Los Obama firmaron hace unos cuantos años un contrato de exclusividad con Netflix que incluía la producción de documentales, programas de televisión, películas y series como Bodkin. A través de la productora Higher Ground Productions, el matrimonio formado por Barack y Michelle Obama ya han estrenado en Netflix algunos proyectos: Dejar el mundo atrás, Rustin o Campamento extraordinario, pero es Bodkin su primera serie con vocación comercial, un proyecto a medio camino entre la comedia más absurda y el humor más inteligente.
Bodkin se centra en un grupo de podcasters que se propone investigar la misteriosa desaparición de tres desconocidos en un pueblo irlandés. Cuando empiezan a mover los hilos, se encuentran con una historia mucho más grande y extraña de lo que podrían haber imaginado.
Siobhán Cullen, Will Forte y Robyn Cara son los protagonistas de Bodkin, serie en la que también encontramos a Chris Walley, David Wilmot y Seán Óg Caims, entre otros.
Sin parecerme tan redonda como Dejar el mundo atrás, sin ser posible compararlas porque una es una serie (Bodkin) y otra una película, esta producción televisiva me ha sorprendido tanto en forma como en fondo. Al fin y al cabo, es un proyecto que se atreve a ironizar sobre el mundo del podcasting y el true crime, algo de lo que Netflix es experta como plataforma de streaming con mayor número de documentales true crime.
Sus tres protagonistas son dispares y la relación que se genera entre ellos es lo suficientemente atractiva como para mantenerte enganchado a la pantalla. Ahora bien, existe un 'problema' para situar el género al que pertenece Bodkin. No sabría decir si estamos ante una comedia negra, ante un drama de suspense o ante un thriller clásico puro y duro con sospechosos, pistas y un final con varios giros de guion. El asunto es que se sitúa a medio camino entre el thriller y la comedia, con un humor sutil bastante implícito que se basa en situaciones imprevisibles o personajes tremendamente inusuales.
Cuando menos me gusta Bodkin es en aquellos momentos en los que sucumbe al culebrón más facilón, al melodrama que no aporta nada con problemas personales, amores no correspondidos y emparejamientos forzados. Sin embargo, se agradece que Bodkin sea una serie muy actual en lo que a formato se refiere, que se deje ver de forma fácil y que dure menos de 6 horas, algo que prefiero en una época tan estresante como la que vivimos hoy en día.
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