A lo largo de nuestra vida como jugadores seguro que hemos matado a unos cuantos enemigos, descuartizado algunos cuerpos y, en general, repartido un buen puñado de sangre a lo largo de diversos escenarios. Pero esa sangre no se va a ir de ahí por arte de magia, sino que alguien tiene que ir a limpiar los desastres que organizamos en estos mundos virtuales. Y así es como nace Serial Cleaner, un juego cargado de sangre y violencia, pero que, para variar, no tiene su origen en nosotros.
Desde Curve Digital han puesto sobre la mesa una propuesta bastante interesante y diferente de lo que estamos acostumbrados a ver. Serial Cleaner se presenta como un juego de sigilo de corte clásico pero en el que, en lugar de asesinos, somos al que le toca ir a limpiar la sangre, recoger pruebas y deshacernos de los cadáveres que los asesinos han dejado a su paso. ¿Queréis saber cómo es el resultado final? Pues agarrad vuestra aspiradora y preparaos para limpiar sangre porque comenzamos con nuestro análisis de Serial Cleaner.
Corren los años 70 y somos un hombre que aún vive con su madre y a quien no le sobra el dinero. Las apuestas en los combates deportivos nos han generado deudas que nos ahogan y la única salida para nosotros es trabajar para mafiosos y todo tipo de asesinos. Pero, como ya os adelantábamos, no seremos nosotros quienes peguemos los tiros, sino que quedamos relegados a hacer el trabajo más sucio. Nos toca armarnos con tan solo una aspiradora y viajar a las escenas de los crímenes más brutales y sanguinarios para limpiar el desastre, ocultar pruebas y deshacernos de cadáveres; todo ello sin que la policía se percate, por supuesto.
Serial Cleaner se ambienta a lo largo de un período de unos cuantos años a mediados de los 70, tiempo en el que recibiremos diferentes contratos que nos llevarán de una escena del crimen a otra. Entretanto tendremos tiempo a pasar por nuestra casa para ver la tele, escuchar la radio o charlar con nuestra pobre e inocente madre. Estas escenas intermedias son el elemento que sirve como hilo conductor de la historia y nos permite orientarnos un poco en este universo. De esta forma será como conozcamos ligeramente (porque nunca se llega a profundizar demasiado y siempre se mantiene un toque de humor) a los personajes y los sucesos que nos llevan a tener que realizar estos sucios y peligrosos encargos.
Pero, siendo honestos, Curve Digital no ha introducido una historia demasiado interesante; y no es porque no hayan podido, sino porque Serial Cleaner no lo necesita. Estamos ante un juego de sigilo de corte clásico en el que, cuando cogemos el mando, lo que menos nos importa es por qué demonios usamos una aspiradora en lugar de una pistola. En este sentido, las pequeñas escenas intermedias están bien hechas ya que permiten desconectar de la tensión por unos instantes, pero nunca te cuentan demasiado como para tener que alargarse hasta el punto de hacerse pesadas. Eso sí, aunque la historia no nos importe, hay pequeños detallitos y referencias a la época en la que se ambienta el juego que hacen que merezca la pena leer los pequeños cuadros de diálogo que se nos muestran.
Si entramos a la jugabilidad, el núcleo del atractivo de Serial Cleaner, nos encontramos con un título que trae de vuelta unas propuestas muy clásicas. En cada encargo se nos dan unos objetivos que incluyen recoger ciertas pruebas, limpiar un porcentaje de la sangre total y deshacernos de todos los cuerpos que haya (normalmente están entre dos y cinco). Tendremos que cumplir todo esto, sin un tiempo límite, pero evitando ser cazados por los policías que patrullan la zona.
Las propuestas de Serial Cleaner son muy simples y directas, pero gracias a un buen diseño de niveles cada encargo será un auténtico puzle en el que tendremos que explorar el entorno, estudiar las rutas de los diferentes guardias y probar diferentes combinaciones de acciones para poder dar con la manera de completar todos los objetivos que se nos requieren. Para ayudarnos, además de los muros y elementos que nos permitan ocultarnos, nos encontraremos con diferentes tipos de objetos que nos permiten escondernos en su interior, hacer ruido para atraer a la policía a una zona determinada, mover partes del escenario o desplazarnos rápidamente.
Un pequeño detalle que supone un punto a favor para la obra de Curve Digital es el hecho de que cada nivel tenga elementos semialeatorios. Me explico, el mapeado y los enemigos que nos encontramos son siempre invariantes dentro de cada nivel; pero la ubicación de determinadas manchas de sangre, pruebas y cadáveres varía entre una partida y otra, evitando que podamos pulir demasiado una estrategia y haciéndonos improvisar constantemente, cosa que le da al juego un toque de frescura.
