Ante todo pronóstico, Darksiders III es un hecho, y está más cerca que nunca. Gunfire Games cumplirá el deseo de millones de jugadores que experimentaron el grandioso trabajo de la difunta Vigil Games con los dos primeros títulos de la franquicia, haciendo que la misma no perezca y, en cambio, la historia y el fenómeno continúen. Ahora, desde Areajugones tuvimos la oportunidad de probar qué tan entrenada está Furia de cara al magno enfrentamiento que supone no sólo derrotar a los Siete Pecados Capitales y, siendo el comentario que antecederá a nuestras primeras impresiones, no nos caben dudas: Darksiders está más vivo que nunca.
En esta ocasión, como bien es sabido, el mencionado tercer Jinete de los Cuatro se encargará de protagonizar la aventura. Luego de dos figuras tan sobresalientes como lo fueron, y son, Guerra y Muerte, nuestra querida guerrera tiene el peso argumental de salvarlos y, simultáneamente, el peso real de estar a la altura de tan amados personajes. Aunque, en términos narrativos, no gozamos de una versión que fuese lo suficientemente extensa como para discernir qué tan bien se desenvolverá la obra, lo cierto es que la nephilim plantea con suma rapidez y precisión el perfil de su carácter, apreciación que logra con tan sólo exhibir unos pocos destellos de la actitud que emanará en toda la travesía. Y nos ha encantado.
En esta ocasión, dejamos de lado la frialdad y entereza de Guerra y la chulería y sombrío carisma de Muerte para dar paso a una Furia igual de capaz y segura que sus hermanos, pero con una sed de poder mayor. Asimismo, de manera atractiva, se muestra más indiferente a la realidad que asola a la humanidad, en contraposición de la aproximación preocupada de sus congéneres. Confiada, satírica, arrogante e impredecible, Furia se plasma como una figura imponente ante todos los retos que obstaculizan su camino, con una gran lealtad hacia el Consejo Abrasado y una atropellada relación con la Vigilante que la acompaña, dando así una combinación que nos ha gustado en gran medida y que, ciertamente, nos deja muy buenas expectativas para un personaje que muestra mucho marco para desarrollarse con los sucesos de la historia.
Así, Furia se inmiscuye en, nuevamente, un contexto de desolación donde las esperanzas escasean de sobremanera pero los enemigos, de modo contrario, abundan por doquier. No obstante, este primer contacto nos permite definir una realidad que, con exactitud sin par, permitirá comprender el funcionamiento general del juego: se parece más a Darksiders que Darksiders II. Desde el diseño de niveles hasta el desenvolvimiento de los combates, esta nueva iteración guarda muchas más similitudes con el título original que con su antecesor más directo, un hecho que los propios desarrolladores han reconocido con anterioridad. Esto, seguramente, gustará más o menos dependiendo del jugador pero, independientemente de las semejanzas, la composición de la obra es magistral.
Por lo tanto, el combate, como todo lo demás, ha hallado el equilibrio entre el sosiego del primero y la vertiginosidad del segundo. Una vez más, el marcado de enemigos será útil para poder centrar fuerzas en aquellos que supongan una mayor amenaza, mas la presencia de una Furia ágil y poderosa nos dará la oportunidad de, con habilidad a los mandos, encargarnos de múltiples adversarios de manera paralela. Lo cierto es que cada batalla, contra uno o contra varios, se siente espléndidamente entretenida, con una perfecta dosis de técnica y estrategia inmiscuidas para que, sumadas a la propia habilidad del jugador, los encuentros sean gratos de producirse. En tal sentido, hubo mucha preocupación por si el látigo sería un arma idónea para representar un poderío de igual magnitud que el espadón de Guerra y las guadañas de Muerte, mas Gunfire ha materializado un arma principal que se siente fenomenal, se ve fenomenal y es fenomenalmente variada, y la cual no estará sola.
