Si tuviera que beberme un chupito de tequila cada vez que escribo sobre NFTs en relación, de alguna manera, al mundo del videojuego, probablemente me acabarían encontrando en una cuneta borracho perdido. Especialmente hoy, dado que, aunque no haya bebido ni una sola gota de alcohol, sí que he tenido que ponerme a hablar un par de veces sobre blockchain. Y, la verdad, en esta ocasión es para echarse las manos a la cabeza (todavía más).
Lo he comentado con varios compañeros para sopesar si merecía la pena siquiera pararse a hablar de ello, pero creo que estamos ante un tema ante el que hay que hacerse eco, sobre todo, cuando un grupo de gente se aprovecha de este tipo de modas para especular gracias a la figura de alguien que se quitó la vida.
La razón por la que os hablaré aquí de esto es porque guardo un cariño especial a Etika, en quien se basan estas NFTs y porque sentía que, como mínimo, hay que quejarse de este tipo de prácticas:
Cuando digo que todo el tema de las criptomonedas y las NFTs me dan cierta alergia es por este tipo de cosas. Entiendo que, en un futuro lejano, pueden abrir el espectro de sistemas de diseño que hay actualmente en la industria del videojuego. Pero, cuando se usan solo para especular y encima utilizan la figura de alguien a quien habría que dejar tranquilo, lo siento, pero no los quiero cerca de mí.
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