Aunque ya lleva un tiempo en acceso anticipado disponible desde Steam, es ahora cuando recibimos por fin en las diferentes plataformas la obra desarrollada por el equipo indie de Motion Twin. Dead Cells sale a la venta de forma oficia el próximo 7 de agosto en Xbox One, PlayStation 4, PC y Nintendo Switch, cuya versión es la que nosotros analizamos para todos vosotros. El equipo de desarrollo francés, formado por apenas 10 personas, ha dado forma a una obra que destila dedicación y pasión por los cuatro costados, convirtiendo el videojuego en un título sobresaliente en todos y cada uno de sus apartados. Una de las propuestas indies más sorprendentes de los últimos años. El mimo del equipo se deja notar con fuerza en los diversos aspectos de una obra que alcanza una calidad indiscutible y que consigue brillar gracias al esfuerzo de tan sólo 10 personajes al mismo nivel que grandes títulos triple A formados por cientos de trabajadores. Lo pudieron comprobar aquellos de más de 700.000 usuarios que decidieron hacerse con él durante su fase en acceso anticipado. Sin embargo, llega el momento de valorar como merece una obra que los amantes de las experiencias roguelike estarán deseando disfrutar.
Así es, todo aquel que haya sentido un poco de interés sobre Dead Cells tendrá un conocimiento mínimo sobre la peculiar mecánica del título, rasgo principal en el que Dead Cells basa el funcionamiento de un desarrollo que termina atrapando al jugador gracias a un muy adictivo sistema jugable. Pese a ser duro al principio, excesivamente duro por momentos, el título recompensa con creces el sacrificio continuo de los jugadores según vamos avanzando.
Hazte a la idea, en Dead Cells vas a morir y mucho, de forma constante. Sin duda será una de las acciones que más vas a repetir mientras disfrutas de la obra desarrollada por Motion Twin. No te preocupes, tal y como ya hemos indicado es uno de los rasgos más comunes de este tipo de juegos de estilo roguelike . Ríete tú de la saga Souls o todos aquellos derivados donde el desafío de sus propuestas echa al traste el avance del jugador en el momento más inesperado debido a algún despiste que termina con nuestra partida de forma abrupta. De eso hay mucho también en Dead Cells, aunque olvidaros de regresar a vuestro último punto de guardado. Si mueres en Dead Cells, volverás al comienzo del juego, así una y otra vez de forma sucesiva. ¿Que mueres en tu primer enfrentamiento contra un enemigo de lo más común? Regresas al inicio. ¿Que avanzas un par de niveles y mueres a consecuencia de una trampa? Vuelves al principio. ¿Que tienes la suficiente habilidad -que hace falta, y mucha- para llegar al último enfrentamiento final y mueres? Pues imaginar a donde regresamos... ¡Eso es! Al inicio del juego. El desafío que representa Dead Cells incluso para los jugadores más diestros en este tipo de juegos roza a veces un nivel ridículamente difícil. Sin embargo, el título, premia a los jugadores con mayor paciencia a base de ensayo y error. Poco a poco iremos conociendo a los diversos enemigos y aquí entra de lleno el componente táctico del juego. Estudiar las rutinas de ataque de todos y cada uno de los enemigos será vital. Cualquier despiste, por mínimo que este sea, puede llevarnos al final de nuestra partida en un abrir y cerrar de ojos, de forma literal. Por ello estaremos obligados a ir avanzando con cuidado, sobre todo en aquellas zonas a cuyos peligros nos enfrentamos por vez primera. Pecar de exceso de confianza en Dead Cells en un error que solo tiene un camino, y sí, ese también te lleva al inicio del juego.
