Ha sido casi como si las mismas fuerzas imparables de la casualidad me hubieran unido a Throne and Liberty desde el momento en el que el juego se anunció hace ya unos años. Quizás sea cosa del destino, o de que no era consciente de que estaba destinado a que el MMO me cautivase por la impronta que tenía grabada en ese lado del inconsciente al que es tan difícil acceder en muchas ocasiones.
Llevo un buen puñado de horas jugadas a Throne and Liberty sintiendo un extraño apego por el juego que no sabía de donde venía; notando en mi interior una familiaridad con él que me resultaba extraña hasta que, después de darle mil vueltas al nombre de su desarrolladora, hice una búsqueda sobre ella con tal de averiguar qué es lo que me estaba ocurriendo con el juego y por qué me sonaba tanto. Fue entonces cuando me di cuenta de que NCSoft también desarrolló Guild Wars 2, el MMO que me cambió la vida.
Probablemente sepáis perfectamente a qué me estoy refiriendo: todos los que disfrutamos de este género tenemos un título predilecto que ha perfilado nuestras preferencias en relación a cómo nos gusta que sea un MMO y, tal y como decía antes, Guild Wars 2 fue aquel que lo hizo conmigo. Ahora, con este dato en mente, he sido capaz de comprender por qué llevo tantas horas sintiendo que Throne and Liberty es un MMORPG especial, de esos que cuentan con el potencial suficiente como para llevar la batuta y guiar a los que vengan detrás en la nueva generación.
Y es que, para poder condensar todo lo que tengo que decir sobre el juego en este análisis, voy a centrarme en lo más llamativo: en esos aspectos que diferencian a unos MMORPGs de otros a simple vista. Todo ello con tal de alejarme de datos técnicos y de esas especificidades que caen en la gran marabunta de los micros y macrosistemas del género para no terminar significando nada importante para quien se acerque a jugar a un MMO por primera vez. En este sentido, mi experiencia con Throne and Liberty pasaría por tres aspectos principales.
Un MMORPG de corte cinematográfico
Lo que más llama la atención a primera vista de Throne and Liberty es que el juego está, como se dice coloquialmente, ''guapísimo''; siendo este un término que se podría utilizar también para descubrir la belleza que desprende gran parte del escenario en el que tiene lugar el juego. Las localizaciones de este MMORPG desprenden unos aires de epicidad que cuesta encontrar en otros juegos del género.
Naufragios de barcos cuya madera podrida se descompone en una inmensa playa humedecida por fuertes lluvias constantes; bosques frondosos de cientos de árboles coronados por una ciudadela cuya torre de piedra sirve para otear el paisaje hasta allá donde alcanza la vista; barrancos insondables que se precipitan hacia el cauce de un río que separa la tierra con la furia de una naturaleza que es todavía casi salvaje; cada rincón en Throne and Liberty es uno capaz de expandirte las pupilas y hacerte suspirar un ''buah'' cada vez que accedes a una zona nueva.
Esta sensación de magnitud y de dimensiones inusualmente ambiciosas también se transmiten en otro elemento clave del juego, el cual tiene que ver con su línea principal de misiones. La questline central de este MMO se ve intercalada de abundantes cinemáticas que sirven para que no pierdas el hilo conductor de la trama y que aportan información sumamente relevante sobre el conflicto en el que estás participando.
En este mismo sentido NCSoft opta por transmitir una energía cinematográfica que también se traslada al propio gameplay de las misiones y los eventos como tal; desde escapar de un incendio cuyo fuego se expande a través de las explosiones que vas dejando a tus espaldas hasta que se presente ante tus ojos una ballena voladora gigante con la forma de un portaaviones
Un MMORPG sin limitaciones en sus posibilidades
Este quizás sea el aspecto del juego que más sensaciones encontradas me ha generado conforme he ido jugando a Throne and Liberty, pero es probable que sea cosa de que amo aquellos MMORPGs que optan por un diseño más tradicional a la hora de elegir qué sistemas se utilizan para diferenciar unos personajes de otros. Y, si digo esto es porque, mientras algunos títulos de género escogen la típica disposición de clases de toda la vida, NCSoft ha optado por hacer que las habilidades estén ligadas al arma que llevas.
Esto tiene sus propios pros y contras: por un lado, se trata de un sistema abierto en el que vas desarrollando tus skills en función del arma que empuñes, implicando que puedes llegar a hacerte un avatar bastante versátil. Por otro, en cambio, pierdes inmersión; sacrificas lo que supone gestionar las consecuencias de cada decisión que tomas a la hora de mejorar un personaje, llevarlo hasta los límites de una clase y la emoción que supone hacerte otro nuevo que ejerza un rol totalmente diferente.
En este mismo sentido, el juego nos permite utilizar dos sets de habilidades, dado que puedes tener equipadas un par de armas que puedes ir alternando conforme lo requiera la situación. Esto, en realidad, ofrece unas posibilidades en cuanto a builds que se multiplican de manera exponencial, pero no puedo evitar sentir que prefiero el sistema de clases de toda la vida; aquel que implica que tomar decisiones dentro del juego sea un acto relevante por aquello de que no se pueda revertir a la ligera.
Un buen MMORPG profundo, pero que requiera hacer un master universitario
Si por algún casual estás pensando en entrar al género de los MMORPGs o hace tiempo que no accedes a uno en concreto y te ha picado el gusanillo, es posible que Throne and Liberty sea la mejor novedad que existe en la actualidad por una razón: cuenta con una serie de sistemas que resultan bastante amigables con aquellos jugadores a los que no les apetezca dedicar todo su tiempo libre en un juego que parece que se convierte en un trabajo.
