Como cada vuelta al sol, Hearthstone se actualiza para dar paso a nuevos sets de cartas. Como parte de su división anual, encontrándonos hoy en el Año del Fénix, Cenizas de Terrallende dio inicio a lo que, actualmente, ha sido una de las mejores versiones históricas del videojuego. Esta expectativa, también creada a raíz de la inclusión del Cazador de Demonios como nueva y destacada clase dentro de la obra, se traspasó a Academia Scholomance una vez fue anunciada; la tarea de cumplir el hype, evidentemente, era titánica. Sin embargo, conforme Blizzard fue desvelando los ejemplares de esta última expansión, la idea de que sería una excelente adición de contenido se fue afianzando y, ahora, hoy podemos confirmar que la proyección fue completamente acertada.
A dicho respecto, hemos tenido la oportunidad de probar a profundidad todo lo que Academia Scholomance ofrece a la propuesta de Hearthstone. Así, de la mano de 135 nuevos ejemplares, inéditas mecánicas y aún más sinergias, el equipo de Team 5 ha concretado una expansión sólida y más que disfrutable, perfectamente adaptada a lo que su predecesor dio génesis meses atrás. Sin embargo, es un axioma afirmar que con tan someras descripciones no podemos hacer justicia al contenido en cuestión, por lo que los invitamos a que sigan leyendo nuestro artículo donde analizamos por qué Academia Scholomance es, a todas luces, una gran sumatoria al mandamás del género de las cartas coleccionables.
Al igual que en cada expansión, uno de los principales atractivos radica en cómo cambia la forma en que jugamos Hearthstone. Esta vez, la nueva palabra clave a tener en consideración es Magia súbita -que activa un efecto especial tras lanzar un hechizo, solo en una ocasión-, y el nuevo tipo de hechizo a tomar en cuenta son los Escritos, dedicados a la creación de valor por tan solo un cristal de maná. En el caso de los primeros, teniendo en consideración su uso único, son sinergias de considerable poder a una multitudinaria cantidad de situaciones y arquetipos, mientras que los segundos se encargan de dinamizar todos los turnos debido a su exiguo coste y a su adaptabilidad a los contextos.
En este sentido, a diferencia de la inclusión de mecánicas como Embestir, Blizzard continúa la línea establecida por palabras clave como el Proscrito de Cazador de Demonios: el juego sosegado, estratégico y pensado. La labor de los Escritos, entonces, es equilibrar ese estilo pausado y pensativo para dotarlo de mayor flexibilidad, encontrando así un gran balance. A razón de esto, la desarrolladora ha apostado por un conjunto que, incluso sin tantos esbirros agresivos, se hace más ‘tempo’ que nunca, premiando en considerable medida el uso de sinergias entre las nuevas cartas y las antiguas y, además, el juego en curva. Es decir, posiblemente, el mejor estilo de juego al que Hearthstone puede aspirar: ni tan aggro, ni tan control.
Las cartas de doble clase, si bien forman parte de las nuevas mecánicas, definitivamente merecían una mención independiente. Obviando el hecho de que otros videojuegos como The Elder Scrolls: Legends ya contaban con esta alternativa incluso desde su lanzamiento años atrás, generando la noción de que Hearthstone ha llegado un poco tarde a su añadidura, no caben dudas de que es la inclusión más llamativa de Academia Scholomance. Finalmente, la posibilidad de disfrutar de cartas que sirvan, por ejemplo, tanto para Mago como para Chamán es una que la comunidad ha solicitado durante mucho tiempo, siendo así un acierto muy agradable por parte de Team 5.
Y es que, ciertamente, esta nueva sección ostenta algunos de los más creativos y destacables ejemplares de la expansión. Ras Murmuhielo, Oradora Gidra, Danzaaceros, Jandice Barov… Como podrán apreciar una vez se adentren en el metajuego, estas cartas son la cúspide cualitativa de Academia Scholomance, no solo por su valor intrínseco sino por el mundo de posibilidades que abren a los arquetipos de las clases. En este sentido, la posibilidad de utilizar la palabra clave ‘Combo’ de Pícaro siendo un Mago, o la potestad de sobrecargar los cristales como un Chamán siendo Druida, o la capacidad de disponer de Proscrito siendo Brujo y no Cazador de Demonios son oportunidades que, supiésemos o no que las necesitábamos, definitivamente son un increíble crecimiento a la amalgama de alternativas que cada héroe posee, y su ejecución ha sido fenomenal.
