Análisis Cat Quest para Nintendo Switch
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Análisis Cat Quest para Nintendo Switch

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Hace unos meses que se lanzaba al mercado de PC y dispositivos móviles Cat Quest, un título independiente creado por The Gentlebros que, sin hacer mucho ruido, consiguió unos resultados nada malos tanto a nivel de críticas como de ventas. Ahora, tras su estreno inicial, esta aventura felina llega a Nintendo Switch en todo su esplendor, contando con una versión exactamente igual que la ya disfrutada en otras plataformas pero con algunas adaptaciones para la consola de Nintendo.

Cat Quest ya está disponible de forma digital en Nintendo Switch desde hace unos días y nosotros hemos podido estar jugando unas horas hasta completar esta aventura de gatos cargada de monstruos, chistes malos y clichés del RPG. ¿Queréis saber qué nos ha parecido este peculiar juego de rol felino? Pues atusaos vuestros bigotes porque comenzamos con nuestro análisis de Cat Quest.

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Desnudando el ARPG

Son muchos los títulos que van llegando al mercado desde hace unos años con la etiqueta de RPG. Hace nada os hablábamos de cómo el término está muy difuminado y, actualmente, a casi todo le colocamos la etiqueta de rol sin pudor alguno. Y Cat Quest no hace otra cosa que reforzar las palabras vertidas en aquel artículo de opinión, porque sí, este es un juego de rol de acción (ARPG), pero a la vez se trata de una parodia de todo el rol que llevamos recibiendo durante años. Cat Quest no tiene reparo ninguno en enmarcarse dentro de un género de forma muy clara, tomar las raíces del ARPG para fundamentar todos sus pilares jugables e, inmediatamente, reírse del propio género parodiando muchos de sus clichés a nivel jugable y argumental.

Desde el punto de vista de la jugbilidad, Cat Quest desnuda por completo el ARPG, le quita todo el atrezo con el que ya nos hemos acostumbrado a verlo para ofrecer una experiencia mucho más simple, casi minimalista, que únicamente saque a relucir las raíces de este género. En Cat Quest nos ponemos en la piel de un pequeño gato con el que tendremos que ir avanzando por el mundo. Básicamente, el título consiste en pelear contra monstruos, de una forma o de otra, en un lugar o en otro, pero lo importante es acabar con todos los bichos que se nos crucen.

Cat Quest

El sistema de combate está reducido al mínimo, contando únicamente con un ataque, un roll para esquivar y un conjunto de magias que usar. Todo funciona de forma realmente intuitiva y visual, los enemigos marcan cuándo van a realizar un ataque y el rango del mismo de forma clara, permitiéndonos utilizar el roll para escapar sin necesidad de preocuparnos por aprendernos los patrones de ataques de ningún enemigo. A medida que avanzamos en el juego tenemos la ocasión de ir cambiando nuestro equipamiento, mejorando nuestras armas y armaduras y adquiriendo nuevos poderes. Sin embargo, como en todo el juego, Cat Quest tampoco ofrece demasiada profundidad aquí, y lo reduce todo a daño y resistencia física o mágica. Esto es todo lo que debemos tener en cuenta, tanto para equiparnos como para atacar a los diferentes enemigos.

Y lo cierto es que, aunque todo pueda parecer excesivamente simple, consigue resultar gratificante y divertido desde el primer minuto. No necesitamos horas para aprender a hacer nada, y el juego avanza con mucho ritmo desde que arrancamos nuestra partida. No hay escenas que nos corten y casi siempre tendremos cerca algún bicho al que hacer pedazos.

Mundo e historia

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En cuanto al mundo y la historia en la que Cat Quest nos pone, nos encontramos con más de lo que ya hemos comentado para su jugabilidad, el juego de The Gentlebros sigue siendo una auténtica parodia a su género. La forma en la que se nos presenta el mapa del mundo nos hace entrever que será enorme, ya que tiene más aspecto de minimapa que de mapa como tal, colocando a nuestro personaje con un tamaño enorme en comparación a accidentes geográficos como lagos, montañas o cuevas. Pero no, el mapa es relativamente pequeño y, aunque nuestro personaje parezca un monigote dentro de un minimapa, podemos atravesar todo el entorno para cruzar el mapeado entero en cuestión de unos pocos minutos.

