Esta vez nos situamos en Lakeport, con una Max que ejerce como fotógrafa residente en la prestigiosa universidad de Caledon, intentando dejar atrás los sucesos ocurridos en Arcadia Bay. Desde los primeros minutos de esta nueva entrega daremos forma a los acontecimientos que tendrán lugar durante nuestra aventura, escogiendo cuales fueron las consecuencias más relevantes de los hechos ocurridos en la entrega inicial. Esa es la premisa de Life Is Strange: Double Exposure, que sorprendentemente huye de caer en el fanservice, y en un acto de madurez, propone un nuevo escenario lo suficiente atractivo que se sustenta sin necesidad de recurrir a la nostalgia.
Unos poderes que prometían más
Eso conlleva muchos cambios, de hecho, lo único que se mantiene intacto del anterior título que protagonizó Max, son algunos recuerdos que aún la atormentan, que Max intenta sanar, y no siempre de la mejor forma. Tanto es así, que los poderes con los que cuenta ahora, poco o nada tienen que ver con aquellos que recordamos. Y he aquí, uno de los cambios que ha hecho que la experiencia en general no sea tan satisfactoria. Life Is Strange nunca ha sido una saga con una jugabilidad demasiado profunda, eso es de sobra conocido, sin embargo, he de reconocer que los poderes de rebobinado daban “más” juego que los actuales y la sensación que dejaban mientras jugábamos a la aventura gráfica de Square-Enix, era que teníamos un mayor control en su parte jugable.
Aunque a priori lo de moverse por varias líneas temporales pudiera da a entender que las posibilidades pueden ser infinitas, lo cierto es que el juego te guía constantemente cuando cambiar de una línea a otra, y que hacer en cada una de ellas, dejando poco margen a la improvisacióny haciendo que su atractivo principal se vaya disipando poco a poco. La propuesta es atractiva, eso es innegable, pero el factor diferenciador respecto al original está un tanto desaprovechado. Hubiera sido interesante poder cometer errores que afectaran a la narrativa más allá de las decisiones más destacadas, que se presentan en pantalla siempre con tan solo dos opciones a escoger. El atractivo de cambiar de una línea a otra pierde un poco el interés al cabo de un tiempo, y aunque no es el único poder que Max tiene en Life Is Strange: Double Exposure, si que es el más importante. Otro de los más destacados es poder sentir y escuchar lo que sucede en la otra línea temporal sin movernos en la que estamos.
Una narrativa cuidada pero irregular
Es cierto, sin embargo, que tampoco esperaba una profundidad mucho mayor, algo que no ha existido tampoco en entregas previas, pero si quizás una evolución o mejora respecto a lo que ya hemos visto en la saga hasta ahora. Y los nuevos poderes de poder viajar entre diferentes líneas temporales acaba siendo una mecánica que prometía mucho más en lo jugable, de lo que realmente termina consiguiendo.
Por suerte, lo que sigue siendo absolutamente sobresaliente, es la escritura del título, con una narrativa muy llamativa, una propuesta interesante, giros inesperados y unos personajes escandalosamente carismáticos. Este siempre ha sido un pilar básico en la saga, y en Life Is Strange: Double Exposure sigue funcionando al nivel al que estamos acostumbrados. No exagero si os digo que en esta entrega podemos encontrar algunos de los personajes más interesantes de cuantos hemos podido conocer en la saga, y eso, son palabras mayúsculas para una franquicia que cuenta con algunas figuras sublimes en su repertorio.
Cuando comentaba el ejercicio de madurez realizado por el estudio, y el no caer en el recurso fácil del fanservice, me refería precisamente a esto. Deck Nine Games tenía sencillo el poder usar ese comodín utilizando personajes muy recordados de la obra original, y sin embargo han dejado dicha tentación a un lado, creando nuevos personajes lo suficientemente atractivos para dar forma a un escenario totalmente ajeno a la vida previa de Max. Algunos personajes de sus años en Arcadia Bay se mencionan, pero no dejan de ser un mero detalle sin demasiado peso en esta entrega, algo que hará que tanto nuevos jugadores como aquellos que ya jugaron al original, puedan disfrutar plenamente de este Life Is Strange: Double Exposure. A pesar de ello, no pasa desapercibida la responsabilidad suprema que tiene este título, ya que actúa y ejerce a nivel narrativo como una secuela directa de la entrega más querida de la saga, continuando la historia de Max, pero esta vez sin Chloe…
El carisma por bandera
Aquí tenemos a Safi, a Moses, a Gwen, a Lucas o Amanda, y todos ellos ayudan a tejer una trama argumental que, pese a sus altibajos, consigue mantener el interés en el jugador en todo momento. El misterio a desentrañar no deja de ofrecer detalles inesperados hasta el último instante, haciendo que el deseo de continuar jugando para conocer todos los secretos sea inevitable. Si Life Is Strange conseguía establecerse como uno de los estándares dentro de las aventuras narrativas de corte dramático, Life Is Strange: Double Exposure toma el relevo y se establece nuevamente como un gran referente en su propio género.
