es el de que, al no poder mover libremente la cámara, a veces el combate se dificulta. Hay momentos en los que un obstáculo no nos deja ver con claridad a los enemigos; y otros en los que, debido a la perspectiva, algunos jefes realizan ataques desde fuera de la pantalla de forma que es prácticamente imposible esquivarlos. Todo ello, si bien ocurre de forma puntual, repercute en la experiencia y convierte por momentos ese magnífico combate en una penitencia de injusticia.
Sin embargo, el mayor problema de la perspectiva isométrica lo encontramos en el plataformeo. Estas zonas, si bien son cortas y no muy frecuentes, son un auténtico desastre, así de sencillo. Los saltos son tremendamente imprecisos por la propia perspectiva de la cámara y encontraremos la muerte más veces a manos de un salto que no queríamos realizar que de un enemigo. Si bien pueden tener cierto sentido para fomentar la exploración y pausar el ritmo del juego, las fases de plataformeo son un elemento que podría y debería haberse omitido por completo.
Cabe mencionar que, como punto positivo, esta cámara isométrica permite algunos juegos de perspectiva que ayudan a crear un mundo cargado de secretos. De forma sutil se nos indica con la cámara o se nos deja ver la presencia de algunos secretos a los que acceder explorando los mapas que conforman los diferentes capítulos de Darksiders: Genesis.
"En el principio creó Dios los cielos y la tierra" - Génesis 1:1
El subtítulo de Genesis para esta nueva entrega de Darksiders no es, en absoluto, casual. El juego propone, desde el punto de vista narrativo, una precuela a la trilogía original, un génesis para la misma. Se trata de un juego que busca explicarnos más detalles de este peculiar universo en el que las fuerzas del Cielo y el Infierno luchan mientras el Consejo, con los cuatro jinetes del apocalipsis al frente, tratan de mantener el balance.
A nivel de historia, Darksiders Genesis no es demasiado intrincado ni llamativo. Propone una sucesión de acontecimientos que nos llevan a, en el papel de los jinetes War y Strife (Guerra y Lucha en castellano), hacer prácticamente de asesinos a sueldo para diversos seres. Con la excusa de mantener el balance nos aliamos con ciertos demonios y perseguimos a los esbirros de Lucifer para tratar de dar con el mal en persona.
La historia sirve como una simple excusa para, por un lado, ponernos a avanzar de capítulo en capítulo, matando a todo lo que se nos cruza por delante. Pero, por otra parte, esta narrativa en forma de precuela permite indagar más en el universo de Darksiders. Y, lo más destacado de todo, conocer mucho más de cerca a Strife, su humor y sus habilidades en combate.
En general, la narrativa de Darksiders Genesis no brilla por su excelencia, pero es pragmática y cumple a la perfección con su cometido, proponiendo un hilo conductor del que colgar tanto la progresión jugable como detalles del universo Darksiders.
Más que una campaña
Algo en lo que los creadores de Darksiders Genesis se han enfocado durante los últimos meses es en explicar que la rejugabilidad es un pilar importante de la obra. Y lo es, pero hasta cierto punto. El videojuego se divide en diversos niveles llamados capítulos (algunos duran casi una hora mientras otros son únicamente una pelea contra un jefe), los cuales están, inicialmente, disponibles en tres dificultades diferentes.
A medida que avanzamos y desbloqueamos mejoras, nuestros personajes subirán su nivel y, en función de ello, podremos optar por una dificultad u otra. Sin embargo, es cuando completamos la campaña cuando se abre la dificultad apocalíptica, en la que recibiremos más y mejores opciones para potenciar nuestros personajes. Pese a que todo ello está hecho para que volvamos a jugar una y otra vez los diferentes capítulos, lo cierto es que los incentivos son nulos más allá de las mejoras de War y Strife.
No hay un objetivo específico para rejugar los niveles que, por otra parte, son completamente iguales independientemente de la dificultad. Tal vez lo más llamativo en este punto sea la Arena, un modo especial que desbloqueamos alrededor de la mitad de la campaña y que nos deja enfrentarnos a oleadas de enemigos por una recompensa (dinero en forma de almas o mejoras).
Un bello apocalipsis
Desde el punto de vista visual, Darksiders Genesis mantiene la estética de la franquicia y pone sobre la mesa un apartado artístico sublime. El diseño de entornos, personajes y, sobre todo, de jefes, es sobresaliente y consigue evocar esa sensación de épica, de historia grandilocuente en la que se decide el futuro que va mucho más allá de la humanidad. La banda sonora acompaña también y, aunque es irregular y algunos temas no convencen, sí que cuenta con otros que realmente acrecentan este sentimiento de grandeza.
En lo que respecta al rendimiento, la versión analizada es la de PC y, más allá de algún bug visual muy puntual que no llega a molestar, el rendimiento ha sido excepcional. No hay caídas de frames, no hay bugs graves ni frecuentes y todo el juego funciona como debe. Además, destaca la buena optimización de la obra para funcionar en casi cualquier tipo de ordenadores actuales.
Por su lado, la duración es algo difícil de juzgar debido a la rejugabilidad de la obra. Completar el primer recorrido de la campaña nos ha llevado a nosotros, en la dificultad media y sin volver atrás a buscar secretos ni detenernos demasiado en la Arena, algo más de 10 horas. Sin embargo, los retos de esta Arena junto a la dificultad apocalíptica aseguran que, si lo deseamos, podemos invertir fácilmente más de otra docena de horas.
Conclusiones
Darksiders Genesis es un spin-off más que correcto. Se trata de una obra que adapta la fórmula de Darksiders (con un combate veloz y exigente como pilar central) a una perspectiva isométrica sin perder ni un ápice de su esencia por el camino y, sobre todo, sin ser un clon más de Diablo. Se nota, sin embargo, que la ambición detrás de esta obra es menor y algunos sistemas como el plataformeo pecan de falta de pulido, dando como resultado una experiencia que, con sus fallos y sus aciertos, es en conjunto un producto notable.
Darksiders Genesis no llega a la grandeza de las mejores entregas de la saga principal, pero supone un soplo de aire fresco a la franquicia a través de una fórmula tan nueva como familiar. Un juego que, sin ser sobresaliente, ofrece un producto interesante y más que disfrutable por todos los fans de Darksiders.
Darksiders Genesis lleva la fórmula de la franquicia (manteniendo el combate veloz y exigente como pilar) a una perspectiva isométrica. Un spin-off que, con aciertos errores, no llega a la grandeza del mejor Darksiders pero es capaz de resultar un producto notable e interesante para todos los fans de la franquicia.
Jugabilidad
Historia
Duración
Gráficos y rendimiento
El combate sigue la estela de la franquicia Darksiders y resulta divertido
Buen diseño de niveles
La perspectiva isométrica le sienta bien a la fórmula jugable
Artísticamente sobresaliente
Más de una docena de horas de contenido de calidad
Algunos problemas con la cámara
Historia demasiado simple
La rejugabilidad resulta demasiado forzada y artificial
Videojuerguista, lector y cinéfilo desde que tengo uso de razón. Hablo de videojuegos, cine, series o lo que me dejen. Incondicional del RPG clásico, lo indie y el wéstern. Me gustan los números y puedes encontrarme con una raqueta en la mano.