Vaya, hace dos días me negaba a hablar otra vez de Resident Evil y... ¿qué estoy haciendo ahora? Lo mejor sería darme unos cuantos puntos en la boca, porque así no pasarían estas cosas. Vale, voy a imaginarme que todo en este juego es amor, florecitas y ponys y así no lo paso mal. No, imposible, automáticamente me acuerdo de lo mal que lo pasé en Resident Evil 4 y de cómo se me encogía el corazón cada vez que un enemigo me decía "detrás de ti, imbésil".
Creo que se me ha quedado un buen trauma después de este juego, porque no he sido capaz de jugar a ninguno más. Resident Evil 7 y Village tienen pintaza, e incluso probé las demos del último, pero seguía con el corazón a mil y con todos los músculos agarrotados. Lo único que me tranquilizaba un poco era ver a mi querida Dimitrescu, hasta que me daba cuenta de que quería hacer pinchitos conmigo.
¿Habéis visto las reacciones del médico? Me han hecho muchísima gracia, aunque yo reacciono igual cada vez que veo algo así en los videojuegos.
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