Destaca que Serial Cleaner es un juego que, al igual que otros como Hotline Miami, está hecho para perder. Y no lo digo como algo malo, sino todo lo contrario; la derrota es algo que el juego asume con naturalidad y que no se penaliza con demasiada severidad. El juego no incluye una pantalla de carga cuando la policía logra atraparnos y el reinicio del nivel se realiza de forma automática.
Por desgracia, no todo son puntos positivos y Serial Cleaner cuenta también con sus fallos. A pesar de que hay unos cuantos encargos que nos mantendrán entretenidos un buen puñado de horas, parece que las ideas se les acaban rápido a los chicos de Curve Digital. A excepción de algún pequeño detalle que apenas afecta jugablemente, todos los elementos importantes se nos presentan antes de llegar a la mitad del juego, provocando que la segunda mitad resulte bastante repetitiva. Las mecánicas son siempre las mismas y, exceptuando el diseño del mapa, no hay apenas variaciones entre unos niveles y otros. Ni siquiera en los encargos especiales inspirados en películas, que se desbloquean recogiendo determinados coleccionables, se incluyen novedades importantes más allá de la referencia a cada película en cuestión.
Por otro lado, la inteligencia artificial de los enemigos es bastante limitada y la mayoría de ellos simplemente se limitan a seguir una ruta preestablecida (aunque podemos alterarla moviendo partes del escenario). Además, cuando nos persiguen, podemos escondernos sin problema si alcanzamos alguno de los elementos destinados a ello o directamente les perdemos de vista. Esto genera situaciones extrañas, pero lo cierto es que suaviza una dificultad nada baja.
En general, la jugabilidad de Serial Cleaner es su mayor y mejor apuesta. Unas propuestas divertidas, rápidas y con mucho gancho que nos atrapan desde el principio pero que, debido a la falta de variedad y de innovación, pueden resultar repetitivas en la segunda mitad de una obra que busca más la diversión pura que cualquier tipo de innovación.
Serial Cleaner es una obra que, como podéis comprobar por vosotros mismos a través de las diferentes imágenes que os dejamos, resulta bonita a la vista. No es que sea ningún portento técnico, pero el espectacular apartado artístico, combinado con esa vista angular y la simplicidad de gran parte de los detalles y animaciones hace de este un título muy llamativo estéticamente. Además, la ambientación en los años 70 le viene como anillo al dedo porque, además de algunos detalles visuales, Serial Cleaner incluye una estupenda banda sonora propia de la época. Y lo mejor es que todo casa a la perfección: la banda sonora con su estilo funk, la estética simplista y la jugabilidad del sigilo más puro y clásico; todo es una oda al pasado con la calidad que se requiere en el presente.
A nivel de rendimiento, tras haber disfrutado de la versión de PlayStation 4, podemos decir que no presenta fallos importantes. A pesar de que algunas pantallas de carga son más largas de lo que nos gustaría (sobre todo al iniciar el juego), no hay bajadas de fps y, lo que se agradece aún más, el juego está muy pulido y, en nuestra experiencia, no nos hemos topado ni tan siquiera con un solo bug.
Destaca también que el juego se encuentra completamente traducido al castellano, algo que me gustaría agradecer tratándose de un título independiente. Por otra parte, en cuanto a la duración, en nuestro caso y sin llegar a desbloquear y completar todos los encargos especiales (aunque sí unos cuantos), nos ha durado alrededor de 9 horas. Sin embargo, dada la elevada dificultad del juego, es probable que la duración entre unos usuarios y otros varíe dependiendo de la cantidad de tiempo que perdamos atascados en los niveles más retorcidos.
En resumen, Serial Cleaner es un juego que rescata la fórmula del sigilo más clásico y, con una estética simple pero realmente bonita y una banda sonora espectacular, nos ofrece unas cuantas horas de diversión pura y dura. Los coleccionables que desbloquean encargos especiales y la elevada dificultad del juego alargan una experiencia que, aunque al principio resulta fresca, puede tornarse repetitiva por la falta de novedades jugables importantes en la segunda mitad de la obra.
Curve Digital ha creado una obra que en conjunto, con sus fallos y aciertos, logra resultar divertida. No va a revolucionar el género ni permanecer en nuestra memoria durante años por ser una obra maestra, pero desde luego que, al menos durante la primera mitad, logrará entretenernos y picarnos a seguir adelante y completar ese difícil encargo que tenemos por delante. Y lo cierto es que lo que Serial Cleaner no es para nada sencillo.