Por otro lado, la historia sigue el mismo patrón. Somos una pequeña y adorable bola de pelo que cuenta con una extraña marca en la cabeza, la marca del Sangredragón. Nuestro objetivo es ir por el mundo detectando y derrotando a los diferentes dragones para acabar finalmente con un malvado mago que ha secuestrado a nuestra hermana. Como podéis suponer, la historia es puramente anecdótica y su única función es parodiar otras aventuras como Skyrim con todo tipo de referencias bastante poco sutiles.

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Cat Quest es, por sí mismo, una parodia, y el juego lo tiene muy claro durante todo lo que dure nuestra aventura. Las misiones se resuelven de forma absurda, hay una cantidad ingente de chistes y juegos de palabra relacionados con los gatos y el sentido del humor es tan terrible que acaba resultando gracioso y calando en nosotros.

Creo que he visto a un lindo gatito

A nivel visual, Cat Quest apuesta también por la simplicidad, haciendo que nos movamos por un mapeado bidimensional que, no por ser simple, deja de ser bonito. Artísticamente el juego luce estupendamente, contando con entornos coloridos, personajes de aspecto adorable y un protagonista que, con sus diferentes vestimentas, acaba pareciéndose a un gato de peluche (pero uno dispuesto a matar dragones y abominaciones para salvar el mundo). La banda sonora del juego está ahí para acompañar este aspecto visual como de cuento infantil y, lo cierto es que consigue tenernos tarareando antes de que nos demos cuenta.

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Respecto a esta versión de Nintendo Switch, el juego se comporta estupendamente y, aunque es cierto que no resulta un título exigente con el hardware, es un alivio comprobar que Cat Quest luce tan bien en la consola de Nintendo como lo hacía en la versión de PC. Además, el título llega a esta plataforma con los controles adaptados y, a pesar de que no hace uso de las características exclusivas de los joycon, la disposición de los botones está bien ideada y resulta cómodo de jugar.

En cuanto a la duración, Cat Quest es un título realmente corto, y es que apenas llega a las 7 horas de juego. Pero esto no es algo malo, sino al revés. La simplicidad del juego hace que el combate se pueda tornar monótono y los juegos de palabras para hacer chistes malos puedan llegar a aburrirnos. Sin embargo, el juego termina antes de que esto ocurra, dejándonos con un estupendo sabor de boca y la sensación de que nos hemos divertido.

En definitiva…

Cat Quest es un título terriblemente autoconsciente. El juego tiene muy claro qué tipo de obra es y cuáles son sus aspiraciones, dejándolo claro desde el primer minuto y evitando diluirse ni abarcar más de lo que debe en ningún momento. La obra de The Gentlebros es un ARPG minimalista, con una enorme simplicidad en sistemas como el combate o la progresión del personaje, pero que durante el tiempo que dura logra resultar divertido.

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Es cierto que el juego no ofrece profundidad en ninguno de sus apartados, que el humor no nos hará gracia durante mucho tiempo y que, a fin de cuentas, todo se basa en pelear una y otra vez contra los mismos enemigos. Pero Cat Quest sabe jugar con ello, y no alarga la experiencia más allá de lo que debe. La duración puede parecer corta, pero lo cierto es que es perfecta, cortando el grifo antes de que nos cansemos de lo que ofrece y dejándonos con un gran sabor de boca.

Puede que Cat Quest no sea un título que vayamos a recordar cuando echemos la vista atrás dentro de unos meses, pero no por ello es menos meritorio. Se trata de una obra descarada, que toma las raíces del ARPG y se ríe en la cara de algunas de las más grandes aventuras de los últimos años sin pudor ninguno. Y, ¿qué queréis que os diga? Con esta valentía y el humor absurdo, a mí ha conseguido arrancarme una constante sonrisa durante las horas que he pasado jugando; y eso ya me parece más que suficiente para recomendarlo sin temor alguno.

Redactado por:

Videojuerguista, lector y cinéfilo desde que tengo uso de razón. Hablo de videojuegos, cine, series o lo que me dejen. Incondicional del RPG clásico, lo indie y el wéstern. Me gustan los números y puedes encontrarme con una raqueta en la mano.