Cuando Lies of P fue anunciado un par de años atrás, cerré los ojos. Como un niño que acude a la noción cuántica de "si no lo veo, no está" para deshacerse del monstruo de la habitación, me vi en la obligación de hacer caso omiso a todo lo alusivo al anuncio de NEOWIZ para no pensar que era real. A fin de cuentas, soy un exacerbado fanático de los Souls y un impaciente de proporciones bíblicas, por lo que el Pinocho estilo Bloodborne se presentaba como una premisa demasiado difícil de esperar.
Y, para variar, tomé la decisión correcta, puesto que han pasado 750 días y, como si hubiese sido capaz de controlar el tiempo, me hallo delante del título sin tan siquiera ser consciente de él. Aun así, para no variar, tomé la decisión equivocada al acceder a realizar estas primeras impresiones de Lies of P, porque ahora sí veo al monstruo en la habitación y es tan impresionante, cautivador y destacable como me temía. Sí, "temía", porque ahora soy consciente de que necesito, con carácter de imperatividad, que este sobresaliente soulslike esté entre mis manos.
La premisa de Lies of P es tal cual su oferta: una reimaginación de la historia de Pinocho, la mentirosa marioneta de madera, bajo el lente de las enseñanzas de FromSoftware. No obstante, como estos con Dark Souls y Berserk o Bloodborne y Lovecraft, la desarrolladora hace un encomiable trabajo en tomar la inspiración como un medio y no como un fin. Así, figuras icónicas de la histórica fábula italiana como Pinocho y Geppetto, junto a adaptaciones de personajes como Pepito Grillo y el Hada Azul, hacen acto de presencia con un aura familiar pero distinguible, dotando a la aventura con gran personalidad incluso desde los primeros tramos de la misma.
Inevitablemente, dado el material original e incluso el propio nombre del videojuego, las mentiras fungirán un papel fundamental en el funcionamiento narrativo de la historia; una que, como era de esperarse, mantendrá el legado de FromSoftware al contarse por medio de los diálogos, los coleccionables y el propio universo que nos rodea, conduciendo a posibles múltiples finales que aumentarán su rejugabilidad. Así, pese a que es mínimo lo que se puede decir en tal sentido dada la previsible amplitud de la trama y la brevedad de la demo, hay un sentimiento de expectativa inamovible que quedó grabado en esta primera toma de contacto, basado en un guion y personajes que, se aprecia fácilmente, ocultan mucho más detrás de sí.
En efecto, Lies of P recuerda muchísimo a Bloodborne. Yo, como seguidor del juego que considera que es perfecto y que no necesita una secuela, he recibido esta nueva producción como una bendición divina y celestial, cuya llegada no solo aplaca la espera por una remasterización, por Silksong y por el DLC de Elden Ring sino que, además, cobra valor por su propia, integral e independiente cuenta. Con lo que no contaba, sin embargo, es que Sekiro: Shadows Die Twice también tendría su cuota de participación.
Porque, sí, a nivel de estética, a nivel de ambientación, a nivel de infraestructura, a nivel de jefes y enemigos, etc., Lies of P derrocha Bloodborne por todos lados. Inclusive, el propio combate supone una extrapolación prácticamente directa: dashes al fijar al enemigo pero rodar al no hacerlo, recuperar vida atacando tras recibir daño, ataques viscerales que se realizan después de ejecutar ataques cargados, i-frames reducidos y ataques ineludibles que premian el buen posicionamiento... En términos de diseño, es positivamente semejante, pero también incluye muchas mecánicas -varias sekiristas- que le confieren autonomía creativa.
Por otra parte, Lies of P se desmarca de los sistemas jugables que lo influencian en pos de sentirse, por si fuese necesario, aún más distinguible. Particularmente, esto se traduce en un sistema de combinación de armas que nos permite crear un nuevo ejemplar según la empuñadura y la hoja de nuestra elección, lo que conduce a nuevas estadísticas, parámetros y movimientos de ataque, y las denominadas ranuras del Órgano P, que ofrece habilidades pasivas bajo un esquema de árbol de habilidades. Desafortunadamente, la aproximación de la demo a estas estructuras fue somera pero, como todo lo demás, se proyecta con gran ambición.
Claro está, Lies of P no es perfecto. En definitiva, son contadas las falencias que esta mirada fromsoftwariana pudo apreciar durante las horas dentro de sus confines, pero reconozco que son especialmente peligrosas para quienes promulgamos las ideas de Miyazaki. Porque, honestamente, lejos del prisma de los Souls, se trata de un videojuego de alto perfil que no presenta inconvenientes que arruinen la experiencia, pero la ambición y calidad del proyecto merece que vayamos más allá en su juicio.
A saber, hay tres vértices a atender: los runbacks a los jefes, las hitboxes y el desequilibrio de clases. Estas palabras sonarán foráneas y nimias, pero son parte fundamental de la base invisible que ha sostenido y diferenciado el éxito de los Soulsbornekiroring durante la última década.
Resulta imperativo aclarar que, si bien estos elementos no arruinan por completo la experiencia de Lies of P, si son los componentes fundamentales que lo separarán de la completa genialidad. En el peor de los casos, el videojuego será un soulslike increíble, recomendable para los fanáticos del género y para todo seguidor de la acción y las aventuras con retos desafiantes, pero, en el mejor de los casos, puede ser una obra maestra que haga olvidar, incluso, que Bloodborne II no existirá. Y creo que el estudio tiene el talento para lo segundo.
Lies of P verá la luz el próximo 19 de septiembre en PC, PS4, PS5 y Xbox Series X/S.
Han transcurrido 24 horas desde que terminé por segunda vez la demo y, he de reconocer, cada minuto que ha transcurrido ha sido un suplicio dado el conocimiento de que aún faltan miles más para poder disfrutar de la versión final de Lies of P. Escribo esto con el corazón en la mano, pues no hay otra manera de recibir y aceptar una experiencia que es capaz de replicar las emociones que te han hecho sentir esta camada de obras desde 2009 en adelante.
En conclusión, Lies of P se perfila a ser de los mejores juegos de todo el año y de los mejores soulslike de toda la historia. De aquí hasta su estreno, continuaré soñando con sus espacios, con su banda sonora, con su ambientación, con su mitología y hasta con sus inconvenientes, porque estoy decidido a valorarlo a plenitud. Incluso aunque me mienta. Incluso aunque le crezca la nariz. Incluso aunque tenga un pantano venenoso con bajos frames. La apuesta es total.
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