La industria de los videojuegos es una que ha crecido exponencialmente con el paso de los años, y a estas alturas no nos sorprende hablar de videojuegos que logran vender varios millones de copias - de hecho, en algunos casos de no lograrlo se considera un fracaso -. Lo que ha ocurrido de forma paralela es que el dinero generado por el sector no se ha visto reflejado en las condiciones laborales de muchos desarrolladores, y Call of Duty: Black Ops Cold War va a ser uno más de estos ejemplos.
De tal forma, nuevamente nos encontramos con Jason Schreier, de Bloomberg, y su trabajo de exploración para con la industria de los videojuegos, una con muchas más sombras de lo que aparenta. Así pues, en su nuevo artículo Schreier apunta una serie de aspectos que han afectado negativamente a los muchos trabajadores temporales de Call of Duty: Black Ops Cold War: no recibirán extras económicos pese a poder conseguir grandes resultados de mercado, no han contado con períodos de vacaciones y sus sueldos bases se encuentran en un punto muy mínimo, obviamente por debajo de lo que acabará generando el juego.
De hecho, Schreier nos deja con una anécdota que refleja de forma bastante clara lo que ha supuesto ser un trabajador temporal en Activision Blizzard, dando forma a Call of Duty: Black Ops Cold War: durante las navidades de 2018, muchos de los trabajadores temporales del proyecto recibieron una invitación para una fiesta cuyo objetivo era que todo el mundo se relajara lo máximo posible. Sin embargo, poco después algunos de los que recibieron la susodicha invitación fueron informados de que este hecho ocurrió por error, pues la idea era que no participaran trabajadores temporales de Call of Duty: Black Ops Cold War - a pesar de que pudieran haber formado parte del equipo durante un largo período de tiempo -.
Lo cierto es que en el marco de Blizzard nos encontramos con una de las compañías que más se ha visto salpicada por problemas internos durante estos últimos años: desde disputas de corte político hasta otras que trataban los muchos casos de acoso y desigualdad de condiciones que han estado viendo la luz progresivamente en el sector. Lógicamente, no hay que tachar a Blizzard como un villano del sector, pero sí tener en cuenta tanto a la compañía como a cualquier otra implicada en proyectos AAA que, pese al dinero que ostentan, siguen teniendo a una gran parte del equipo de desarrollo bajo pobres condiciones.
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