Los planes de Microsoft para lanzar su propia consola portátil de Xbox han sido puestos en pausa. Así lo revela un nuevo informe de Windows Central, en el que el periodista Jez Corden detalla que, si bien el proyecto sigue sobre la mesa, el enfoque inmediato de la compañía ha cambiado: ahora se centran en mejorar el rendimiento de Windows 11 en dispositivos de terceros, como parte de su estrategia para competir con Steam Deck y el sistema operativo SteamOS.
Según fuentes cercanas a la compañía, Microsoft mantiene prototipos en desarrollo de lo que sería su futura consola portátil nativa de Xbox, pero ha decidido asignar los recursos actuales al desarrollo de una plataforma más optimizada para el ecosistema Windows. El nombre en clave del dispositivo no ha sido confirmado —aunque previamente se mencionó el término “Pembrooke”—, y se aclara que no se trata del proyecto “Kennan”, la colaboración con ASUS que sí sigue adelante y cuyo lanzamiento está previsto para finales de 2025.
Uno de los grandes desafíos de Microsoft en el ámbito del juego portátil es la creciente influencia de SteamOS. Este sistema operativo, que impulsa a la popular Steam Deck, ofrece mejor rendimiento en muchos aspectos frente a Windows 11, sobre todo en dispositivos portátiles. Con esta decisión, Microsoft parece reconocer la amenaza que representa SteamOS y ha optado por acelerar la optimización de su sistema para dispositivos como el ASUS ROG Ally o el Lenovo Legion Go, dos referentes del mercado actual.
Este giro estratégico también coincide con el desarrollo de nuevos sistemas de juego en la nube. Microsoft ya está probando una nueva plataforma en sus laboratorios de Redmond que busca acercarse a los niveles de latencia que actualmente ofrece NVIDIA con GeForce NOW. Aunque otros dispositivos y proyectos como la mini consola “Hobart” hayan sido cancelados, está claro que el ecosistema Xbox sigue creciendo con el foco puesto en el juego multiplataforma, Play Anywhere y Xbox Cloud Gaming.
No se trata de un adiós definitivo. Según el informe, Microsoft aún quiere desarrollar su propia consola portátil Xbox en el futuro, pero necesita optimizar primero la experiencia de juego en PC bajo Windows 11. Esta estrategia puede tener sentido, teniendo en cuenta que los lanzamientos de consolas rivales como PS6 y Nintendo Switch 2 se acercan, y que SteamOS gana terreno día a día en el ecosistema portátil.
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