Neil Marshall sorprendió en 2005 con 'The Descent', una aventura de terror angustiante y claustrofóbica que generó más de un trauma a aquel espectador que se atreviera a entrar en ella. Una película de supervivencia que puedes ver aún en acontra+ y que es bastante mejor que el último largometraje de este director y guionista. Porque a decir verdad, 'La guardia', su película más reciente, es una tontería enorme que hubiera funcionado mejor de tener una premisa diferente. Pero en el fondo, me lo he pasado en grande en un proyecto que rezuma acción, terror y supervivencia por los cuatro costados.
En su última misión en Afganistán, Kate, una piloto de la RAF, es herida. Para escapar de su perseguidores, se refugia en un búnker que antiguamente había sido usado por los rusos para experimentar con ADN alienígena. La batalla entre soldados y monstruos mutantes está servida.
Charlotte Kirk, Jonathan Howard, Jamie Bamber, Tanji Kibong, Leon Ockenden y Mark Strepan son tan solo algunos de los protagonistas de 'La guardia', una película que triunfó en el Festival de Sitges 2022, pero que no fue especialmente bien recibida ni por público ni por prensa.
Quizás la prensa esperaba mucho de Neil Marshall cuando se anunció que 'La guarida' podría verse en el Festival de Sitges, pero si le das una oportunidad, descubres que estás ante una buena película de acción y terror con cierto espíritu ochentero, protagonizada por una serie de criaturas que parecen sacadas directamente del imaginario Alien. El argumento es lo de menos, y al mismo tiempo, su mayor talón de Aquiles: la premisa es tan tonta, que no hay por dónde cogerla. Al menos 'La guarida' no se toma en serio, pero es cierto que resulta muy difícil pasar por alto detalles como la mezcla de una cinta bélica (ambientada en una misión en Afganistán) con una especie de 'Alien' o 'Doom' ochentero. Esto deriva en diálogos absurdos, pero al mismo tiempo, en momentos de humor que funcionan para ir restando tensión.
La finalidad última de una película como 'La guarida' es entretener, y eso lo consigue de sobra. Buenas secuencias de acción, algún que otro susto y mucho gore son tan solo algunos de los ingredientes de una 'tontería enorme', pero muy divertida. Que sí, que es un cóctel que a veces no tiene buen sabor, pero el regusto final que te deja es más que positivo, y para nada merecedor de las malas críticas que he ido leyendo por ahí.
Ojalá volver a esa época en la que el cine era un medio para entretener, además de un medio artístico. Si existen los blockbusters tontos como 'Fast & Furious' o 'Transformers', ¿por qué pedir más a películas de serie B cuyo único objetivo es que el espectador se divierta en una sala?
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