La polémica de Cyberpunk 2077 ha ayudado a los retrasos en los videojuegos

La industria de los videojuegos es una que se ciñe habitualmente a un calendario muy estricto para las desarrolladores, y solo una palabra puede cambiar cuanto ha sido escrito en el pasado: 'retraso'. Este término tan odiado por muchos implica que el juego a tratar no va a ver la luz cuando se tenía planeado, y aunque los motivos suelen ser lógicos, las noticias no siempre han sido recibidas con buenos ojos por los jugadores. No obstante, por problemático que haya podido ser, es innegable que Cyberpunk 2077 ha tenido un impacto positivo en cómo se ven estos.

El caso de Cyberpunk 2077

Cyberpunk 2077 fue durante años uno de los videojuegos más esperados por la industria -sino el que más incluso-. CD Projekt RED tenía en su haber la posibilidad de arrasar con el mercado como en pocas ocasiones hemos llegado a ver, y de hecho lo logró parcialmente con sus más de 13 millones de copias vendidas de lanzamiento. Sin embargo, resulta imposible olvidar que su publicación se vio seguida de devoluciones, demandas y demás que dejaron una conclusión obvia: el videojuego no estaba preparado para ser lanzado cuando lo hizo.

En el pasado Cyberpunk 2077 se vio retrasado en más de una ocasión, una de estas implicando una demora de medio año respecto a la fecha establecida, y cada nuevo comunicado similar daba a pensar en que el título seguía requiriendo más trabajo de lo que se creía. En este sentido no hay que justificar a los encargados de tomar las decisiones finales en CD Projekt RED, pero es ciertamente posible que la presión de miles de jugadores, con quejas por las demoras del juego, hubieran acabado afectando a la decisión de lanzar el juego antes de cuando hubiera sido necesario.

El resultado de ello, en última instancia, permitió ver que los retrasos no son algo que se hagan por puro placer en la industria de los videojuegos, sino por clara necesidad. Hoy en día, unas cuantas semanas después de lo experimentado inicialmente con Cyberpunk 2077, podemos ver que la perspectiva de muchos jugadores para con el concepto de los retrasos en la industria ha empezado a tomar una luz claramente más positiva.

Los necesarios retrasos

Como bien dijo Shigeru Miyamoto en su momento, 'Un juego que se retrasa finalmente será bueno, un juego apresurado siempre será malo'. Estas palabras, finalmente, parecen estar calando con más profundidad que nunca antes en la industria de los videojuegos. De hecho, estas últimas semanas cada noticia de un retraso en la industria se ha visto acompañada por el comentario de algún jugador del estilo 'mientras no ocurra lo mismo que con Cyberpunk 2077'. Y es que aunque ha costado, parece que la mayoría de usuarios prefiere ya un retraso a un lanzamiento lleno de problemas como fue el caso de Cyberpunk 2077.

El ejemplo reciente más claro de ello lo encontramos en el retraso del remake Prince of Persia: Las Arenas del Tiempo, el cual se veía comunicado tan temprano como ayer mismo. Lógicamente, estas noticias fueron recibidas por algunos jugadores con comentarios obvios como 'por qué se había anunciado tan temprano', aunque de nuevo pudimos encontrar la mención a Cyberpunk 2077 y el deseo de que no se repitan la condiciones de lanzamiento de la obra de CD Projekt RED. Como bien digo, este se trata de un escenario que se ha repetido cada vez más, y que demuestra un pequeño cambio de actitud generalizado ante esta clase de decisiones.

Conclusiones

Es obvio que la polémica en torno al lanzamiento de Cyberpunk 2077 no ha sido la encargada de que surjan todos aquellos comprensivos con los retrasos en los videojuegos, pero claramente ha ayudado a que el número de estos crezca. Al fin y al cabo, nadie debe desear que el lanzamiento de uno de los videojuegos más esperados en años vuelva a encontrarse con la misma amalgama de problemas técnicos que vio el título de CD Projekt RED en su lanzamiento.

Veremos cómo toda la situación de Cyberpunk 2077 acaba afectando a largo plazo al futuro de CD Projekt RED, pero por lo menos resulta positivo que la industria de los videojuegos de forma general haya podido extraer un bien común de lo que, en su momento, se vio simplemente como una catástrofe comunicativa.