Pero no hay que ser tan agorero. Lo más interesante del título radica en una especie de masoquismo que resulta extremadamente atractivo. Al derrotar a nuestros enemigos, algunos de ellos, nos otorgarán unas valiosas células. Nuestro objetivo será ir recolectándolas a través de los diferentes escenarios. El encanto principal de la obra radica en el uso tan interesante que nos ofrecen estos coleccionables. y las posibilidades a las que accederemos gracias a ellos. El juego cuenta con numerosas habilidades que podremos ir adquiriendo previo pago de estas células. No hay que alarmarse si hay algún objeto que deseemos y que cueste un valor mayor de la suma de las células con las que contamos en ese momento. A diferencia del resto de detalles este avance se mantendrá pese a nuestras continuas y numerosas muertes. Una vez superemos el primer escenario, llegáremos a la zona donde está disponible la tienda en la que gastar nuestras células. Las que hayamos utilizado de forma previa, seguirán contando. Así pues, si llegamos a esta zona de trueque y queremos hacernos con un objeto o habilidad que cueste 30 células, por ejemplo, pero tan solo contamos con 20 de ellas, podremos adquirir el objeto deseado si llegando por segunda vez realizamos el pago de las 10 células restantes. Esto nos lleva a una propuesta tremendamente adictiva. Gracias a las habilidades u objetos que vayamos desbloqueando ampliaremos nuestras posibilidades de éxito en los enfrentamientos contra los temibles enemigos. Haciendo gala de un sistema de progreso tan llamativo como atractivo y que tal como hemos indicado antes, premia de sobremanera a los jugadores más pacientes.
No será el único aspecto que se mantendrá con el paso del tiempo, independientemente de si morimos o no, algunas de las habilidades que podemos conseguir, serán permanentes una vez adquiridas. Ahí entra en juego un rasgo típico de las aventuras de corte metroidvanias -no será el único- en las que podemos acceder a zonas a las que antes no podíamos ir por no contar con la habilidad necesaria. Descubriendo de esta manera otros escenarios que de otra forma no podríamos explorar. Además, la cantidad de armas y habilidades disponibles es demencial. Sin duda alguna conseguir cada una de ellas nos llevará a buen seguro muchísimas horas de juego. También es cierto que uno de los encantos de la obra radica en ese sensación de descubrimiento continua que nos confieren las multitudinarias armas del juego. Las ventajas que nos otorgan llegan a ser prácticamente infinitas, ya que además de la arma en sí, puedes contar con diversos modificadores que convertirán una misma arma en dos experiencias completamente diferentes dependiendo de los modificadores de estas. Nuestras armas podrán congelar, quemar, envenenar e incluso provocar hemorragias en los enemigos haciéndoles sangrar y reducir así la vitalidad de estos de forma paulatina. Tendremos dos armas principales, asignadas a un botón cada una. Dos armas secundarias que tras usarlas, necesitarán de cool down para volver a hacer uso de ellas. Todas las armas además podrán reforzarse entre si mediante los modificadores que ya comentados. Mientras una impregna a los enemigos con aceite inflamable, la otra, por ejemplo, puede dejar un rastro de fuego y realizar así un poderoso combo que sea realmente efectivo para todos los enemigos en el campo de acción. Las posibilidades son tantas las que nos ofrecen las diferentes armas del título, que no dejaremos sorprendernos con muchas de ellas que en un principio incluso habíamos descartado al caer en el error sobre su poca efectividad en combate. Una propuesta muy atractiva la que nos propone Dead Cells al que el estudio cataloga como una experiencia roguevania, un termino extraño, sobre todo teniendo en cuenta que dichas experiencias cuentan con diversos aspectos totalmente opuestos y totalmente contradictorios. La acertada fusión a veces nos hace pensar que podría tratarse de una singular fusión entre sagas como Dark Souls y Castlevania. Sin embargo es cierto que en Dead Cells aparecen rasgos reconocibles de ambos subgéneros, aunque los diferentes aspectos roguelike tiene una presencia e importancia mucho mayor que las pinceladas metroidvanias.
La acción desenfrenada no nos dejará grandes momentos de respiro. En las zonas más avanzadas tendremos que estudiar con calma nuestro avance si no queremos sufrir una desagradable sorpresa. Por suerte, hemos de reconocer que uno de los aspectos más magistrales de la obra pertenece al apartado jugable. Los controles de Dead Cells tienen una respuesta exquisita a todas nuestras ordenes. Teniendo en cuenta lo simplificado de su jugabilidad, nos encontramos ante un título redondo en ese sentido. Todo ello a pesar de que la acción del juego resulta extremadamente rápida, sobre todo en los mayores momentos de acción, donde las animaciones de ataques y esquivas se sucederán con una respuesta exacta. Un botón para saltar, dos asignados a las armas principales, dos gatillos para las armas secundarias y un botón para esquivar. Simple y sencillo pero que funciona a las mil maravillas. Es sin duda una de las cualidades a las que hay que valorar de forma más severa, y el título consigue superarse alcanzando un nivel excelente. Los jugadores no podrán culpar al juego o a la respuesta del control para justificar las numerosas muertes que sufrirán a los mandos de Dead Cells, y es que el en este aspecto el resultado alcanzado es impecable.
