Hace ya unos cuantos meses que Horizon Zero Dawn llegaba a nuestras PlayStation 4 para conquistarnos con una aventura excepcional, radicalmente opuesta de la fórmula que ha hecho a Guerrilla Games el estudio que es a día de hoy y cambiando los tiroteos lineales de Killzone por el enorme mundo abierto con elementos de RPG que se nos ofrece en esta nueva obra. Desde el primer momento, Horizon Zero Dawn logró enamorar a muchos fans gracias a una intrigante historia, unos espectaculares entornos y unos combates exigentes contra enemigos de diseño muy inspirado.
Ahora, tras unos meses cargados de grandes lanzamientos, Aloy, la carismática protagonista de Horizon Zero Dawn, trata de volver a entrar en nuestros corazones con The Frozen Wilds, la gran expansión con la que Guerrilla pone punto y final a este exitoso proyecto. ¿Y qué demonios se le puede pedir al DLC de uno de los mejores juegos del año? Pues para nosotros la respuesta es clara: más de lo mismo. Y eso es precisamente lo que este pack de contenido nos trae. ¿Queréis saber qué nos ha parecido? Pues acompañadnos en nuestro análisis de Horizon Zero Dawn: The Frozen Wilds.
Como os contábamos, es difícil mejorar un producto que, en conjunto, es tan redondo como Horizon Zero Dawn. Es por ello que desde Guerrilla han apostado por ofrecer contenido que, sin innovar demasiado respecto a lo visto en el juego base, nos proporcione unas cuantas horas más de diversión. A nivel jugable es donde más destaca esta apuesta conservadora, y es que apenas nos encontramos con novedades más allá del nuevo árbol de habilidades que, si bien es cierto que ofrece nuevas posibilidades, casi ninguna de ellas logra resultar tan interesante e inspirada como las que desbloqueábamos a lo largo de la aventura original.
The Frozen Wilds es una expansión enfocada a los jugadores que ya han invertido un buen puñado de horas en Horizon Zero Dawn, ya que el nivel mínimo recomendado para hacer frente al nuevo contenido es 30 (aunque los más audaces pueden acceder antes). En este sentido, todos los detalles están muy cuidados como ya ocurría en el juego base, y es que para introducir enemigos que puedan resultar un reto por poderosa que sea Aloy en el punto de la historia que nos encontramos se ha incluido una nueva mecánica. Además de la ya conocida Corrupción, se añade una nueva tipografía que sirve de excusa perfecta para ponernos frente a nuevos retos, combates complicados y, en general, aumentar la dificultad para que no resulte un camino de rosas.
Junto a estos nuevos retos también se incluyen nuevas soluciones. Y sí, por soluciones me refiero a nuevas armas con las que poder hacer trizas a cualquiera de los diferentes enemigos que nos encontramos a lo largo de nuestra aventura por estas heladas tierras del norte. Al igual que en el juego base tendremos armas de hielo, de fuego y eléctricas, algunas de ellas realmente espectaculares pero que preferimos dejar que descubráis por vosotros mismos; y hacednos caso, merece la pena.
Uno de los aspectos que más llamaba la atención en el juego base era su apartado narrativo, con el cual conseguía sumergirnos en un universo lleno de misterio en el que éramos nosotros los que teníamos que luchar contra los peligros del mundo para desentrañar los misterios de este y, de paso, los que rodeaban a nuestro personaje, Aloy. Para The Frozen Wilds se retoman algunos de los aspectos del universo de Horizon Zero Dawn en los que menos se profundiza en el juego base y se construye a partir de ellos una historia que nos guía a través de estas heladas tierras del norte.
Si bien es cierto que, al igual que en el juego base, los diálogos están bien construidos y los personajes se sienten reales, las historias que se nos presentan en The Frozen Wilds no resultan tan trascendentes. Desde luego están bien construidas y son interesantes, pero se nota que son casi como una excusa para darnos a probar de la exquisita fórmula jugable que Guerrilla Games ha sabido crear. A pesar de ello, hay detalles muy interesantes en The Frozen Wilds, los cuales provienen de la tribu Banuk, que protagoniza la expansión y que, debido a sus estrictas normas de conducta (basadas en la tradición) nos ofrece personajes con una moral que se debate entre el deseo individual y la presión de todo el colectivo.
Uno de los grandes atractivos de Horizon Zero Dawn es que es un videojuego capaz de entrar fácilmente por los ojos gracias a un apartado visual impresionante (como demuestran las docenas de capturas guardadas en mi PlayStation 4). The Frozen Wilds vuelve, si cabe, con más fuerza en este aspecto, poniéndonos en una zona completamente nueva dominada por la nieve y el frío, pero que no por ello deja de tener una belleza increíble.
Al igual que ya ocurría en el juego base, Guerrilla Games ha hecho un trabajo artístico sobresaliente para ofrecer unos entornos que, sumados a un trabajo técnico excepcional, dan como resultado una auténtica obra de arte; un manjar exquisito para todos aquellos a los que nos gusta pasar horas y horas en el modo foto. Sin embargo, como el nombre de la expansión indica, la nueva zona de El Tajo, es un área completamente helada y, aunque hay zonas con geografía diferente, la estética y la paleta de colores es, en general, similar a lo largo de toda la expansión, restando variedad a los entornos.
Pero esta nueva zona no solo incluye cambios a nivel estético, sino que llega con un componente más de verticalidad, cosa que no sienta nada mal al juego. Si bien este no es un cambio demasiado significativo, es un pequeño soplo de aire fresco que no modifica en absoluto el núcleo de la experiencia pero ayuda a diferenciarla levemente del juego base.
En resumen, The Frozen Wilds ha llegado para poner el punto final a Horizon Zero Dawn, uno de los proyectos más sorprendentes de todo el año y con el que Guerrilla Games ha logrado conquistar a millones de jugadores alrededor del mundo. Con esta intención, los responsables del juego han abogado por ofrecer más de lo mismo. The Frozen Wilds es, literalmente, una expansión del juego original; y siendo sinceros, no nos hace falta nada más para volver a enamorarnos de este espectacular universo.
Horizon Zero Dawn suma a través de este DLC toda una nueva zona que cuenta con la misma belleza que los entornos del juego base, algunos enemigos nuevos, modificaciones de enemigos conocidos y nuevas posibilidades en forma de armas y un árbol de habilidades. Con todo esto, nos encontramos con un pack de contenido que, a poco que nos entretengamos con alguna misión secundaria, se alargará más allá de las 10 horas de duración.
Con unas cuantas misiones bien escritas, algunos personajes que pueden hacernos reflexionar más allá del videojuego y un espectacular universo que no deja de descubrir los secretos que oculta, The Frozen Wilds es una expansión más que recomendable para todos aquellos que hayan disfrutado del juego base. No ofrece nada demasiado innovador, pero Horizon Zero Dawn es una obra tan redonda que apenas necesita innovar para seguir resultando toda una joya. Así, con los aciertos y fallos de The Frozen Wilds, se cierra este capítulo que nos ha brindado uno de los mejores juegos de 2017 y de todo el catálogo de PlayStation 4. ¡Gracias, Guerrilla Games!