Son muchos los videojuegos que año a año llegan al mercado. El auge del sector independiente ha provocado una sobreproducción que, en muchos casos, imposibilita poder seguir la pista a algunos videojuegos cuyas propuestas son merecedoras de mucha más atención de la que reciben. Este podría ser perfectamente el caso de Death Trash, un videojuego que lleva unos años en desarrollo por tan solo una persona y que, aunque tiene bastante camino por delante, promete mucho.
Nosotros hemos tenido la ocasión de ponernos a los mandos de una versión en desarrollo de Death Trash, así como compartir algunas palabras con Stephan Hövelbrinks, el máximo responsable del proyecto y, en su mayor parte, único creador. Si queréis saber qué es Death Trash y por qué ha conseguido enamorarnos desde el primer momento, en este artículo os contamos todo acerca de la prometedora obra.
Death Trash es una obra capaz de llamar la atención desde sus mismas premisas. Se trata de un videojuego que, desde el punto de vista jugable, es capaz de tener su origen en juegos clásicos de rol como los primeros Fallout, con los que comparte similitudes en diversos aspectos, pero incluye elementos sacados del ARPG más moderno, así como algunos elementos del roguelike. Death Trash es un título de vista cenital con controles de twin-stick shooter que, básicamente y por decirlo de una forma clara, es como un Fallout moderno visto desde arriba y con una dificultad bastante superior.
Stephan Hövelbrinks, responsable de la obra, nos ha hablado acerca de la jugabilidad, explicando que "Death Trash se inspira en muchas fuentes. La jugabilidad tiene su origen en algún punto entre Fallout y Ultima 7 pero también tiene detalles de juegos independientes modernos como Nuclear Throne. A lo largo del desarrollo el combate ha ido cogiendo influencias de juegos RPG de acción modernos en los que un solo enemigo ya supone una amenaza como Dark Souls".
Y lo cierto es que esta extraña mezcla consigue funcionar a la perfección. En la demo que hemos probado, el sistema de misiones y la progresión recuerdan a cualquier obra del RPG tradicional, existiendo la libertad de matar a prácticamente cualquier personaje y resolver los problemas que se nos presentan de muy diversas maneras dependiendo de dónde gastemos los puntos de habilidad que obtenemos. Sin embargo, esto se combina con los tiroteos rápidos y frenéticos en los que casi cualquier enemigo puede acabar con nosotros, dejando como resultado una mezcla realmente atractiva para los fans tanto del rol como de la acción.
Un detalle en el que Stephan nos ha insistido, es en el de la libertad que se le da al jugador en todo momento. "Dotar al jugador de mucha libertad siempre ha sido importante en el desarrollo de Death Trash. Comienza con la creación de un personaje visualmente y continúa tomando decisiones acerca de las habilidades. Gastar los puntos en atributos, habilidades y mejoras a lo largo del juego.En el mundo del juego como tal, el jugador puede moverse libremente, completar misiones de diferentes formas y sin un orden concreto. Existe la posibilidad de simplemente ir por ahí atacando y matando a todo el mundo. Para la interacción con el mundo es importante que el jugador tenga el control del personaje por lo que el juego no suele interferir aquí. Por tanto, los diálogos están hechos como en una escena típica, pero con la peculiaridad de que el jugador puede irse en cualquier momento", explica.
Por otra parte, cabe destacar que el mundo de Death Trash no está confeccionado de forma continua, sino con diferentes zonas entre las que podemos viajar de forma rápida. Cada una de estas zonas tiene sus propias estructuras, su propio estilo visual, sus secretos y sus objetivos. A lo largo del videojuego tendremos que recorrer diferentes zonas, en el orden que deseemos, yendo y viniendo de una a otra para completar las misiones que se nos propongan.
Y por si todo esto fuera poco, Death Trash incluye la opción de jugar en cooperativo local a pantalla partida, asegurando horas y horas de diversión y aventuras postapocalípticas con nuestros amigos. Desde luego, desde el punto de vista jugable, Death Trash es una de las obras más prometedoras de los próximos años.
