Crítica 1x07 de La casa del dragón: ¿Cómo puede ser TAN buena serie? ¿Su mejor capítulo hasta la fecha?

Atención: En este artículo, hablaré CON spoilers sobre todo lo que ha ocurrido en La casa del dragón hasta el capítulo 7, estrenado el lunes 3 de octubre. No sigas leyendo si todavía no lo has visto.

Sigo sorprendido ante lo buena serie que puede ser La casa del dragón, porque esperaba que la precuela de Juego de Tronos fuese una ficción brillante (por el nivel al que estábamos acostumbrados), pero no redonda. Y por el momento, lo está siendo. Casi más que las últimas temporadas de Juego de Tronos, y esto es algo que se agradece en una época en la que la televisión carecía de series evento.

Un buen ejemplo lo encuentro en el capítulo 7 de La casa del dragón que acabo de ver: un episodio repleto de sorpresas, y que ha terminado regalándonos uno de los mejores giros de guion que jamás he visto en la pequeña pantalla. Por lo tanto, si has visto este capítulo y quieres leer mis impresiones, sigue leyendo y descubre qué me ha parecido un episodio que pasará a la historia.

El capítulo 7 de La casa del dragón es una obra maestra

Se veía venir, pero las familias de La casa del dragón ya se han dividido claramente, anticipando lo que será la Danza de los Dragones: por un lado, Rhaenyra, y por el otro, Alicent, cada una de ellas con sus respectivos hijos. Realmente, parece más una lucha de poder que una pugna por el trono: desde que Alicent se casara con el padre de Rhaenyra, la amistad entre las dos jóvenes se ha roto. Más aún cuando fruto del matrimonio real nació Aegon Targaryen, quien hubiera sido Rey de no ser por la designación de Rhaenyra como futura heredera.

Los primeros seis capítulos de La casa del dragón han servido para asentar las bases de un conflicto bélico de proporciones nunca antes vistas en Canción de Hielo y Fuego: una batalla que se ha llevado la vida por delante de Laena Velaryon, cuyo funeral protagoniza el comienzo del episodio. Sorprende, por cierto, ver cómo Rhaenyra le pide a su hijo que sea amable con los hijos de Daemon y Laena ahora que han perdido a su madre, pero la animadversión que sienten todos ellos es brutal. ¿No hay nadie en esta familia que pueda llevarse bien?

Lo más interesante del capítulo, eso sí, se exhibe en una conversación muy íntima entre Rhaenyra y Daemon en la que ambos se confiesan en cuanto a sentimientos: sin dejar todavía totalmente claro que se aman, la chispa existe, y como ella ya no es una niña, deciden mantener relaciones sexuales y saldar la cuenta pendiente que tenían en el pasado.

También conocemos el origen del mote de Aemond, el tuerto: una brutal pelea con Lucerys por el vuelo de dragón que el primero realiza es más que suficiente para que este pierda el ojo. ¿Lo peor? Rhaenyra regresa cabreada y cuestiona que se haya puesto en duda su línea sucesoria al trono: por ello se considera alta traición, aunque claro, es cierto que su hijo es un bastardo por mucho que ella lo niegue.

Ocurren otras muchas cosas en este episodio, pero prefiero ir al grano: Rhaenyra quiere casarse con su tío, Daemon Targaryen, pero el marido de esta es una molestia para lograr este objetivo. Finalmente, se casan por el rito de la sangre, mientras que el joven batido en duelo con Daemon no ha muerto, sino que ha formado parte de una farsa para poder escapar y vivir su vida en el mar. Y claro, disfrutar del amor como él solo sabe.

¿Cómo terminará La casa del dragón?

Confirmada ya la temporada 2 de La casa del dragón, me preguntó cómo será el final de la primera, dado que cada episodio que transcurre, es mejor que el anterior. En este capítulo, por ejemplo, explotan todavía más conflictos, y todo ello con un ritmo rápido que se contrapone con la lentitud de la primera parte de la temporada. Solo espero que mantenga el nivel, y nos deje con la boca abierta como hasta ahora.