Las redes sociales son un arma de doble filo. Por un lado, pueden aupar tu popularidad de forma muy sencilla si sabes conectar con ellas. Por otro lado, un pequeño reductor de usuarios las utilizan simplemente para meterse con el físico, la personalidad o la carrera de los denominados influencers. Esto último es lo que le ha ocurrido en los últimos años a Tom Holland, actor protagonista de Spider-Man: No Way Home, quién ha tenido que abandonar temporalmente todos sus perfiles en estas aplicaciones para cuidar su salud mental.
"Voy a tomarme un descanso de mis redes sociales para cuidar mi salud mental porque Instagram y Twitter son abrumadores", explica Tom Holland en una publicación de Instagram. En el citado vídeo, el joven intérprete asegura que no soporta algunos de los comentarios que se vierten sobre él en sus perfiles, de ahí que decida marcharse de esta ventana tan importante para su carrera: "sé que pedir ayuda puede ser algo de lo que nos avergoncemos, pero es mucho más fácil de lo que hacemos".
En definitiva, creo que no viene mal analizar las palabras de Tom Holland: detrás de un perfil de Instagram o de Twitter siempre hay una persona. No importa si esta tiene dinero o no, si es famosa o anónima, si es importante o pasa desapercibida. Siempre hay alguien con sentimientos, y hay que cuidarlas para no romper sus corazones en mil pedazos.
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