Aunque durante las últimas semanas las serie se había desviado por otros derroteros, Damon Lindelof no perdía de vista la trama principal. Sí, el resolver el misterio de Adrian Veidt, y conocer más acerca del suceso que traumatizó a Nueva York el 2 de noviembre de 1985 y cómo derivó en una red de corrupción sistematizada y racista, eran sumamente interesantes, pero el misterio permanecía sobre la mesa: ¿Quién es Justicia Encapuchada? El famoso personaje de las viñetas reaparecía en pequeñas referencias pero continuaba sin desvelar su verdadera identidad.
La otra pregunta que colindaba desde el inicio de la producción era: ¿quién es William Reeves? Ambas respuestas conectan. Este último aseguraba ser el abuelo de Angela Abar, y posteriormente desaparecía para solo toparse de nuevo con su sobrina junto al cadáver ahorcado del jefe de policía Judd Crowdford. Desde entonces el personaje de Regina King había intentado mantener una investigación paralela para dilucidar qué es lo que realmente había sucedido. En el último episodio por fin conseguía descifrar qué eran las misteriosas píldoras que William se había dejado atrás, y con eso Abrams preparaba el terreno para el relato histórico más importante de la ficción.
La nostalgia emborracha a Angela de alucinaciones, y comienza a revivir los sucesos más importantes de la vida de su antecesor. Sin andarse con rodeos, el showrunner dibuja una respuesta clara ante la cuestión: William Reeves es nada más y nada menos que Justicia Encapuchada.; el famoso héroe que dio paso a la formación de los Minutemen en el lore de Alan Moore, y que en el presente de la serie aparece representado en la ficción televisiva "American Hero Story".
Durante años los fans de "Watchmen" elaboraron teorías y deducciones para intentar averiguar la identidad real del único personaje que nunca había sido puesto en contexto histórico. ¿Qué había llevado a este individuo a convertirse en el primer héroe conocido del universo de Moore y Gibbons? La solución, claro, está directamente entroncada con el Ku Kux Klan, y el odio racial que derivó primero en la masacre de Tulsa de 1921, y posteriormente en el estado de persecución encubierta del presente. Todo ello lo vivió William Reeves; un soñador situado en lugar y momento histórico menos indicados.
Tras sobrevivir al suceso que acabó con la mayor parte de la población afroamericana de la localidad, William creció reafirmado en sus valores de justicia social y protección a los suyos. Se consigue convertir en el primer hombre negro que entra en el cuerpo de policía de la ciudad, pero pronto descubre que ni sus compañeros le defienden del mismo odio racial que pretende combatir desde su nueva posición. "Cuídate de los cíclopes", le recomienda el teniente Battle el día de su nombramiento. Y bien que si lo hace.
En una de sus patrullas nocturnas, Will observa a un individuo lanzando un cóctel molotov a una tienda de alimentos judía. Detiene al culpable, y lo lleva a comisaría, pero allí descubre rápidamente que sus compañeros no tienen intención alguna de combatir el racismo. El mencionado sujeto vuelve a la calle tan pronto como es liberado, y enciende las alarmas del resto de agentes, que comienzan a ver al agente negro como una diana para sus travesuras sectarias. Esa misma noche nacería el famoso Justicia Encapuchada.
Un grupo de agentes apalean a Will en un callejón, le ponen un saco en la cabeza, y le arrastran en coche hasta un árbol. Allí le cuelgan durante varios segundos sin terminar de acabar con su vida. ¿La razón? Darle un simple aviso para que se relaje y deje de molestar. De esa misma tela, y la soga colgada al cuello, Will confecciona una identidad que le permitirá combatir el odio racial desde el anonimato. "No impartirás justicia con una placa, sino con esa capucha". June, su pareja y futura abuela de Angela, le regala el respaldo que necesita para adoptar su nueva identidad
Pocos días tarda en descubrir que el hombre responsable del incendio a la tienda judía era el líder de la célula del Ku Kux Klan en la ciudad. Y claro, sus compañeros del cuerpo también estaban metidos en el fregado. En una redada consigue matar a todos, y descubre que los mencionados "cíclopes" no son más que miembros de esta organización encargados de lobotomizar a la comunidad negra para que se masacre a sí misma. Con uno de esos aparatos de ráfagas de luz, el propio William conseguirá en el presente hipnotizar a Crowdford para ahorcarlo en el mismo árbol que él estuvo a punto de morir.
Los puentes que Abrams establece entre la serie y el cómic fuertes y palpables. La sugerente escena de porno presentada en el quinto episodio resultaba ser una breve introducción a lo que se mostraría esta semana en la serie. William terminaría conociendo a Nelson Gardner, quien posteriormente pasaría a ser conocido como Capitán Metrópolis. Además de poner las bases para los Minutemen, este exmarine tendría una relación pasional con él. De ahí derivarían los posteriores problemas de Larry Shexnayder, y las distintas campañas de encubrimiento frente a la opinión pública.
Y no, no hay nada inventado ni forzado. La gran aportación del showrunner al lore de Moore y Gibbons responde enteramente a la propia historia de los cómics. A la lógica de los personajes, y al estilo con el que se consagró la obra. Solo hay que retroceder hasta "Bajo la máscara" -el relato de Búho Nocturno publicado en las viñetas- para percibir las similitudes con las que ha jugado Abrams a la hora de destapar la capucha.
Un intento de asalto y robo tiene lugar en Queens, Nueva York. Un hombre y su novia caminan a casa después de una noche en el teatro, y son atacados por una banda de tres hombres armados. Después de entregar sus objetos de valor, la banda comienza a golpear y abusar físicamente del joven mientras amenazan con agredir a su novia. En ese momento, el incidente es interrumpido por una figura 'que cae al callejón desde arriba con algo sobre su cara' y que procede a desarmar a los tres atacantes antes de enviarlos directamente al hospital. Una semana después, vuelve a suceder. […]
Se había evitado el atraco en la tienda gracias a la intervención de 'un hombre alto, de constitución similar a la de un luchador, que llevaba una capucha, una capa negra y una soga alrededor del cuello'. Este ser extraordinario se había estrellado contra la ventana de la tienda no sin antes atacar a atracador con tanta fuerza que los acompañantes inmediatamente se mostraron dispuestos a soltar sus armas y rendirse. Conectando esta incidencia de intervención enmascarada con la de su predecesor, los periódicos publicaron la historia bajo un titular que decía simplemente "Justicia encapuchada". El primer aventurero enmascarado fuera de los cómics ya tenía nombre".
Las escenas encajan con los pocos minutos que "Watchmen" había mostrado de la serie "American Hero Story", y enlaza directamente con el último instante que vive Angela antes de regresar al presente. La maquinaria de Abrams funciona dejando tintes de genialidad.
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