Impresiones finales de Luigi's Mansion 3: Dulce Halloween

Cada vez que llega el mes de octubre al momento presente, siempre me pongo a pensar en cómo sería la mente del primer genio loco que consideró que los fantasmas y las apariciones podían ligar bien con el confeti, el ponche sin alcohol de dudosa mezcla y las bolsas con forma de calabaza a rebosar de caramelos. La festividad de Halloween, nos guste o no, se está convirtiendo cada vez más en un fenómeno global y, mientras que en el mundo del videojuego existen propuestas que se centran en tratar de generarnos taquicardias con las horrendas apariciones que salen en ellos, Nintendo supo sacar el máximo jugo a ese bonito contraste entre lo festivo y lo tenebroso; entre lo casi chistoso y lo terrorífico; entre contemplar las almas errantes que pululan por un hotel encantado y la risa que provoca resbalarte con una cáscara de plátano. Hablamos de una serie de contrapuntos sumamente bien escogidos que hacen que Luigi's Mansion 3 sea una muestra más de lo que la gran N es capaz de hacer. Por ello, os invitamos a acompañarnos en las siguientes líneas para descubrir qué nos ha parecido en sus primeras horas de juego.

Comenzando con un punto de partida que consiste, esencialmente, en que Luigi, Mario, Peach y compañía entran a un lugar que resulta de lo más sospechoso a todas luces, lo primero que llama la atención de Luigi's Mansion 3 es la fuerza con la que su ambientación nos sobrecoge. Las paredes del hotel se yerguen para dar lugar a un conglomerado de estancias donde al entrar se puede respirar esa magia de ultratumba tan afable que rebosa la saga.

Y, precisamente, esto último es, en sí mismo, una muestra del contraste perfecto que emplea el juego al tratar asuntos paranormales de manera sumamente amable y, principalmente, de lo más inteligente. Sobre todo por la idea de que Luigi's Mansion 3 aprovecha las dos partes a con sumo acierto: es capaz de generar en nosotros esa intriga tan potente que se deriva de estar adentrándonos en lo desconocido y, al mismo tiempo, notar de manera evidente que es Nintendo la que se encuentra detrás de todo lo que vemos y tocamos. Sin embargo, con todo esto no nos referimos a que la compañía japonesa haya sido capaz de crear un producto para todos los públicos a raíz de una temática más siniestra, sino que, una vez más, Luigi's Mansion 3 consigue equilibrar su experiencia en el punto exacto donde lo infantil y lo adulto se encuentran para dar lugar a algo mágico.

Lo segundo que llama la atención con respecto al edificio que iremos recorriendo durante la aventura es que, en esta ocasión, Nintendo ha elegido un diseño de niveles más compartimentado que en anteriores entregas de la franquicia. De esta manera, los complicados laberintos de habitaciones se dejan a un lado para dividir el hotel en varios pisos bien diferenciados entre sí. Sean más lineales o cuenten con un diseño de carácter más circular, las plantas del mismo son una manera de hacer que haya una enorme variedad de ambientaciones dentro del juego sin que la principal pierda la lógica.

Y, aunque ciertamente nos iría de perlas describir algunas de ellas para poder ejemplificar mejor esto último, lo cierto es que no queremos desvelar nada con respecto a todo esto; sobre todo para que podéis mantener intacta una de las experiencias más placenteras que genera Luigi's Mansion 3: aquella que tiene que ver con ese cosquilleo en la espina dorsal que aparece cada vez que estamos a punto de entrar a una habitación nueva con el objetivo de comprobar qué se esconde en ella. La propuesta de Nintendo deja claro desde el principio que la sensación de descubrimiento es uno de los pilares principales sobre los que se sostendrá y resulta llamativo como, al menos en las primeras horas de juego, esta se mantiene en un punto álgido de forma constante.

Pero, tal y como ocurre con todo buen edificio encantado, no todos sus rincones estarán abiertos para que entre la primera alma descarriada que pase por allí. Así, Luigi's Mansion 3 ofrece una serie de mecánicas jugables para que el jugador aumente exponencialmente sus posibilidades de exploración. Unas mecánicas que nos llegan en forma de una suerte de máquina aspiradora (de la que ya os hablamos en nuestras primeras impresiones del juego) que cuenta con diversas funciones que se irán desbloqueando conforme más juguemos y que no solo sirve para deshacernos de los fantasmas, sino para resolver los puzles que se vayan situando en nuestro camino.

Estos últimos son, quizás, el otro pilar que hace que Luigi's Mansion 3 brille de forma muy potente, dado que se erigen gracias a un diseño que pone mucho mayor peso en la sencillez y que, por tanto, permite que el jugador los vaya resolviendo de manera muy fluida y nunca interrumpan el ritmo de la aventura -lo cual no quiere decir que algunos de ellos exijan un poco más de atención por nuestra parte-. Sin embargo, Nintendo ha preferido poner por encima el número y la variedad de ellos que la complejidad de los mismos.

Por otro lado, la vía escogida por Luigi's Mansion 3 para incentivar al jugador a la hora de que explore zonas secundarias que se alejan del camino principal tiene que ver con los típicos coleccionables. Y es que en cada planta habrá un conjunto temático de los mismos, siendo algunos de ellos los que ofrecerán los acertijos más complicados a resolver como requisitos para poder hacernos con ellos. Todo esto por no hablar de que la propuesta de Nintendo cuenta con una gran cantidad de monedas, lingotes, billetes y relucientes perlas que se encuentran repartidas por todo el escenario y que nos servirán para acceder a una tienda donde podemos comprar diferentes ítems.

Así, y más allá de que este último sistema posea un fin último, también sirve para hacer que siempre queramos interactuar con cada objeto que hay colocado en el nivel. En definitiva, el dinero que podemos recoger en Luigi's Mansion 3 es una ingeniosa manera de fomentar la interactividad de todo lo que vemos por ahí tirado en el escenario y, precisamente, es una de las motivaciones principales que existen tras el hecho de querer arramplar con todo lo que se nos ponga por delante con nuestra aspiradora.

Por último, y para terminar de rematar las pinceladas que hemos ido dejando sobre lo que nos ha parecido Luigi's Mansion 3 en sus primeras horas, hemos de decir que también tuvimos la oportunidad de acceder a una de sus modalidades online: La Torre de los Desafíos. Siendo esta un modo aparte en el que deberemos cooperar junto a otros jugadores para lograr unos objetivos en una serie de plantas que van cambiando, hemos de decir que se conforma como una vertiente que ofrece suficiente diversión por sí misma como para ser un añadido de peso y que, en esencia, no desentona con el resto de la propuesta. Algo que logra al construirse como un modo que aprovecha al máximo las mecánicas que se nos presentan en la aventura principal y que, al mismo tiempo, añaden una serie de giros de lo más interesantes a la jugabilidad. Aun así, y con el objetivo de poder hablaros con mayor propiedad, comentaremos todo esto y del resto de apartados que hemos destacado aquí en mayor profundidad más adelante.

Lo que sí podemos decir a estas alturas es que, por el momento, Luigi's Mansion 3 está demostrando encontrarse a la altura de los otros títulos exclusivos estelares que han visto la luz en Switch. La tercera entrega enumerada de la saga de Nintendo abre las puertas de su hotel para mostrar que la gran N aún guarda muchas sorpresas en su saco de las ideas. Luigi's Mansion 3 es, en síntesis, un dulce caramelo de Halloween. Uno de esos que merece que nos recreemos al saborearlo de forma lenta y por el que vale la pena todas y cada una de las caries y sus consecuentes visitas al dentista.