'Refrito' fue una palabra que se puso muy de moda en los videojuegos hace un tiempo, y no paraba de sonar cada vez que se anunciaba una nueva remasterización. Sí, hubo ciertos casos (y de hecho todavía los hay, ¿verdad Skyward Sword?) que pueden dar para mucha crítica negativa, pero es hora de aceptar también que las remasterizaciones y remakes son una puerta a grandes glorias que cada vez se está haciendo de mejor forma.
Por suerte o por desgracia, no todos hemos vivido tanto como para estar en nuestros 40 o 50 años, por lo que los que ni siquiera llegamos a los 30 nos hemos perdido una buena parte de la historia de los videojuegos. No solo es el hecho de nacer en la época pertinente, sino también de que hasta cierta edad uno no es capaz realmente de entender todos los juegos, más allá de cosas simples como puede ser un FIFA.
De hecho, recuerdo que el primer Kingdom Hearts fue un juego que me entró por la vista al momento, y de hecho llegué a intentar jugar... pero mi cerebro no era demasiado receptivo en aquel entonces, y me quedé completamente clavado a unas pocas horas. Esto es algo que me ocurrió con otros videojuegos también que ahora no puedo recordar, pero son este tipo de situaciones las que me están haciendo celebrar el lanzamiento de remasters y remakes durante estos últimos años.
Sin ir más lejos, la franquicia Yakuza ha acabado por convertirse en mi favorita gracias, sobre todo, a los Kiwami, que son unos remakes increíbles con todo el genio técnico que el Yakuza Studio ha desarrollado a lo largo de los años. Sí, la colección remasterizada no está al mismo nivel en términos de trabajo, pero cumple la labor esencial que necesita: servir de puerta de entrada a jugadores que por una razón u otra no pudieron disfrutar adecuadamente del lanzamiento original de la experiencia.
Otro videojuego que he de destacar de la misma forma es la Mass Effect Legendary Edition. Esta es una franquicia que tardó en llamarme la atención y como tal eventualmente se me acabó haciendo difícil entrar. Pero esta remasterización de la trilogía original es una colección increíble, repleta de DLC y que me permite ver por qué se convirtió en el fenómeno que es. Lo único que puedo decir es que ahora el nuevo Mass Effect de BioWare está entre las posiciones más altas de mi lista de videojuegos más esperados, a pesar de que el estudio haya estado dando 'palos de ciego' estos últimos años con juegos como Anthem.
Más juegos que merecen ser dignos de mención por las remasterizaciones y remakes que tienen son Final Fantasy VII Remake y el Demon's Souls de PS5, el primero por la forma en la que reinventa un original muy lejano para algunos y el segundo por el increíble acabado técnico que presenta (tampoco me olvido de los Resident Evil). En general, puedo entender que en algunos casos existan quejas con ciertos remasters, pues realmente parecen hacerse más con intención de ganar dinero que de acercar los videojuegos a los jugadores jóvenes. No obstante, a estas alturas hay que reconocer que son una gran idea si se ejecutan adecuadamente. Diablo II: Resurrected, espérame que allévoy.
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