Otro de los puntos más llamativos de Death Trash es su espectacular ambientación. Toda la obra ha sido realizada con un cuidado pixel-art que entra por los ojos gracias a contrastes de color y, sobre todo, a una ambientación que no deja indiferente a nadie. El juego transcurre en un mundo postapocalíptico dominado por una estética punk que recuerda en muchas ocasiones a Mad Max, y en el que existen criaturas grotescas que aportan un plus de personalidad a toda la obra.
"Para el mundo hay todo tipo de influencias sacadas de la ciencia ficción, el cyberpunk y lo postapocalíptico, como los mundos de Fallout y Mad Max. Hay buena parte de fantasía también, alcanzando escritores como Robert E. Howard. También hay humor de los Monty Python y Monkey Island. Y, para rematarlo, la música, las letras y la portada han sido sacadas del Black y Death Metal. Suena como una mezcla extraña, pero personalmente estoy muy contento de cómo Death Trash aún se siente como un mundo coherente", nos explicaba Stephan Hövelbrinks.
A pesar de contar con tan solo una persona tras su desarrollo, Death Trash es una apuesta realmente ambiciosa. Se trata de un videojuego de una escala bastante grande dentro del panorama independiente y que busca ofrecer una experiencia que, a día de hoy, parece relegada a la industria triple A. Además de un gran número de zonas, misiones secundarias, armas y armaduras que encontrar y habilidades que desbloquear, el videojuego busca ser totalmente rejugable, gracias a la versatilidad que ofrecen las variaciones en las habilidades de nuestro personaje.
"Estimo que pasando una buena cantidad de tiempo con el juego, completar la campaña principal y las misiones secundarias llevará alrededor de 20 horas. Pero aún estamos en la mitad del desarrollo, la estructura está lista pero aún tenemos mucho contenido que crear por delante, así que no estoy seguro de cuánto le llevará al jugador medio completar las misiones. El juego también tiene un buen grado de rejugabilidad escogiendo diferentes habilidades, clases y escogiendo una dificultad mayor", nos cuenta Stephan.
Pero no por ello se han descuidado pequeños detalles, de los cuales el juego está plagado y que le dan un plus que lo hace, si cabe, aún más interesante. Ciertos toques de humor, algunas referencias a otras obras y detalles como el de poder elegir hombre o mujer transexual, no binario o indefinido en el creador de personajes hacen de Death Trash algo que realmente se siente especial a la hora de jugar.
Después del buen sabor de boca que nos deja la demo, algo que todos queremos saber es cuándo y en qué plataformas podremos jugar Death Trash. De forma oficial, el videojuego ha sido anunciado únicamente para PC y sin fecha de lanzamiento estimada. Sin embargo, Stephan Hövelbrinks nos ha aclarado este apartado con algunos detalles. Por un lado, la fecha de lanzamiento del videojuego no será pronto, y habrá que esperar hasta 2019 o incluso 2020, puesto que el creativo prioriza la calidad al hecho de que se lance pronto, aclarando que trabaja duro para que el lanzamiento sea lo antes posible puesto que desea ver a otra gente disfrutar de su obra.
En cuanto a las plataformas, si bien solo ha sido anunciado en PC, el propio Stephan ha afirmado que "un port a Switch sería genial. Death Trash ha sido diseñado desde el comienzo para dar soporte tanto a teclado y ratón como a mandos, y no veo problemas en el diseño o la tecnología, así que diría que definitivamente es posible, al igual que ports a otras consolas", dejando caer que, si la obra tiene éxito, es muy posible que la veamos también en consolas.
El sabor de boca que Death Trash deja tras jugar las primeras horas es, simplemente, espectacular. La obra es capaz de combinar mecánicas ya conocidas y explotadas en otras obras para presentarlas de una forma que se siente completamente novedosa y fresca. El rol combina a la perfección con los tiroteos frenéticos y Death Trash parece un Fallout moderno con vista cenital, pero capaz de contar con una estética y personalidad únicas.
Desde luego, el lanzamiento de Death Trash no se producirá en ningún momento cercano pero si antes de disfrutarlo ya teníamos ganas de echarle el guante, ahora estamos simplemente ansiosos. La obra de Stephan Hövelbrinks es algo que, desde luego, merece que tengamos siempre bajo nuestro radar.
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