El capítulo 7 de La casa del dragón ha sido una auténtica pasada: un ejemplo perfecto acerca de cómo se ha de contar un episodio esencial para la historia. Sin desvelar nada que pueda entrañar spoilers, es evidente que ya están sobre la mesa todas las piezas para que antes o después, comience la Danza de los dragones. Y lo siento, pero es una auténtica pena que haya detrás de todo este trabajazo un equipo de iluminación que no cumple con los estándares mínimos.
El gran problema de La casa del dragón es pensar que 'oscuridad', es sinónimo de 'no iluminar'. En un rodaje, ya sea de cine, televisión o publicidad, la iluminación es uno de los factores más importantes a tener en cuenta: no se trata de simular la noche cerrada al máximo, sino de hacer creer al espectador que es de noche, y en este caso concreto, que no hay fuentes de iluminación natural en el escenario.
Pero La casa del dragón mezcla una iluminación pobre con una imagen poco contrastada, repleta de grises y marrones que impiden que veamos con normalidad lo que sucede en las escenas nocturnas. Y ojo, que no soy el único que se queja de esto: en redes sociales, ya son muchas las bromas que hablan sobre un asunto que debería de encontrar solución en su segunda temporada. Porque en Juego de Tronos, ni en las secuencias más oscuras había problemas para ver lo que sucedía en pantalla.
Hace pocas semanas, vi en Twitter una imagen que generó polémica, y aún a día de hoy sigo sin entender por qué: ¡Nop!, la última película de Jordan Peele, utilizó potentes focos para iluminar las escenas nocturnas que tienen lugar en medio de un desierto. ¿Sabías que las cámaras también 'roban' luz? ¿Qué incluso las secuencias mejor iluminadas a altas horas de la noche tienen problemas si no se utiliza determinada disposición en cuanto a apertura, exposición y foco?
Pido a La casa del dragón que tome nota de un problema atroz para una serie rodada en pleno 2022, y que además, goza de tan buena aceptación en el resto de apartados. La iluminación es mala, y no me basta con decir que se trata de simular la más absoluta oscuridad. No hay necesidad de que los espectadores nos dejemos los ojos intentando discernir qué hijo de Rhaenyra o Alicent aparece en pantalla.
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