Ya sea con sus propias mecánicas nuevas o con la reinterpretación de otras que ya se han podido ver en otros juegos del género, Throne and Liberty es un juego que intenta deshacerse de algunos procesos tediosos que siempre se suelen dar por sentados en un MMORPG y creedme cuando digo que, después de probarlo, no seréis capaces de volver atrás con ellos.
Un hilo narrativo conductor directo
En lugar de ofrecer una trama que se va desplegando a través de decenas de miles de líneas de diálogo que sabes que te vas a saltar o de documentos que irán apareciendo desperdigados por el escenario como si un guionista despistado los hubiera dejado por allí (aquí también los hay), la trama central del juego se puede comprender con prestar atención a las cinemáticas que te irán saltando de vez en cuando conforme vayas progresando en la questline principal. En este sentido, es imposible no entender de forma sencilla lo que está ocurriendo a nivel narrativo en líneas generales en todo momento, a no ser que te saltes estas secuencias (cosa que no merece la pena, porque están realmente guapas).
Otro de los aspectos clave en este sentido tiene que ver con esos momentos en los que accedes a una zona nueva y activas su punto principal de teletransporte. En el instante en el que lo hagas, el juego te lanzará una secuencia en la que podrás ver cómo es el terreno a través de una increíble panorámica aérea mientras una voz en off te explica qué es lo que ha ocurrido recientemente en el lugar y cuál es el por qué existente tras todos los enemigos que te encontrarás por allí.
Sistema de mejoras bien diferenciadas
Uno de los principales problemas a los que me suelo enfrentar en el momento en el que empiezo a jugar a un MMORPG nuevo tiene que ver con lidiar con sus complejos sistemas de mejora de personaje por aquello de que no siento la necesidad de comerme interminables tutoriales de Youtube centrados en posibles builds de late-game. En este mismo sentido, Throne and Liberty opta por simplificar todo lo posible (sin perder un ápice de profundidad) algo que podría ser increíblemente lioso para resumirlo en dos sistemas de mejora principales: las que tienen que ver con el equipamiento y las que tienen que ver con las habilidades como tal.
Esto nos lleva, de manera inevitable, a que el resto de partes jugables de este MMORPG se desplieguen en función de esta simplificación, logrando que el juego se quite de encima muchos elementos que son realmente engorrosos en otros videojuegos del género. A continuación, os dejo con una lista de las claves más destacadas que reflejan todo esto:
La subida de niveles te otorga puntos de atributos para mejorar las estadísticas de tus personajes
Las habilidades se van desbloqueando a ciertos niveles y puedes mejorarlas a su vez con unos objetos especiales que se consiguen farmeando ciertas misiones
La mejora del equipamiento se lleva a cabo a través de un tipo de objeto que se consigue farmeando en misiones o en tiendas especiales del mapa. Hay un ítem para cada pieza de equipamiento, por lo que son progresiones separadas
Nada de inventarios engorrosos: los objetos que sueltan los enemigos siempre van destinados a ser ingredientes para craftear algún ítem que te sirva para los anteriores puntos clave, pero no tendrás que hacer un máster para saber qué significa cada uno
El sistema de trabajos se simplifica y todo lo que recolectes está enfocado a los principales sistemas de mejora del juego. Además, puedes desempeñar cualquier trabajo en todo momento (picar minerales, recolectar plantas o cortar madera)
El sistema principal de farmeo que va más allá de las ediciones principales y secundarias se basa en eventos especiales que tienen lugar a ciertas horas, contratos que añaden miniobjetivos a completar en la zona en la que estás y asedios en ciertas áreas del reino
Conclusión
Throne and Liberty puede ser considerado como un MMORPG de nueva generación; una apuesta por sintetizar los sistemas clásicos del género en un tipo de propuesta que no espante a aquellas personas que no tengan la necesidad de pasarse horas estudiando la complejidad de un título al que tienes que dedicar todo tu tiempo libre.
En contraste a esto último, NCSoft ha encontrado la manera de hacer que siga siendo atractivo para aquellos que quieren tryhardear haciendo caso a esa filosofía de diseño que, irónicamente, ha encumbrado a otro MMO que pertenece a Blizzard y que lleva demasiado tiempo siendo el rey: ''fácil de aprender, difícil de dominar''. Ojalá otros juegos adopten la misma dirección y tomen el mismo rumbo hacia el que mira Throne and Liberty porque, por primera vez en muchos años, parece que la brújula del género apunta por fin al norte.
Throne and Liberty es un MMORPG de nueva generación en todos los sentidos gracias a su impactante estilo visual y a una jugabilidad cuidada que moderniza algunos estándares del género cuyos defectos se habían dado por sentados hasta la actualidad. A raíz de esto, su futuro es bastante prometedor, y ahora solo queda que NCSoft demuestre si su propuesta es digna de sobrevivir al paso del tiempo.
Estilo artístico
Diseño de niveles
Jugabilidad
Interfaz
La modernización de las mecánicas de progresión de los personajes
La espectacularidad de las ubicaciones que visitas
Los eventos mundiales y los jefes finales
Los sistemas de farmeo son satisfactorios y no te hacen perder el tiempo
La interfaz tiene aspectos de organización mejorables
Los sistemas de cámara tienen algunos aspectos por pulir
Duración: Infinita
Jugadores: 1-6 jugadores en el PVP y PVE (muchos más en eventos)
Crecí rodeado de naturaleza y campos de trigo, pero con la cabeza llena de historias sobre dragones y planetas lejanos. Después me hice psicólogo para poder fascinarme con las historias de los demás.
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