Los escenarios han sido realizados en diferentes secciones que se mezclan entre sí con acierto haciendo que estos se creen de forma procedural de una forma magistral. No tendremos posibilidad de estudiar el camino de nuestro avance pues cambiará de forma constante de partida a partida. Por si todo lo dicho hasta ahora fuera poco, el diseño artístico del título brilla a un nivel inesperado de una obra de un equipo de desarrollo tan humilde como el de Motion Twin. Una oda al pixel art la que realiza esta desafiante aventura en 2D de scroll lateral. Nos dejará gratamente sorprendidos con el diseño de unos escenarios sumamente atractivos. La versión de Nintendo Switch, la que hemos utilizado nosotros para realizar el análisis del juego, sufre algunas veces de tirones y alguna bajada de frames en algunos momentos cuando hay demasiados elementos en pantalla. Bien es cierto que son aspectos muy puntuales, seguramente la desarrolladora los corregirá gracias a futuros parches. No es algo tan común en otras versiones como en la de PlayStation 4. Pese a estas pequeñas sombras, Dead Cells es un título sumamente cuidado en todos los aspectos, especialmente en lo visual donde alcanza un nivel sobresaliente. De forma más discreta, aunque a un buen nivel también, encontramos el apartado sonoro con algunas partituras realmente bien escogidas, que sorprende con alguna realmente atractivas, sobre todo aquellas que suenan en los mayores momentos de acción como en lo combates contra los diferentes jefes. En el resto de momentos suenas partituras más misteriosas y melancólicas según lo que se muestra en pantalla en cada momento.
Si que hay algunos aspectos menos lucidos en la obra, como por ejemplo la narrativa del título al principio nos invita a pensar que el argumento va a relatarse a través de la diversa información a la que tenemos acceso en diferentes celdas, sala secretas u objetos de índole misteriosa. Un estilo parecido al de sagas como Dark Souls o Bloorborne cuyo lore descubrimos a través de muchos de los objetos disponibles en estas obras. Pero no, finalmente en este aspecto he de admitir que me he sentido algo decepcionado, ya que ni las breves conversaciones con algunos personajes secundarios, ni la poca información adicional que podemos encontrar durante el título esconde una trama que podría haber sido mucho más profunda de lo que finalmente resulta. Eso si, hay momentos muy buenos donde el humor del equipo de desarrollo queda palpable en todo momento, algo que se agradece y que arrancará alguna sonrisa a todos aquellos que se pongan a los mandos de Dead Cells. La obra desarrollada por Motion Twin cuenta con algunos aspectos que alcanzan un nivel sorprendente muy cercano a la excelencia, y realmente si estas pequeñas sombras hubieran ofrecido un resultado más satisfacctorio, podríamos estar ante una de las más grandes obras en el sector de los videojuegos jamás creadas. El punto fuerte de Dead Cells es divertir al jugador con una propuesta jugable muy sencilla pero por la que nos veremos muy atraídos, y ese es uno de los objetivos que alcanza a un nivel inusitado cualquier videojuego de hoy en día.
Pese a ello, la dificultad del título puede desquiciar a los jugadores menos hábiles. De principio a fin Dead Cells es un título que alguien con una habilidad extrema podría pasarse en un sólo día -y escasas horas- . En mi caso particular, conseguir realizar la primera vuelta me ha supuesto casi 20 horas de juego. Eso si, tras completar por primera vez, es posible que aquellos amantes de los desafíos extremos sean los pocos que vean mayor interés de seguir disfrutando de Dead Cells. Aquellos menos hábiles -como yo- sufrirán lo indecible con el enfrentamiento final. Una de las experiencias más difíciles a las que he tenido que hacer frente desde que juego a los videojuegos. La temible enemigo final es prácticamente una broma de mal gusto a la que finalmente conseguí derrotar por alguna extraña alineación planetaria más allá de nuestro sistema solar. Pero que esto no sirva de desanimo para ninguno de vosotros. Dead Cells es un juego desafiante, tanto que al derrotar a la mano del Rey se nos otorga una célula de jefe para ascender el nivel de dificultad. Así de forma sucesiva hasta cuatro niveles de dificultad adicionales al inicial. Los amantes de los títulos más desafiantes tienen en Dead Cells una cita ineludible si quieren disfrutar de uno de los mayores placeres que va a dejarnos el mercado indie en lo que resta de 2018.