Durante décadas, y aún hoy en la actualidad, muchos somos los que trabajamos en hacer ver a la sociedad que, primero, VIH y SIDA no es lo mismo, igual que coronavirus y COVID-19 tampoco lo es; en cuanto al VIH, cuyas siglas son Virus de la Inmunodeficiencia Humana, es un patógeno que se transmite de diferentes formas (y no solo la sexual) que, sin tratamiento, deriva en SIDA, la enfermedad cuyas consecuencias muchos sabemos, pero etapa a la que pocos llegan hoy en día con los retrovirales.
Ahora bien, en los años 80, sin tratamiento alguno, millones de personas morían con un denominador común: estar en el ojo de una sociedad, en parte, homófoba, que fue la gran causante de que aún hoy en día sean muchos los miembros del colectivo LGTBIQ+ que viven de forma discreta, sin querer pronunciarse sobre su orientación sexual y con miedo a las represalias en entornos como el laboral. A todos los que aún tenéis actitudes de odio contra nosotros, deciros que It's a Sin es la serie que deberíais ver para poneros en la piel de aquellos a quiénes repudiáis.
Una oda a la vida, desde la sentencia a muerte
La historia de It`s a Sin se desarrolla desde el acertado punto de vista de un piso 'patera' en el que cinco jóvenes coinciden y se convierten en su propia familia; cinco personas que comparten miedos, ilusiones, amistades, amores... Cinco adolescentes con ganas de comerse el mundo, pero que se topan con un muro invisible llamado VIH/SIDA. Estar ambientada en Londres también hace de It`s a Sin un producto más interesante todavía, porque los europeos mirábamos con desconocimiento un virus y una enfermedad que parecía ser exclusiva del suelo norteamericano ("en Nueva York ni una paja", aconseja uno de los protagonistas a otro de ellos cuando parte de viaje de negocios).
Podría destacar a todos y cada uno de los personajes que aparecen en It's a Sin, pero creo que mencionar a Jill es más que suficiente, porque de forma inesperada para el espectador, su figura es la que se erige sobre la de sus amigos. Esta joven, que vive en este piso con cuatro gays que llegan a Londres buscando pasárselo bien, es la que mejor ve cómo el VIH/SIDA se está llevando por delante la vida de miles de personas en la ciudad. Muchas de ellas, conocidos suyos; otras tantas, sus propios amigos. Jill se convierte en nuestros ojos, y nos sentimos representados en ella, por ser el rol que más de cerca vive esta masacre.
Amigos, familia
Pero lo que mejor funciona en It's a Sin, y todo se lo debemos a su creador Russell T. Davies (Queer as Folk, Years and Years), es la relación de los cinco protagonistas que viven en el mimo hogar, porque comienzan siendo cinco amigos que forman, como antes he adelantado, una verdadera familia. Porque en una familia debe haber amor y fraternidad, y aquí la hay.
Ritchie es el joven más desenfadado; se descubre a sí mismo en una vorágine de fiesta y sexo que, como bien le avisa Jill, debería aprender a saber frenar. Pero él es tan solo un chico que quiere ser actor, y vivir lejos de su isla en la que se sentía cohibido por una sociedad más atrasada. Londres le da todo lo que necesita.
Ash es un bailarín que sueña también con ser alguien en el mundo, pero que el fondo de su fachada se esconde alguien sentimental y bastante tímido que vive con miedos e inseguridades. Además, su corazón late por alguien... Alguien que de momento no le ve como él quisiera.
Roscoe es extravagante, y quizás algo egocéntrico; en más de una situación mira por sí mismo antes que por sus amigos, pero luego se arrepiente y acude a ellos para pedirles perdón (esta descripción nos da una de las secuencias más divertidas y emocionantes de It's a Sin). Además, duerme con Colin, alguien totalmente diferente a él, por lo que es su contrapunto ideal.
Y Colin no deja de ser alguien que llega a Londres con ganas de trabajar y labrarse su propio camino, hasta que de pronto conoce a su familia urbana. Tímido, muy diferente al resto, pero con un enorme corazón.
Cuatro más uno, cinco: It's a Sin es la mejor miniserie de los últimos años
Cuatro chicos, que sumados a Jill, nos dejan con una de las mejores miniseries de la historia. Una narrativa con ritmo, que se apoya en sus personajes, pero también en un montaje voraz; una fotografía que capta a la perfección el Londres de los años 80 repleto de tugurios LGTBIQ+. Un producto diferente a otras producciones como Pose que también ahondan en esta temática, y distinto sobre todo porque lo aborda desde una perspectiva cruda y realista, sin perder de vista el lado cómico de la vida.
Cuatro chicos, que sumados a Jill, nos dejan con una de las mejores miniseries de la historia. Una narrativa con ritmo, que se apoya en sus personajes, pero también en un montaje voraz; una fotografía que capta a la perfección el Londres de los años 80 repleto de tugurios LGTBIQ+.
La química de sus cinco protagonistas
La personalidad de cada chico y chica de It's a Sin es arrolladora
La equilibrada mezcla entre drama y humor
Un ritmo vertiginoso acompañado de un montaje sobresaliente
El retrato de Londres de los años 80
Que nuestra sociedad haya vivido un momento tan sumamente desolador como la crisis del VIH/SIDA en los 80 y 90
Netflix, HBO Max, Prime Video, Disney Plus y Filmin, mis plataformas de streaming favoritas. Harry Potter, Marvel, DC, James Bond y Fast & Furious, mis películas comerciales preferidas. La vida es bella, mi película favorita. Así soy yo, y así seguiré.