A dicho respecto, es importante informar que los aspectos RPG han sido reemplazados por la aventura más tradicional -no aplica siempre; por ejemplo, podremos invertir las almas conseguidas en combate para aumentar las estadísticas del personaje-, ergo, en lugar de encontrar armas como recompensa por asesinar enemigos o por cumplir misiones, el armamento con el que alternaremos el uso del látigo se desbloqueará paulatinamente con el avanzar de la historia, al igual que las distintas formas en las que nuestro avatar se podrá convertir. Así, cada transformación le conferirá poderes diferentes y un arma secundaria particular; en la versión de demostración, tuvimos acceso a una variante que nos permitía un doble salto y el uso de un par de dagas, las cuales se congeniaban perfectamente con el látigo para variar entre ataques extensos y poderosos y golpes cortos y rápidos. De seguir esta línea, no extrañaremos la presencia de loot en el título, sino que nos centraremos en maravillarnos con la grandiosa interpretación de la lucha que ha producido la desarrolladora, cuya complementación con los dinámicos movimientos de Furia hará de cada escaramuza un verdadero deleite mecánico y visual.
Y es que, por primera vez en la franquicia, la posibilidad de esquivar está más vigente que nunca, y hacerlo en el momento idóneo resultará útil pues abrirá una ventana de tiempo realmente breve para desenfundar nuestra arma y realizar un combo especial. Esto, es necesario enfatizar, será inexorable para poder salir avante en los combates, ya que la diversidad de enemigos nos obligará a sacar lo más hábil de nosotros. En relación a ello, la dificultad de Darksiders III se perfila a ser la más ardua de toda la IP, con adversarios a los que habrá que afrontar con mentalidades adaptadas a sus puntos fuertes y débiles y con jefes finales que pretenden salirse de la línea de lo común y ofrecer combates tan llamativos y distintivos como inauditos, cada uno adecuado al Pecado Capital que representan. Mención de mérito para la calidad de animaciones que tanto enemigos, especialmente los jefes finales y, por sobre todas las cosas, Furia, ostentan, pues son un real deleite para los ojos.
Por otro lado, asimismo se optó por la filosofía metroidvania antes que por la filosofía sandbox, razón por la que el universo vuelve a ser un mundo interconectado sin pantallas de carga en el que regresaremos sobre nuestros pasos una vez hayamos conseguido el poder necesario para acceder a zonas inicialmente inaccesibles. Los rompecabezas también harán acto de aparición y, siguiendo el legado de los juegos anteriores, muestran deslindarse de los típicos ejemplares y fundirse con la jugabilidad para que sean lo más naturales posible. Respecto a estas dos aristas, el producto vuelve a acertar gracias a la disposición de una estructuración general que toma lo mejor del diseño conciso y encausado de Darksiders y la formación abierta y explorable de Darksiders II, siempre teniendo presente la singular calidad que ha caracterizado a la saga desde sus inicios.
Ya que se dio a conocer que Joe Madureira, el director creativo y artista principal de la saga, no estaría directamente involucrado en la composición del juego, el escepticismo, inevitablemente, comenzó a rondar. Pese a ello, a las pruebas nos remitimos cuando decimos que, incluso con las pocas libertades económicas que poseen, Gunfire Games ha llevado a cabo una labor destacable. Sí, se notan las limitaciones pero, más allá de ello, el detalle gráfico es el mejor de toda la franquicia, y la composición artística, haciendo honor a los productos previos, es sensacional, desde los enemigos hasta las preciosas y desastrosas estampas visuales junto a los magnos jefes finales, en los que se nota el esfuerzo particular que se les ha dedicado. Aun así, es imposible negar que los mayores elogios los merece Furia, la cual nos ofrece un deleite óptico gracias a su porte magistral dentro y fuera de combate, logrados no sólo por un tremendo concepto sino, también, por el más de los enfáticos trabajos visuales.
Por los momentos, poco negativo hay para decir sobre Darksiders III, realidad que se añade al hecho de que, efectivamente, hay muchísimos elogios para enumerar. El juego no es perfecto, no lo será y puede que la 'victoria' del género de aventuras sobre el de rol no será del agrado de todos los jugadores pero, obviando comparaciones, lo que propone el estudio está repleto de calidad, y promete ser una maravilla lúdica. Aunque compite con homólogos de este año como God of War, no tememos en postular el periplo de Furia como un representante digno del hack 'n' slash sin nada que envidiar a la creación de Santa Monica Studio, mas no necesitará ser equiparado para erigirse como lo que creemos que será: una adquisición indispensable para los amantes del género.
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