'Godzilla y Kong: El nuevo imperio' ya está en los cines de toda España y debo decir que vas a abandonar la sala tan sorprendido como yo. Hablamos de una película que se puede describir como la 'Vengadores' del MonsterVerse, una oda al cine de entretenimiento puro y duro que al mismo tiempo es un duro golpe en la cara de aquellos críticos que se ensañaron con las anteriores entregas de la saga. Una franquicia tan entretenida como fundamental para poder ir al cine y evadirnos.
'Godzilla y Kong: El nuevo imperio' es pura diversión sin complicaciones
Seamos sinceros. Si has pagado una entrada para ver 'Godzilla y Kong: El nuevo imperio' no es por su trama ni por sus interpretaciones. No estamos frente a una película de autor, esto es un blockbuster palomitero que aprovecha el cine kaiju japonés para trasladar la destrucción de bestias gigantes, a todo el mundo. Y si te gustó 'Godzilla x Kong' hace ahora algo más de dos años, 'Godzilla y Kong: El nuevo imperio' te va a encantar x1000. Aquí todo está elevado a la máxima potencia: tanto la técnica, como la estupidez humana. Tanto las batallas, como el encanto de Godzilla y Kong.
Ahora bien, déjame que profundice en uno de los dos protagonistas, en ese Kong que se roba la cámara en todo momento con una de las tramas más interesantes de todo el MonsterVerse. Mientras que Godzilla sigue siendo un 'pequeño' descerebrado, el equipo de 'Godzilla y Kong: El nuevo imperio' ha conseguido insuflar una infinidad de mociones a Kong, convirtiéndose en la verdadera estrella de la función.
Y si tenemos que hablar de la técnica... Dicen por ahí que 'Godzilla y Kong: El nuevo imperio' ha costado 135 millones de dólares, y sencillamente no me lo creo. Exceptuando algunos momentos en los que el CGI da vergüenza ajena, el 95% de las escenas con efectos especiales son puro espectáculo. El presupuesto ha tenido que ser mucho más cercano a 200 millones de dólares que a 100, y no tiene nada de malo. Sobre todo hay una secuencia relacionada con el 'diente' de Kong que me puso los pelos de punta.
¿Por qué los humanos seguimos siendo tan estúpidos?
Sin embargo, cuando la película abandona a Godzilla y Kong (sobre todo a Kong), queda patente el gran problema que tienen franquicias como el MonsterVerse o Transformers. No se aprecia un gran esfuerzo a nivel de guion para que las historias de los seres humanos nos importen lo más mínimo. Diálogos tontos, interpretaciones pochas y decisiones absurdas. Sin embargo, me sorprende que 'Godzilla y Kong: El nuevo imperio' sea consciente de que este sea su mayor hándicap y lo aprovecha para convertirse en una especie de parodia del cine kaiju japonés. Mientras que 'Godzilla: Minus One' es seria y solemne y posee un tramo 'humano' interesante, aquí 'Godzilla y Kong: El nuevo imperio' se desata y eleva todo a la máxima potencia, tanto para lo bueno (entretiene pese a lo absurdo), como para lo malo (querrás que los humanos se extingan).
'Godzilla y Kong: El nuevo imperio', la mejor película del MonsterVerse hasta la fecha
En resumen, 'Godzilla y Kong: El nuevo imperio' es la constatación de que el cine palomitero funciona siempre que se sea sincero con el público. Adam Wingard, director de la anterior entrega del MonsterVerse, coge impulso con 'Godzilla y Kong: El nuevo imperio' y consigue sorprender con unas brutales secuencias de Godzilla y Kong, con unos efectos visuales impactantes en la gran pantalla y con un futuro prometedor que esperemos no quede aquí.
'Godzilla y Kong: El nuevo imperio', como diría Belén Esteban: "esto está bien que lo haga, está divertida, está graciosa". Y con esto no quiero comparar ni a Godzilla ni a Kong con Belén Esteban, ¿o si?
En resumen, 'Godzilla y Kong: El nuevo imperio' es la constatación de que el cine palomitero funciona siempre que se sea sincero con el público. Adam Wingard, director de la anterior entrega del MonsterVerse, coge impulso con 'Godzilla y Kong: El nuevo imperio' y consigue sorprender con unas brutales secuencias de Godzilla y Kong, con unos efectos visuales impactantes en la gran pantalla y con un futuro prometedor que esperemos no quede aquí.
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