The Legend of Zelda tendrá una película de la mano de Wes Ball, director de El corredor del laberinto y experimentado en la construcción de universos de fantasía en los que la naturaleza es la verdadera protagonista. La noticia fue muy bien recibida por los fans de los videojuegos, no obstante, muchos nos hemos tirado años demandando un live-action que le sentaría genial a la marca. Sin embargo, cuando se anunció la película de The Legend of Zelda, pensé en otra franquicia que podría aprovecharse de un largometraje de gran presupuesto para ampliar sus horizontes: Dragon Quest.
Dragon Quest, en occidente, es para muchos el hermano pequeño de Final Fantasy. Sin embargo, en Japón vende millones de juegos y sus fans lloran con cada entrega principal. Si nunca has jugado a Dragon Quest, te estás perdiendo una franquicia JRPG tradicional cuyo atractivo reside fundamentalmente en un sistema de combate clásico, pero adictivo; en un diseño de personajes a cargo del mismísimo Akira Toriyama, y en una historia de héroes y leyendas que construye un universo de lo más interesante.
Creo que Dragon Quest es una saga que necesitaría una película live-action para conquistar al público occidental, ese que tanto se le resiste. Y te voy a dar tres razones por las que un proyecto de este estilo podría ser una noticia más que agradable para la industria cinematográfica.
El vasto universo de Dragon Quest es un tesoro de narrativa que ha cautivado a generaciones de jugadores. Desde el épico viaje del Héroe hasta las intrigas de los villanos, el juego ha tejido una red compleja de historias llenas de emociones, traiciones y alianzas inesperadas.
La transición al cine permitiría explorar a fondo estas tramas, sumergiendo al público en un mundo donde la magia, los monstruos y la valentía convergen en una narrativa cinematográfica espectacular. La riqueza del lore de Dragon Quest ofrece una base sólida para un guion emocionante que no solo enamoraría a los fans del juego; también atraería a aquellos que buscan una experiencia épica y conmovedora. Porque si Dragones y Mazmorras: Honor entre ladrones ha funcionado, ¿por qué no iba a funcionar Dragon Quest?
El legendario diseñador de personajes, Akira Toriyama, ha dejado su huella indeleble en Dragon Quest con su estilo distintivo y creativo. Sus personajes coloridos y memorables, así como sus criaturas fascinantes, han sido elementos clave para la identidad visual del juego. La adaptación a un formato live-action podría aprovechar la destreza de los efectos visuales modernos para dar vida a los diseños de Toriyama de una manera que respete y celebre la estética única del juego. Ver a los icónicos personajes, como Slime o el propio Héroe, cobrar vida en la pantalla grande nos permitiría disfrutar de una película casi perfecta en lo artístico.
A pesar de su éxito en el mundo de los videojuegos, al menos en Japón, Dragon Quest aún tiene el potencial de expandir su alcance a un público más amplio. La adaptación a un formato cinematográfico ofrece la oportunidad perfecta para introducir a nuevos espectadores en este fascinante universo. Un live-action bien ejecutado puede atraer a aquellos que no son jugadores habituales, ofreciendo una puerta de entrada a un mundo lleno de fantasía, emoción y personajes inolvidables.
En resumen, Dragon Quest tiene todos los elementos necesarios para brillar en la pantalla grande. Su intrincada trama, diseños visualmente atractivos y la oportunidad de cautivar a una nueva audiencia hacen que un live-action sea una propuesta emocionante y, posiblemente, una nueva forma de celebrar y compartir la magia de este querido videojuego
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