Como ya ocurría en la entrega original, su trama y lore cuentan con una gran cantidad de detalles cuyo conocimiento podremos aumentar a través de posibilidades opcionales, como leer el diario de Max, revisar los mensajes de texto de nuestro teléfono y las publicaciones en las redes sociales de nuestros amigos, compañeros y conocidos.
Mezcla de lo sobrenatural con lo profundamente humano
Pero para contextualizar, todo comienza con la muerte de Safi, la mejor amiga de Max en la actualidad, y nuestro objetivo será el de descubrir quien ha acabado con su vida. Sin embargo, en nuestros viajes entre diferentes líneas temporales, descubrimos que, en una de ellas, Safi no ha sufrido tal cruel destino, y su vida continúa sin problema aparente. A través de nuestro viaje conoceremos algunos de los secretos más oscuros y personales de los personajes más cercanos a Max, y la lista de sospechosos no parará de crecer irremediablemente a medida que avanzamos. El poder viajar entre las diferentes líneas temporales nos otorgará la posibilidad, por ejemplo, de conseguir información necesaria de un personaje que quizás, en una de las líneas temporales sea reacio a compartirla con nosotros, mientras que quizás en la otra, tengamos oportunidad de estrechar lazos y conseguir dicha información durante una conversación distendida.
En este sentido pese a estar muy guiadas estas posibilidades, si que habrá cierta variedad de situaciones para conseguir un mismo fin. Aquí la saga vuelve a poner en el eje central de su propuesta; el libre albedrio. Un libre albedrio algo limitado eso sí, que no nos propone más que dos posibilidades en los momentos más importantes como ya he comentado antes. Sin embargo, habrá otras decisiones no tan relevantes que también provocarán ciertos cambios a nivel narrativo, como los idilios amorosos o ciertas amistades y enemistades que podemos hacer crecer dependiendo de nuestros intereses.
Como detalle, cada vez que comencemos un nuevo capítulo, podremos escoger la ropa de Max, haciendo que su aspecto visual cambie de forma notoria. Esto no supone ningún cambio ni efecto en el juego en sí, más allá de ser un añadido estético que aporta variedad a la imagen de Max.
Max cambia de estilo
Life Is Strange: Double Exposure ha sido desarrollado bajo el motor gráfico de Unreal Engine 5, apostando por un aspecto visual más realista a lo visto con anterioridad en la saga. El resultado nos deja con un título muy bonito en lo visual, con un diseño que a pesar de ser nuevo nos deja vibes muy claros de la saga de la que forma parte. Este nuevo enfoque gráfico resulta muy atractivo a la hora de humanizar aún más si cabe a sus personajes, que cuentan con unas expresiones faciales a un grandísimo nivel. Pocos o ninguna queja en este aspecto, más allá de la tardía carga de texturas tan típicas en los juegos desarrollados con Unreal Engine 5.
Por su parte, la banda sonora es excepcional, con grandes temas que suenan sobre todo en los momentos más indicados con el objetivo de hacer ciertas escenas más emotivas. Un acierto de apartado al que no es sencillo sacarle pega alguna, aunque no consigo evitar sentir que en la entrega principal protagonizada por Max Caufield, el uso de la música se sentía de forma más orgánica y acertada en cada momento, consiguiendo un resultado excelente que dejaba una sensación más redonda a la que se experimenta en este Life Is Strange: Double Exposure.
Conclusión
El regreso de Max Caufield era una cita a la que estaba deseando acudir. Quizás el error haya sido idealizar una cita que, a pesar de haber disfrutado, no ha resultado tan gratificante como imaginaba. Life Is Strange: Double Exposure no comete errores de gravedad, y de hecho aquello que ofrece lo hace a un gran nivel. Las expectativas ante el regreso de Max eran magnas, y quizás su propia sombra ha sido su principal talón de Aquiles.
Life Is Strange: Double Exposure es una grandísima aventura gráfica. Una de las mejores de corte dramático, sin embargo, esperábamos mayor revolución ante el regreso de Max Caufield. Sus nuevos poderes aunque atractivos, no ofrecen demasiada profundidad en lo jugable, y la trama argumental, que siempre es uno de los pilares fundamentales de la saga, tiene ciertos altibajos. No obstante es una gran historia que cuenta con personajes sumamente carismáticos y que no olvidaremos. Lo mejor de todo es que la promesa es firma, Max regresará, y esperamos que la próxima vez lo haga con una aventura a la altura de lo que merece este personaje.
Apartado gráfico
Apartado sonoro
Apartado artístico
Apartado jugable
El regreso de Max
Un elenco de personajes muy carismático
El nuevo aspecto visual le sienta muy bien
Las expresiones faciales de los personajes
No cae en el fanservice
La trama argumental tiene muy buenos momentos...
... y otros no tanto
Los nuevos poderes, aunque atractivos, no se exprimen demasiado
Alumno y prefecto de la casa Hufflepuff del colegio Hogwarts de magia y hechicería. Simpatizante de la casa Stark y tributo del distrito 4. Mi elemento es el agua, y por ello, formo parte de erudición.
Cargando... 