¿Las películas ya no dan el mismo miedo que antes? Esta inofensiva pregunta se ha convertido en los últimos años en la punta de lanza de todos aquellos que no quieren adaptarse a la evolución del género. Que tras el torbellino que películas como "Hereditary" han reavivado de la experimentación de aquella polémica "La Bruja de Blair", no han querido renunciar a su preconcepción del miedo en la gran pantalla. Pero lo cierto es que Hollywood sigue ofreciendo alternativas clásicas para este público.
Los grandes estudios no tienen motivo alguno para renunciar a ese esquema de terror ante lo desconocido, de jumpscares y de personajes predecibles, que año tras año ha revalidado la franquicia The Conjuring. Y eso es precisamente lo que pensó CBS hace ya seis largos años al hacerse con los derechos de la saga literaria de AlvinSchwartz. El camino más amable hacia la gran pantalla se allanaba para "Historias de miedo para contar en la oscuridad", sin saber que en realidad la oportunidad estaba envenenada.
Una adaptación sin pretensiones
No había intención alguna de deconstruir nada con la adaptación, y el estudio lo dejaba claro desde el principio. Pese a que el fichaje de AndréØvredal ("La Autopsia De Jane Doe") como director hacían pensar en una deriva algo más independiente, el guion respondía enteramente a una intencionalidad puramente juvenil y lúdica. Los hermanos Hageman, responsables de películas como "La LEGO película" o "Hotel Transylvania" se ataban a la esencia blanda y conservadora del material original para adecuarse a la taquilla veraniega.
Y ni la posterior llegada de GuillermodelToro como aval -en realidad promocional-, ni los intentos de CBS por ensombrecer el marketing de la cinta, terminaba de desdibujar lo que siempre había dispuesto esos relatos para adolescentes publicados a principios de los años 80. "Historias de miedo para contar en la oscuridad" no es otra cosa que un blockbuster veraniego con fórmulas recicladas y acondicionadas para enganchar al público juvenil más conformista. ¿Es eso malo?
Conseguir que un conjunto de historias funcionase correctamente bajo un mismo paraguas narrativo era complejo, pero el equipo liderado por Øvredal acierta sin apenas fisuras. La selección que hace la película de los relatos a adaptar es más bien arbitraria, aunque su implementación en la aventura del grupo protagonista está confeccionada con tanta suavidad, que hasta parece originalmente natural. Vuelven Harold, TheJanglyMan o PaleLady, con todo el terror visual que se descuelga de los famosos retratos de StephenGammel, pero no sus relatos. No al menos tal y como se recuerdan.
Un Destino Oculto juvenil
La película opta por colocar a Stella Nicholls (ZoeMargaretColletti), Auggie Hilderbrandt (GabrielRush) y Chuck Steinberg (AustinZajur) en el centro de la acción, para ir tejiendo poco a poco las excusas que dan paso a cada uno de los cuentos. El pretexto lo construye el descubrimiento de un diario perdido en una mansión, sobre el que una joven encerrada por sus padres hace más de un siglo, escribía con desdén todo tipo de tropelías narrativas. ¿Qué se obtiene de eso? Una suerte de Destino Final con los jóvenes intentando sobrevivir por toda la ciudad a todo tipo de criaturas.
La originalidad ni está ni se la espera. No porque "Historias de miedo para contar en la oscuridad" partiese de un material ya existente, sino porque la ejecución de la película es más bien insulsa. Øvredal echa mano de todos los clichés y tropos existentes para intentar construir una experiencia aterradora. Pero lo único que consigue es regalar casi 120 minutos de situaciones previsibles carentes de cualquier sensación de peligro. Con personajes planos que no tienen espacio para evolucionar y recursos del género a los que suelen recurrir las producciones de serie b.
No es posible empatizar con unos jóvenes cuya única misión a lo largo del metraje pasa por molestar a Tommy (AustinAdams), el gamberro estúpido de escuadra y cartabón, que, ¡oh! sorpresa, termina sirviendo de pienso para el macgufin barato de turno. De ese turrón pastoso solo se libra Stella, quien con la llegada al pueblo de Ramón (MichaelGarza), parece ganar algo más de proyección. De hecho, es ella quien lleva la voz cantante de la historia en todo momento, con una Colletti más que correcta, que, si bien convence, tampoco termina librándose del romance noventero.
Conclusión
Si hay algo que rescatar de "Historias de miedopara contar en la oscuridad" eso es su apartado técnico. Los efectos especiales se escudan en una fotografía de tonos verdosos con tendencia a la oscuridad, pero brillan cuando deben brillar. El horror perturbador de Gammell está presente en cada uno de los monstruos, gracias a un acabado artístico estándar y competente. Y sí, le da a la producción el acabado profesional y llamativo que ni atisba a oler el componente narrativo. El problema es que ni las situaciones ni los personajes invitan a deleitarse en esa reinterpretación que Schwartz hacía del folklore norteamericano.
La presencia de Del Toro podría haberle otorgado a la producción ese toque de distinción que tanto buscaba un relato de corte convencional. Sin embargo, "Historias de miedo para contar en la oscuridad" no logra extrapolar el terror de la sopa de nostalgia que concedían unos libros ampliamente conocidos. Divierte a duras penas, pero no incomoda. Va más allá de la torpeza, es intrascendente.
André Øvredal teje con torpeza de carnicero un único relato que pretende, sin mucha fortuna, revivir el horror de los famosos libros de Alvin Schwartz. Ni la presencia de Guillermo del Toro ni el énfasis visual de CBS salvan este blockbuster olvidable confeccionado para rascar la taquilla veraniega.
Harold y el resto de criaturas están recreadas con elegancia