Dirigida por el conocido director francés Luc Besson, Anna es una película que sufrió bastante durante su estreno original. A pesar de tener una narrativa interesante y contar con un estilo visual distintivo, llegó en un momento en el que otras producciones similares habían saturado el género de acción. A pesar de este fracaso inicial, la cinta ha encontrado una segunda vida con su llegada a Netflix y a continuación, encontrarás todas las razones por las que no te la deberías perder:
La trama de Anna gira en torno a una joven aparentemente ordinaria conocida como Anna Poliatova (interpretada por Sasha Luss). A pesar de vivir una vida normal, Anna no tarda en ser reclutada como una hábil asesina y es entrenada para convertirse en un arma letal por el gobierno ruso. Partiendo de este punto, la narrativa se desarrolla de manera envolvente, saltando entre pasado y presente para mostrar la vida de Anna a medida que se desvela una red de secretos y traiciones.
El elenco de esta película es, sin lugar a dudas, uno de sus mayores atractivos. Y es que, sin ir más lejos, la aparición de Cillian Murphy como el misterioso reclutador y mentor de Anna es genial. Su presencia magnética y cautivadora hace que el viaje de Anna sea aún más real. Por otro lado, Sasha Luss, quien protagoniza la cinta hace un gran trabajo como la joven asesina, explorando las complejidades morales del personaje a la vez que muestra una gran intensidad en las escenas de acción.
La influencia de Luc Besson es innegable en cada escena de la película. Desde su trabajo previo en películas como León: El Profesional, Besson ha demostrado su habilidad para contar historias sobre este tipo de personajes, lanzados a una vida violenta y sin una escapatoria aparente. En Anna, esta temática se amplifica, explorando las complejidades morales de la violencia y el poder a través de los ojos de su protagonista.
Otro de los puntos más destacables de la cinta es su capacidad para crear escenas de acción visualmente impresionantes. Desde los enfrentamientos cuerpo a cuerpo hasta tiroteos caóticos, cada escena tiene una coreografía meticulosamente medida y ejecutada. De esta forma, logra mantener al espectador interesado durante toda la cinta, intercalando este tipo de secuencias con la narrativa principal que explora la moralidad y los dilemas éticos de la protagonista.
En conclusión, Anna es una gran película de acción que tiene una narrativa sólida y escenas de acción potentes. A pesar de su fracaso en taquilla es agradable ver que ha tenido una segunda oportunidad para brillar en Netflix. Así que, si tienes ganas de volver a ver a Cillian Murphy y te apetece una película de acción y espías, Anna puede ser una gran opción.
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