Además, es imperativo destacar -y aplaudir- la congruencia con la que Blizzard ha introducido estas cartas dobles. Que las combinaciones sitúen parejas como Mago y Chamán -poder de hechizos y removal- o Sacerdote y Paladín -curación y potenciamiento de esbirros- se corresponden a un contexto de cohesión lógica sumamente precisa, pero Team 5 ha ido más allá y ha combinado clases en principio antagónicas como Mago y Pícaro o Sacerdote y Brujo para expandir el abanico de posibilidades de cada clase hasta recovecos que, en principio, se podían pensar imposibles. ¿Un sacerdote sacrificando puntos de vida, en lugar de curárselos, para invocar esbirros? Esto es tan inaudito como asombroso, y por ello es que se erige como lo más sobresaliente de toda la expansión.
Lo previamente resaltado, no obstante, no es exclusivo de las cartas de doble clase. Desde sus orígenes, Hearthstone ha tenido una coherencia temática envidiable, mas el paso de los años ha afinado la calidad de Blizzard al momento de hacer cartas que tienen sentido en, valga la redundancia, todo sentido; ya lo habíamos definido con Cenizas de Terrallende, pero Academia Scholomance continúa manteniendo vivo el legado. Así, parecerá ínfimo que Ladrona de varitas, un esbirro de Pícaro y Mago, combine dos elementos semióticos fundamentales de ambas clases en su nombre y en su diseño visual -robo y magia-, pero es piedra angular del universo que Hearthstone ha logrado construir. Que su mecánica de Combo, además, sea la de descubrir un hechizo de Mago, sin lugar a dudas, tampoco es cuestión de coincidencia: es el producto final de un proceso pensado desde lo más superficial -el nombre- hasta lo más profundo -el efecto-.
Y ello, cabe destacar, es hablando de un esbirro de rareza común. Team 5 demuestra que pone minuciosa atención en todos y cada uno de los ejemplares que materializa, sean o no Legendarias, para hacer que cada set tenga coherencia temática con el universo donde se desenvuelve, fungiendo así como claro indicador, junto a otros aspectos, de por qué Hearthstone continúa siendo el indiscutido líder del género de las cartas coleccionables. Esto, insistimos, no es nuevo puesto que ya es públicamente sabido el dominio de Blizzard sobre la denominada coherencia temática desde que la invocación de Alamuerte equivale a destruir todos los esbirros del campo y arrojar tu mano al vacío, pero el hecho de que el equipo continúe manteniéndolo como eslabón indispensable de su propuesta es, cuando menos, admirable.
En instancias últimas, Academia Scholomance también cumple con su obligación de mantener la calidad artística que cada año Hearthstone nos obsequia. En conjunción con la ya enfatizada coherencia, motivo por el que lo visual cumple un rol más que solo estético, es innegable el placer óptico originado por tan solo ver los diseños que el estudio ha creado. Los esbirros y los hechizos, las animaciones de invocación de los mismos, sus formas doradas, el nuevo dorso, Kel’Thuzad como inédito marco de héroe de Mago… Blizzard no descuida ni un segundo ninguno de los cimientos que han llevado al videojuego a donde se encuentra sino que, en cambio, se preocupa por hacer que sigan igual o mejores que todos sus antecesores; un desafío que, de por sí, es de colosales magnitudes.
Aunque la frase previa ya la habíamos dispuesto para describir a Cenizas de Terrallende, nos parece oportuno replicarla para Academia Scholomance por un justificativo lineal: Hearthstone continúa mejorando sobre lo bueno de sus bases. Por supuesto, el metajuego aún se encuentra en una fase temprana y, seguramente, el mismo cambiará de forma considerable en las semanas venideras a razón de los nerfs y balances que Blizzard estará realizado en pos de equilibrar los enfrentamientos, suceso que puede hacer variar la percepción de la expansión. Sin embargo, cuando hablamos de su propuesta actual y neta, no podemos hacer más que señalar la notable ejecución con la que ha sido llevada a cabalidad, del mismo modo que no podemos evitar invitar a todos los jugadores de Hearthstone, veteranos y novatos, a que se aproximen a la Taberna una vez más para disfrutar de todo el contenido inédito que el título tiene por ofrecer. El Año del Fénix continúa afianzándose como una época dorada para la creación, y da la impresión de que nada lo va a detener.
CONTENIDO RELACIONADO
De entre la gran plétora de multijugadores que, a día de hoy, se actualizan con regularidad para ofrecer una propuesta jugable en constante renovación, Hearthstone es uno de los más destacados. Durante años y sin falta alguna, Blizzard ha dedicado notables esfuerzos a que el rey del género de las cartas coleccionables se mantenga a […]
Esta vez, la inédita palabra clave Imbuir y la clase Chamán son los pilares de este interesante ejemplar
Un ejemplar épico perteneciente a la clase Brujo que, déjenme decirles, me genera una ilusión indescriptible
La compañía vuelve a sumergirse en una serie de líos legales por su exitoso juego de cartas
Blizzard combinará elementos del género RPG y roguelike con la intención de renovar su estilo de cartas coleccionables
Tras los recientes sucesos en torno a la compañía, no llevarán a cabo el tradicional directo que festeja la llegada de la nueva expansión