El gran problema de las películas románticas que nos llegan desde Turquía es que son muy poco atrevidas: se empeñan en mostrarnos relaciones idílicas, y cuando hay algún atisbo de infidelidad, lo romantizan de tal forma que empaticemos con ese 'amor imposible'. Se trata de una narrativa que procede directamente de las series turcas que arrasan en España y en gran parte del mundo, y volvemos a ser testigos de ella en Última llamada para Estambul, una película de Netflix que triunfa en la plataforma de streaming y que, o bien te encanta, o bien la detestas.
La trama de Última llamada para Estambul no tiene mucha complicación: tras un encuentro fortuito en el aeropuerto, dos personas casadas viven una noche inolvidable llena de emoción, deseo y tentaciones en Nueva York.
Kivanç Tatlitug, Beren Saat, Annie McCain Engman, Michael Loayza o Zihan Zhao son tan solo algunos de los intérpretes que forman parte del reparto de Última llamada para Estambul, una comedia romántica turca dirigida por Gonenc Uyanik, responsable de algunos capítulos de la exitosa serie Hakan, el protector, también de Netflix.
Muchos se atreverán a entrar en el mundo que propone Última llamada para Estambul porque está protagonizada por Beren Saat, la actriz principal de la serie ¿Qué culpa tiene Fatmagül?, más conocida en España como Fatmagül. En esta ocasión, Beren Saat interpreta a una mujer que quiere vivir el momento (carpe diem) sin pensar en los demás aprovechando que puede dejarse llevar sin problemas en la ciudad de Nueva York, tan lejos de casa.
Quizás sea la localización el punto fuerte de Última llamada para Estambul, porque lo que es la trama, es bastante sosa y no apuesta por derribar estereotipos de la ficción turca: tras un encuentro fortuito en el aeropuerto, empieza una noche repleta de emoción, deseo y tentación. Menos mal que dura tan solo 91 minutos, porque esto es lo que permite que la historia se pase en un suspiro a pesar de ser tan convencional.
Por lo tanto, te vas a topar con una película romántica que jugará con el dilema de las relaciones prohibidas, explorando temas como el amor, la fidelidad y la búsqueda de la felicidad propia a pesar de hacer daño al resto. Última llamada para Estambul no es que sea una mala propuesta, es que es sosa como ella sola.
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